27.

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—¿Qué es lo que quieres hablar, Park? —lanzo intentando llegar al punto de todo esto.

Jimin me había llevado consigo a la cafetería del hospital, donde esperé unos momentos

—Yoongi —suspiró pesadamente y se recargó en el respaldo de la silla mientras me observaba—. Hemos tenido una gran rivalidad desde que Dulce llegó a nuestras vidas.

—Tú decidiste comenzarla —me defendí tomando el café que hace unos momentos había traído para mí.

—No, Yoongi. Ambos decidimos comenzarla.

—¿Y de que sirvió? Al final ella se casaría con alguien más. ¿Debo recordarte que fuiste tú quién hizo que ella conociera a ese imbécil?

—Lo hice por el bien de nuestra amistad.

—¿Por el bien de nuestra amistad? Yo la amaba, Park y eso lo sabes perfectamente. Tú fuiste quién se opuso a lo nuestro desde un inicio —le recriminé—. No dejaste que ella decidiera estar con uno de los dos.

—Tú realmente no sabes nada, Yoongi —respondió observando a otro punto de la habitación.

—¿Qué es lo que se supone que no sé?

—No todo se basó en nuestra rivalidad. Tú eras mi amigo, Yoongi, yo realmente te consideraba mi amigo —se recargó en la mesa con los brazos cruzados y me observó frívolo—. Pero tenías que arruinarlo todo enamorándote de ella. Tú no la merecías.

—Pero tú sí —solté una risa burlona—. Por favor, Jimin. Ambos sabemos que ella me eligió a mí después de todo. Fuí yo a quién decidió amar.

—Sí, Yoongi. Lo sé. Todos supimos la verdad —suspiro y bebió de su café con calma para volver a hablar después—. Todos incluso su familia y Taehyung.

La risa se borró completamente de mi rostro. ¿A dónde pretendía llegar?

—Dulce vivió mil desgracias desde que se vió totalmente enamorada de ti. Fue por tu maldita culpa que ella se encuentra ahora en este maldito hospital —habló con odio, Jimin.

—No vengas a echarme en cara su condición.

—Te lo echaré en cara todas las veces que sea necesario para que te des cuenta de lo mucho que le has arruinado la vida.

Ambos comenzabamos a enfadarnos. Eso era más que notorio en estas circunstancias.

—¿Sabes que no me interesa en lo más mínimo tus ofensas? —me crucé de brazos y le observé retante— No harás que me aleje de ella y menos ahora que sé que ella está viva y que sé que puedo darle una vida que al parecer... —pauso y observo a Jimin con cierto desprecio— tú ya no podrías.

En el rostro de Park se dibujó una sonrisa burlona y negó dando leves movimientos negatorios con su cabeza. Peinó su cabello hacia atrás con una de sus manos y golpeteó ansioso la mesa.

—¿Acaso estás intentando humillarme ahora, Yoongi? ¿En serio? Por favor, —aplaudió como acto sarcástico— permíteme recordarte quién fue que te ayudo cuando tú y tu familia se morían de hambre hace años.

—No involucres mi pasado con esto —le advertí con cierto enfado ya evidente.

—Mi familia te tendió la mano, Min Yoongi. Mi familia y yo ayudamos a tu familia y a ti, maldito malagradecido, a que salieran adelante y que tú llegaras a dónde estás ahora.

—Pero también fuiste tú quien me impidió ser feliz...

—Te equivocas, Min Yoongi. Sabes perfectamente que no es así —me interrumpió y después cerró sus ojos intentando tranquilizarse—. Estoy cansado ¿Sabes? Cansado. Anda, continúa atacandome, continúa diciendo que por mí maldita culpa te arruiné la vida y yo te seguiré diciendo que por tu maldita culpa le arruinaste la vida a Dulce cuando en todo esto sólo hay un verdadero culpable.

Y sabía a dónde iba el rumbo de todo lo dicho por Park. Sabía que Jimin mencionaría a la señora Yaneth. La madre de Dulce.

—No es necesario decir más, Jimin —le detengo—. Sé a quién te refieres.

—Realmente no quiero discutir más, Yoongi. Ya no deseo que tengamos la misma pelea de siempre y menos ahora —Jimin suspira y suaviza su mirada—. Dulce nos necesita, a ambos.

Yo sólo permanezco en silencio, dándole la razón a Jimin aunque me cueste aceptarlo. No era necesario continuar discutiendo por lo mismo. Lo pasado entre nosotros, como amigos, quedó totalmente irreparable al igual que mi relación con Dulce, por más que me cueste aceptarlo.

—Yaneth sabe que su hija continúa con vida. El licenciado Hyo ya dió con el paradero de Dulce, Yoongi, en cualquier momento puede tomar el teléfono y avisarle a aquella mujer la ubicación de Dulce.

—¿Acaso Yaneth sabía sobre la supuesta muerte de Dulce?

—Todo el mundo lo sabía, Yoongi —respondió Park observando a su alrededor, temeroso de que alguien escuchase lo que ahora iba a decir—. Nadie más puede saber de qué Dulce Salazar continúa con vida. Nadie. Incluso tú jamás debiste haberte enterado de esto.

—No entiendo por qué tanto alboroto.

Y realmente no lo entendía. ¿Por qué ocultar a alguien como Dulce del mundo? ¿Qué es lo que sucedió con ella realmente?

Desde el primer momento en que la conocí supe que ella era diferente a mí incluso aún más en las clases sociales.

Yo era el mejor amigo del pequeño Park Jimin. Hijo de uno de los empresarios más poderosos de toda Corea del Sur y yo simplemente era el pequeño Min Yoongi, hijo de un padre desempleado y una madre que trabajaba como servidumbre en la gran cada de los Park.

Por el simple hecho del dinero y lujos que rodeaba a la familia de Jimin, yo me había convertido en su amigo, en su confidente y así pasamos grandes años de amistad. Su familia había aceptado ayudar a la mía y eso es algo que pese a las diferencias jamás podré terminar de agradecerle.

Ambos tuvimos años largos de amistad al punto de que sus padres decidieron darme la misma educación que le obsequiaban a Jimin, ambos acudimos a la misma preparatoria y fue ahí donde mi pasión por la música se desarrolló aún más y también fue ahí donde conocí al que sería el amor de mi vida.

—Dulce es la única heredera de la fortuna de su abuela, Yoongi. Si ella continua desaparecida ante los ojos de su familia estará bien...

—¿Y por qué no cobra la fortuna de una maldita vez y dejamos tanto enredo atrás? —propusé creyendo saberlo todo.

—Tan sólo, —se le dibujó una sonrisa burlona a Jimin y negó con su cabeza repetidas veces— no permitamos que den con la ubicación de ella, Yoongi. Si te he dicho todo esto es porque quiero que me ayudes.

—¿Para qué?

—Me fastidia admitirlo pero ahora tú eres el único que puede sacarla de aquí —Jimin saca de una de las bolsas internas de su chaqueta, una agenda, hojea con paciencia y da con una pequeña tarjeta de presentación que me entrega—. Debes llevarla aquí.

Era una dirección. Quedaba un poco retirado de lo que creí pero aún no comprendía tantas cosas. ¿Por qué Jimin sabía todo esto?

—¿Qué es lo que sucede, Park? —debía saber la verdad ahora mismo para poder comprender la situación en la que me estaba metiendo.

—No puedo decirte aún. Sólo por favor, prométeme que no le dirás la verdad a Dulce de lo que fuiste tú en su vida antes de la amnesia. Te lo ruego, Yoongi.

—¿Por qué mierda sigues fastidiando con eso? ¡¿Por qué no la dejas saber la verdad acerca de su vida?! —alcé la voz lo suficiente como para llamar la atención de las personas que nos rodeaban.

Jimin sonrió con nerviosismo a su alrededor. Las personas continuaban con lo suyo.

—Desde un principio no debiste enamorarte de ella, Yoongi. Jamás debiste hacerlo. 

Muchas gracias por el apoyo, por sus lecturas , por sus comentarios; de verdad que es motivante ver como poco a poco comienza a ser del agrado de ustedes esta historia, de verdad, muchas gracias de corazón <3

Sugar Melody | SUGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora