11.

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- Ha pasado un maldito mes ¿Cuándo piensas hacer algo?

- Lo dices como si fuera tan fácil, eres mujer, debes saber las ventajas que tienen en la alta sociedad.

- No se de esas mierdas, ni me interesa, pero si me interesa que dejen de parecer muertos andantes, no se han reído en un maldito mes, si ni siquiera se miran.

- Es complicado...

- Complicado mis pelotas Hyungwon.

Él se rió fuerte.

- Te recuerdo que no tienes.

- Sólo quería hacerte reír tonto... pero en realidad quiero que se arreglen las cosas, ellos no pueden decidir sobre tu vida, habla con él quizá llegues a algo, ya sabes que puedes contar conmigo.

Hyungwon suspiró.

- Lo arreglaré.

Ellos voltearon a ver el auto salir del estacionamiento subterráneo del edificio de la empresa de Hyungwon.

Ninguno sabía porque seguía conduciendo Wonho, si él ya no tenía el vendaje. Pero al final seguía siendo su guardia y tenían que estar juntos.

Amanda se despidió con una sonrisa sincera esperando darle ánimos a su amigo.

El comenzó a caminar hacia el auto y decidió que por primera vez en un mes, se iría en el asiento del pasajero.

No podía soportar más.

Se subió al asiento del pasajero pero no cerró la puerta, sabía que si lo hacía Wonho simplemente pondría el auto en marcha sin mirarlo así como había hecho desde el dia que Ámbar llegó a su casa.

Se quedó en silencio con la puerta abierta, quería provocar que Wonho hablara.

Pasaron 2 minutos más hasta que Wonho lo miró.

- ¿Piensas cerrarla o...?

Hyungwon no dijo nada.

- ¿Se te olvido algo?¿Estás bien?

- No lo estoy...

- ¿En qué puedo ayudarte?

Hyungwon estaba al borde de las lágrimas, volver a hablar con el se sentía casi como un privilegio.

Wonho se sintió mal al verlo así.

Hyungwon estaba dejando su orgullo de lado ¿Por qué no el?

Se acercó a Hyungwon pero luego se arrepintió y sólo cerró la puerta y volvió a colocarse su asiento.

Pero entonces Hyungwon se soltó en llanto y él perdió los estribos.

Sin darse cuenta ya se había estirado para poder estrechar a Hyungwon en sus brazos, quien ya lloraba acurrucado en su pecho.

Inevitablemente se había llegado el día que más temía.

Era tiempo de hablar.

- Espera Hyungwon, no es seguro que hagamos esto aquí, es mejor que estemos en un lugar más privado.

Hyungwon asintió.

Wonho condujo de nuevo al estacionamiento subterráneo.

Una vez estando allí el mundo dejo de existir para ambos.

Hyungwon abrazo a Wonho lo más fuerte que pudo mientras sus lágrimas salían sin permiso.

Wonho correspondió el fuerte abrazo y luego, sin pensarlo, agarro la cara de Hyungwon entre sus manos y le limpiaba las lágrimas con los pulgares.

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