—Despierta, tonto príncipe.
Minho sonrió inconscientemente, aliviado de escuchar esa hermosa voz en sus sueños otra vez. No se atrevió a abrir los ojos. Enterró su rostro en sus brazos y luchó contra su conciencia.
—Minho, despierta ya —dijo la voz otra vez. Pero esta vez, el príncipe sintió que una cálida mano se posaba sobre su cabeza y suaves dedos masajeaban su cuero cabelludo.
Tardó un momento en darse cuenta de que la voz no estaba solo en sus sueños.
Se incorporó abruptamente, con los ojos muy abiertos y el pelo apuntando a todas direcciones. Se encontró a Taemin tumbado ahí, riendo suavemente.
—¡Taemin! —Ver la sonrisa del chico fue un regalo de los dioses, y Minho estuvo eternamente agradecido de poder volver a verla. Se inclinó para ahuecar las mejillas del menor y lo besó en los labios—. ¿Te sientes bien? ¿Necesitas algo?
—Agua, por favor.
Minho lo ayudó a sentarse y llevó el recipiente con agua a sus labios mientras bebía con avidez. Cuando Taemin terminó todo, prometió conseguirle comida, pero el chico no le permitió salir de la habitación todavía.
Así que el príncipe se sentó en el borde de la cama, acariciando el cabello castaño y admirando cada rasgo de su rostro.
—El médico dijo que no lo lograrías, y luego me dijo que estabas luchando, y yo esperé... recé... Taemin-
—Minho —le interrumpió. Extendió la mano y agarró el cabello del príncipe, tirando de él hacia abajo para otro beso que hizo que la piel de Minho hormigueara—. Te prometí que estaría bien, ¿no es así? —susurró cuando se separaron.
—Lo hiciste... —murmuró el mayor—. Pero, Taemin, no deberías haber estado en esta situación para empezar. Esto no debería haber sucedido.
—Es mi culpa. Admitiré que fui descuidado, pero no me arrepiento de haberlo hecho —confesó el chico obstinadamente.
El más alto suspiró, su frustración aumentando.
—Taemin... siempre te prometí mantenerte seguro, que estés sano y a salvo... pero desde el momento en que llegaste a mi mundo, no has encontrado más que dolor.
El menor sintió el pánico incrementar lentamente en su interior mientras Minho hablaba. Tenía miedo de escuchar el resto de las palabras del príncipe.
—Eso no es verdad —protestó—. Nunca me había sentido tan amado... por ti y los otros. Ellos son mis amigos también.
Minho no pareció verse influenciado por sus palabras.
—Tal vez no estás destinado a estar aquí. Estarías más seguro... en tu propio mundo.
—¡No! —gritó Taemin, provocándose un ataque de tos. Se quejó, poniendo una mano sobre el vendaje en su estómago.
—Voy a llamar al médico. —Minho se incorporó, pero el chico tomó su muñeca en un agarre sorprendentemente fuerte.
—Estoy bien —dijo sin aliento, con los dientes apretados—. No hemos terminado de hablar de esto.
El mayor observó la terca expresión del otro por un momento antes de suspirar, tomando su asiento anterior en el borde de la cama.
—Solo quiero que estés seguro y feliz, Taemin. Y si eso significa que debes abandonarme —tragó saliva antes de continuar—, entonces que así sea.
—No me voy a ir. No es tu culpa que estas cosas me pasen, Minho. Y mi mundo realmente no es más seguro que este de todos modos. ¿Recuerdas cómo me veía cuando me trajiste aquí?
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Loving The Real You [2min]
FanfictionTaemin es un estudiante de 16 años completamente normal. Su vida no es perfecta: están los bravucones, las tareas y el dolor por la muerte de su padre. Pero cuando es absorbido a un mundo antiguo en el cual conoce a un apuesto príncipe, un sacerdote...