24. Revelado

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—No sé si pueda hacer esto —dijo Taemin a través de respiraciones rápidas y temblorosas.

—Claro que puedes, Taemin —le aseguró Jieun, frotándole el brazo tiernamente.

—No... no... ¿y si lo estropeo todo? ¿Y si m-me caigo o algo así? —Taemin se removió nerviosamente en su silla, mirando a Jieun con ojos llenos de pánico.

La joven se arrodilló frente a él y tomó sus manos en las suyas.

—Minho estará contigo —afirmó simplemente.

El otro asintió con la cabeza, pero aún no parecía estar seguro.

—¿Dónde está Key? ¿Sabes?

Jieun negó con la cabeza.

—No lo he visto. Asumo que está afuera, ayudando con la ceremonia.

—Pero prometió que estaría aquí conmigo —dijo Taemin débilmente. Había llegado a depender en gran medida de Key, y se sentía perdido sin él. El guardaespaldas había prometido ayudarlo a prepararse para la boda, pero como no había aparecido, Jieun había asumido el puesto.

No le tomó mucho prepararse para la primera ceremonia. La joven le había dejado el cabello suelto, simple y lacio. No le puso nada de maquillaje y llevaba un sencillo vestido blanco. La mitad superior era gruesa e incómoda, un corsé que supuso era necesario para acomodar su falta de busto. Era un vestido de cola larga, la capa inferior consistía en una falda más corta que le llegaba a la mitad del muslo, y la parte trasera fluía detrás de él. Las mangas largas y la capa superior de la falda eran finas, casi transparentes.

Un golpe en la puerta interrumpió su conversación, y la cabeza de Taemin se volvió justo a tiempo para ver a Minho ingresando al lugar, vistiendo simples túnicas blancas.

Saltó de inmediato, corriendo hacia los brazos del príncipe, y cada parte de él pareció relajarse.

—Minho —suspiró.

El mayor rio entre dientes y abrazó fuerte al chico.

—¿Estás listo?

Taemin se apartó, volteándose para mirar a Jieun. Ella asintió con la cabeza, dándole una sonrisa alentadora. Se volvió hacia Minho y respiró hondo.

—Sí —sonrió tímidamente.

El camino a la salida fue largo. Cuando llegaron a las puertas, Taemin miró asombrado a la gran cantidad de guardias. Debe haber habido treinta de ellos al menos. No entendió por qué eran necesarios hasta que echó un vistazo afuera.

Todo el reino parecía estar presente, la gran multitud conducía todo el camino hasta el templo. Niños, mujeres, hombres, ancianos con flores en sus manos, esperando ansiosamente a ver a la pareja real, conversando con alegría. La multitud estaba dividida en el medio, obviamente dejando el área despejada para que pudieran atravesarla.

Minho le apretó la mano, notando la expresión angustiada en el rostro de su amante. Taemin le dio una sonrisa tímida a cambio.

Las puertas se abrieron, y en el momento en que las personas vieron a Minho y Taemin salir del palacio, estallaron en vítores. Los guardias los rodearon mientras descendían los escalones y se adentraron en la multitud animada.

Los gritos de la gente eran ensordecedores, y Taemin hizo todo lo posible para no avergonzarse. Miró fijamente hacia adelante, sonriendo suavemente mientras agarraba la mano de Minho en busca de consuelo. Saber que el príncipe estaba junto a él alivió sus nervios inmensamente.

Llegaron al templo después de lo que le parecieron horas a Taemin. La familia real y el consejo del reino estaban presentes, aplaudiendo cortésmente cuando Minho y Taemin entraron al santuario.

Loving The Real You [2min]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora