12. Secretos Revelados

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Minho observaba atentamente mientras Taemin tiraba de la cuerda del arco, sus músculos tensándose y su rostro serio en concentración. Sus labios estaban fruncidos y sus ojos miraban directamente hacia su objetivo. El castaño finalmente lanzó la flecha y esta se clavó a solo unos pocos centímetros fuera del centro.

Minho miró con asombro cómo el chico bajó su arco, sonriendo con satisfacción. Se sintió un poco aliviado de que Taemin no supiera que estaba mirando. No podía imaginarse cuánto se reiría el menor de la expresión en su rostro.

—Ella es absolutamente excepcional, ¿no es así, príncipe?

Minho se volvió hacia la emocionada chica junto a él.

—Sí, Jieun, ella es... impresionante.

—Nunca he visto a alguien tan talentosa. ¡Han pasado solo dos semanas y ya es muy buena!

—Sí... —Minho se volvió hacia Taemin, observando mientras levantaba otra flecha. Su sonrisa rápidamente cayó, siendo reemplazada por un ceño obstinado—. Pero esto no cambia nada. No irá con nosotros.

Jieun suspiró mientras volvía la cabeza hacia Taemin.

—Sé que solo está pensando en su bienestar, príncipe, pero ella ha estado trabajando muy duro. Solo quiere ayudar... Puedo ver que todavía se culpa a sí misma, no importa cuánto le digamos que no fue su culpa. Y con todos los rumores que circulan sobre ella y el príncipe Changmin, está decidida a recuperar una buena reputación. Ella no quiere que los rumores afecten su oportunidad de convertirse en rey, Su Alteza.

Minho movió sus ojos al suelo, la culpa pesándole.

—¿Ella... te contó todo eso?

—Ha hablado un poco conmigo, pero la mayoría de las veces puedo ver lo que piensa.

El hombre se pasó una mano por el pelo, resoplando con frustración.

—Gracias, Jieun. No le digas que estuve aquí, no quiero inquietarla. —Se fue rápido, dejando a la chica inclinándose apresuradamente.

"Desearía que no se preocupara tanto. Debería confiar en mí y dejar que yo me encargue de todo esto."

Pero, por supuesto, ese no era el tipo de persona que era Taemin. No había manera de que pudiera evitar que el terco chico pensara de la manera en que lo hacía.

No importaba qué tan fuerte el menor afirmara ser, Minho simplemente no se atrevía a permitir que Taemin estuviera en esa clase de peligro. Admiraba la determinación y el trabajo duro del chico, pero deseaba que simplemente aceptara el hecho de que no iría.

Para él, Taemin seguía siendo el niño pequeño, delicado y hermoso que Minho deseaba proteger siempre a toda costa. Ninguna cantidad de entrenamiento podría cambiar eso.

Minho se sorprendió un poco por la forma en que se había enamorado completamente de Taemin en tan poco tiempo. No había pasado mucho para que dejara de lado sus dudas y se permitiera consentir y mimar al lindo chico. Parecía que Taemin era lo único en lo que podía pensar. Trataba de no dejar que pensamientos sobre su pequeño amante lo distrajeran en las reuniones con el consejo, pero eventualmente se encontraba pensando en brillantes ojos azules y labios rosados ​​y carnosos mientras los demás hablaban.

Se preocupaba constantemente por Taemin. ¿Qué estaría haciendo? ¿Changmin lo estaba molestando? ¿Se habría lastimado mientras entrenaba? ¿Estaba comiendo bien?

No podía imaginar la enorme preocupación que lo consumiría cuando se fuera a la guerra.


Loving The Real You [2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora