Loving The Real You [2min]

20. Fuerte

Minho corrió, empujando a cualquiera que se interpusiera en su camino. Solo estaba consciente de Taemin.

Taemin cayendo a su muerte.

Nunca había sentido tanto miedo en su vida. En algún lugar en el fondo de su mente, sabía que no llegaría a tiempo, pero se negó a creerlo.

"Aunque lo atrape... esa puñalada..."

No.

El moreno apretó los dientes, obligándose a ir más rápido para alcanzar al chico.

Todo pareció suceder en un segundo. Justo cuando el cuerpo de Taemin estuvo a punto de caer al suelo, y Minho gritó su nombre, alguien lo atrapó.

Changmin llegó a él justo a tiempo, atrapando al menor en sus brazos y cayendo sobre su espalda con un fuerte gruñido.

Minho los alcanzó unos segundos más tarde y se arrodilló a su lado.

—Gracias... —le susurró a su hermano, con voz desesperada y agradecida. Changmin se sentó, sosteniendo a Taemin en sus brazos.

Minho tragó con dificultad, el pánico una vez más corriendo por sus venas cuando vio la cantidad de sangre manchando la ropa del chico.

—Hermano, tómala. Me encargaré de la batalla desde aquí. Ella necesita ayuda ahora. —Changmin colocó a Taemin en sus brazos con cuidado. Minho tomó al pequeño chico y sus ojos se movieron de Taemin a su hermano, vacilando ligeramente—. ¡Ve! —exigió el mayor.

Minho asintió apresuradamente, poniéndose de pie junto al otro.

—Asegúrate de matar al bastardo por mí —gruñó el príncipe, mirando hacia el techo donde estaba el soldado enemigo, con su daga cubierta de la sangre de Taemin.

—Él será el primero en morir —gruñó Changmin.

~*~

Minho suspiró, apoyándose contra la pared y deslizándose al suelo. Miró su ropa, sintiendo náuseas al ver la sangre.

Había visto mucha sangre, había matado a bastantes soldados, pero al ver la sangre de Taemin sobre él, se sintió enfermo.

Solo podía esperar fuera de la habitación, rezando para que el médico salga pronto de allí para darle buenas noticias.

Taemin iba a vivir. Tenía que hacerlo.

Iban a casarse. Iban a estar juntos por el resto de sus vidas.

—Príncipe Minho.

El moreno saltó, saliendo de sus pensamientos para ver al médico parado afuera de la puerta. Se levantó bruscamente, dándole al doctor una mirada desesperada.

—¿Y bien?

—Hice todo lo que pude. —Minho sintió que su estómago se hundió ante las palabras del hombre—. No estoy seguro de si sobrevivirá a la noche —le dirigió una mirada de simpatía al príncipe y extendió una mano para ponerla en su hombro.

Minho se apartó, tambaleándose hacia atrás. Su cuerpo retrocedió y golpeó la pared, con los ojos muy abiertos y el corazón doliendo.

—Está mintiendo —susurró. Miró al doctor, sus ojos llenos de lágrimas—. Dígame que él estará bien —exigió, apretando los dientes.

El hombre negó con la cabeza, suspirando tristemente.

—No puedo prometer nada. Depende del destino decidir ahora.