16. Preocupación

1.1K 206 86
                                    

Mir nunca había odiado a su madre.

Ella siempre había sido una mujer cruel, lo sabía, pero no podía odiar a su propia madre. Podía ver la fachada que ella ponía para el público, y sabía que la mujer había hecho cosas terribles, pero no se atrevía a odiarla de verdad. Era solo algo que no podía evitar; él siempre tuvo esperanza para su madre.

Pero mientras permanecía de pie en la celda sucia del calabozo, viendo a su madre sonreír mientras Taemin era torturado, pudo sentir la ira y el desagrado ardiendo dentro de él. ¿Cómo podría alguien disfrutar viendo esto? ¿Realmente estaba ella tan llena de odio?

El sonido de los gritos de Taemin, sus sollozos, trajeron lágrimas a los ojos de Mir, y se odió a sí mismo por ser tan inútil.

"Lo siento mucho... Dejé que esto te pase a ti, Taemin."

"Lo siento, no pude protegerlo como lo prometí, hermano."

Cuando la piel de la espalda de Taemin se abrió y comenzó a sangrar, Mir no pudo contenerse. Corrió a la esquina de la habitación, doblándose sobre sí, tratando de controlar las arcadas que sintió repentinamente. Se sintió asqueado, tembloroso y débil, pero se recompuso después de unos segundos. Se limpió el costado de la boca y regresó donde Jieun, que sollozaba fuertemente, con una mano sobre su boca en estado de shock.

La espalda de Taemin ahora estaba completamente ensangrentada, surcada con varios tajos, y Mir pensó que iba a volver a sentirse enfermo.

—¡Detente ya! ¡Por favor! ¡¿No crees que es suficiente?!

En el décimo octavo azote, Taemin colapsó, y el guardia cesó sus acciones, mirando a la reina por su aprobación.

—Supongo que eso será suficiente. Tu trabajo está hecho —respondió ella casualmente, antes de salir de la mazmorra.

Mir corrió al lado de Taemin, escuchando los penosos sollozos y murmullos bajos que salían de los labios del chico.

—¡Taemin! E-está bien, yo- te conseguiré ayuda. —Mir se puso desesperado, viendo cómo los ojos del castaño se cerraban—. ¡Jieun, busca al médico!


~*~


—Ha perdido una cantidad considerable de sangre, pero lo que realmente debería preocuparnos es la infección que ha causado el látigo al estar en condiciones altamente antihigiénicas. Ya ha producido fiebre. Además, no hay duda de que dejará unas cicatrices terribles.

Mir asintió, dejando que las palabras del médico se asimilaran, mientras sus ojos se posaban en Taemin. El chico estaba acostado boca abajo sobre la cama, con vendas alrededor de su cuerpo. Las gotas de sangre que ya habían traspasado la tela hicieron que Mir se estremeciera. Intentó concentrarse solo en las respiraciones lentas y profundas que Taemin tomaba en sueños.

—Gracias, doctor —murmuró distraídamente, y el hombre salió de la habitación.

Jieun llegó momentos después de que el médico se fue, con los ojos enrojecidos e hinchados por el llanto.

—¿Cómo está?

—La infección ha provocado fiebre, y dejará muchas cicatrices, pero ahora está durmiendo pacíficamente —respondió Mir con aire de gravedad.

La joven se acercó a la cama, arrodillándose y sacando un pañuelo del bolsillo para limpiarle la cara empapada de sudor.

—No puedo imaginar pasar por lo mismo que él... Ser apartado de tus amigos y familiares para ser arrojado a un mundo completamente diferente... tener que esconder tu género y engañar a los demás... y luego, alejarte de la única persona que te hizo sentir seguro en ese nuevo mundo aterrador.

Loving The Real You [2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora