—Jimin, no es necesario...
—No, Elliot, no puedo callarlo más —interrumpió Jimin a Elliot—. Yoongi, hay algo que debes de saber. Algo que no me ha dejado estar en paz conmigo mismo. Algo que odio guardar con tanta discreción. Me está matando.
—No, Jimin —insistió Elliot.
Pero ahora mismo la incertidumbre me generaba mucha más ansiedad. ¿Qué tanta mierda me han estado ocultando?
—Yoongi, yo —pausó y tomó aire dándose valor—. Yo fuí el causante del accidente de Dulce.
—¿Qué mierda estás hablando? —Le cuestioné con desesperación.
—Yoongi, yo fuí quien causó el accidente de Dulce. Por mí culpa, ella estuvo al borde de la muerte. Todo lo que he hecho por ella todo este tiempo fue por saldar mi cuenta con ella. Dejé todo por ella, sólo con el único objetivo de su perdón...
Calló ante mi puñetazo. Le observé con furia, mi respiración era agitada debido al incremento de la adrenalina generada tras mi reacción al escucharle admitir tal barbaridad.
—!¿Te atraviste a estar cerca de ella después de todo el daño que le hiciste?!
—¡Tú sólo hecho de amarla la daño más! —gritó poniéndose de pie, quedando cara a cara conmigo—. ¡Tú la dejaste ir!
—Eres un imbécil —solté sin más.
—Hice lo que pude, hice lo que debiste haber, detenerla.
—¿A qué maldito precio? ¿Su vida? —hablé observándolo con rencor— ¿Nunca pensaste en las consecuencias? ¿No pensaste el daño?
Tú la pusiste en riesgo, Park Jimin. Realmente yo nunca fui el verdadero cretino imbécil. Lo fuiste tú.
—Mi intención no era hacerle daño a ella. Jamás fue mi intención. —Ahora la mirada de Jimin se ablandó.
—¿Y qué mierda quieres que crea ahora que se la maldita verdad?
—Nunca imaginé que llegara a suceder algo tan grave como lo fue.
No pude decir más. Simplemente... Me quedé sin palabras. Todo esto era demasiado, no podía digerir todo con tranquilidad, todo era un desastre total.
—Ji-Jimin.
La voz de Dulce llamó la atención de todos los presentes en la habitación. Ella se encontraba de pie en el umbral de la entrada al living.
Todos observamos con pánico a Dulce ella nos observaba con terror pero su terror iba más dirigido a Jimin.
—¿Cómo pudiste?
—No, no es lo que parece. Dulce por favor —habló Jimin.
—Todos ustedes sabían la verdad. Incluyéndote —fijó su mirada en mí—. Pero tú, Jimin, tú siempre me ocultaste tantas cosas con respecto a mi pasado. Nunca me permitiste saber más de mí. Ahora entiendo porque siempre me evadías.
—Dulce. No, porfavor no es lo que parece déjame explicar a fondo porque pasó todo —rogó Jimin—. Todo tiene una explicación.
—Suficiente daño has hecho —acusé a Jimin—. Eres un imbécil arruinaste mi vida, arruinaste incluso su vida. —Señalé a Dulce—. ¿Crees que de esta forma te dejare llevarte a Dulce? De ninguna forma. Ella jamás volverá a estar contigo nunca más porque ahora me tiene a mí.
—Suga —susurró Dulce con debilidad. Todos entramos en un estado de incertidumbre.
Llamó de mi atención con una sola palabra y mis ojos viajaron directo a los de ella. Ella se encontraba sonriendo con cierta tristeza. Me logró reconocer pero ella no se encontraba bien.
—Suga. Te extrañe tanto. ¿Donde estuviste?
Elliot ayudó a poner en pie a Dulce en cuento observó que sus piernas no soportaban con total rigidez su propio peso. Ella no se encontraba bien.
Me alejé de Jimin y caminé hasta ella, me observó enternecida y su mano acarició mi rostro. Tomé su mano y besé la palma de ésta. Ella sonrió débilmente y susurró.
—Te amo.
•••
—Temo que hay malas noticias, caballeros —habló el doctor entrando al living, donde Elliot, Jimin y yo esperábamos por noticias—. Ella no se encuentra bien. Ha tenido que sobrellevar dos crisis, una tras otra y me temo que eso traerá problemas —escribió un par de cosas en su recetario—, deben llamar a este número telefónico. Les brindarán la ayuda que necesitan.
—¿Un psiquiatra? —preguntó Elliot recibiendo la hoja que el doctor le entregaba.
—Lo necesitarán. La señorita Salazar necesitara medicaciones y un tratamiento adecuado. Me temo que yo no puedo ser de mucha ayuda.
Agradecemos con una reverencia y el doctor se retira, Elliot le acompaña hasta la salida dejándonos a Jimin y a mí a solas.
Nos mantuvimos en silencio por un largo momento. Jimin decidió volver a sentarse en el sofá mientras que yo decidí dar un recorrido por el living. Intentando ignorar la presencia de Jimin.
—Me llevaré a Dulce conmigo —comentó Jimin llamando de mí atención, me tiré a observarle—. Ella podrá recibir el tratamiento que necesita, me haré cargo de ella...
—Ya no más —interrumpí—. Si ella regresa a Seoul, será conmigo a su cuidado.
—Legalmente soy yo quien cuida de ella —reprochó Park.
—Pero ya no más. No permitiré que estés cerca de ella de ahora en adelante. —Mantuve la mirada fija en él. Sonreí con burla para después hablar—. Además, ella ha logrado recordar quién era.
—¿Sirve de algo, acaso? —respondió Jimin— Tú no podrás volver a estar con ella —se pisó de pie Jimin y caminó hasta mí, quedando frente a mí, observándome retante—, ¿Y sabes por qué? —peinó su cabello y soltó una pequeña risa burlona— Porque la única forma de liberarla de tanta mierda de su familia, es casándose conmigo.
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Sugar Melody | SUGA
FanfictionYa he terminado tu retorcida melodía. Rasgué las páginas y puedo finalmente respirar. Sólo sé que todo fue una dulce melodía que tarde o temprano debía terminar.