Loving The Real You [2min]

18. Hogar Dulce Hogar

—¿Estás seguro de que no puedes decirme una hora exacta?

—Taemin, por última vez: no. —Onew estaba sonriendo levemente, pero el chico podía escuchar la irritación en su voz—. ¿Cómo rayos sabría exactamente qué tan lejos están?

—Supongo que tienes razón... —murmuró, un suspiro cayendo de sus labios mientras dejaba que la hierba le hiciera cosquillas en los dedos.

Onew había estado sentado en el jardín con él la mayor parte del día, admirando su trabajo terminado. Taemin sabía que había estado molestando al mayor todo el día, pero no podía evitarlo. Le habían informado que Minho llegaría a casa en algún momento de esa noche, pero nadie sabía con certeza cuándo.

—Pero, ¿y si él no llega a tiempo para la celebración?

—Todo el propósito de esta celebración es su regreso a casa. Dudo que el rey empiece sin ellos.

Taemin se echó hacia atrás, cayendo sobre la suave hierba.

—Eso me recuerda... ¿no deberías prepararte para la celebración en este momento?

El castaño se puso rígido.

—¿Tengo que hacerlo? —se quejó.

Onew se rio de la actitud del menor.

—Me temo que sí.

Para gran disgusto de Taemin, las siguientes horas las pasó con Jieun, arreglando su cabello y maquillaje, y buscando un vestido que pudiera usar. Les tomó bastante tiempo encontrar algo que no revelara su espalda, pero lograron encontrar uno.

Esperaba haberse acostumbrado a vestir elegante, pero todavía lo odiaba. Por lo menos al estar aquí a diario, no tenía que maquillarse o arreglarse el pelo todos los días. Los vestidos o túnicas de mujer que vestía a diario no eran tan malos. Era solo en ocasiones especiales que realmente se sentía agobiado. No estaba seguro de cómo algunas chicas podían pasar por esto todos los días...

Pero esos pensamientos pronto se hicieron a un lado cuando caminó hacia el salón principal con Onew y Mir. Su mente estaba completamente llena de pensamientos sobre Minho. ¿Cuándo llegaría al palacio? ¿Se vería diferente? ¿Actuaría de otra manera? ¿Estaba herido?

De repente, sintió una mano agarrar la suya, y miró hacia abajo para ver a Mir apretando su mano.

—No estés tan nervioso. Todo va a estar bien. Relájate.

Taemin le lanzó una sonrisa tímida, y soltó un suspiro tembloroso. Sintió que los nervios en su estómago disminuyeron un poco.

Onew y Mir estuvieron cerca de él todo el tiempo. Simplemente se paró junto a ellos, dando sorbos de su bebida mientras charlaban con la gente. No podía evitar mirar la entrada principal cada pocos minutos, esperando algún tipo de señal.

Cuando pasó una hora, y todavía no había nada, Taemin se alejó de la entrada, suspirando tristemente.

No fue hasta que escuchó los gritos que finalmente volvió la mirada.

Divisó a Minho de inmediato, caminando al frente de una gran multitud de hombres, y se quedó sin aliento en la garganta. La vista del príncipe parecía tan... irreal. Como un sueño.

Taemin permaneció clavado en su lugar mientras todos corrían hacia los soldados, felicitándolos y vitoreando. Su corazón latía con fuerza en sus oídos, y sus piernas se sentían como de plomo, sin poder moverlas. Podía ver los ojos de Minho recorriendo todo el lugar, buscándolo.

Finalmente, cuando pudo sentir sus piernas otra vez, arrojó su copa al suelo, corriendo directamente hacia el príncipe. Empujó a la multitud, ignorando sus protestas.