19.

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Después de haber llegado del hospital a ese apartamento todo parecía solitario.

El único ruido que se escuchaba era el del bebé.

Cada vez que el reía era la única manera de que ella pudiera sonreír.

Pero precisamente ese día, no era un buen día.

¿Tan siquiera alguien se acordaba de que ella existía?

Se levantó y preparó al bebé, le dio de comer y luego él durmió.

Ella se sentó en la sala del enorme apartamento solitario por horas.

Nada.

Ni un mensaje.

Ni una llamada.

Pensó en salir, pero decidió que no, el bebé no podía ir a cualquier sitio porque estaba pequeño aún.

A pesar de ser una madre joven, era muy sobreprotectora.

La lágrima que resbalaba por su mejilla ardía, le quemaba por dentro.

Sólo quería compañía.

Eran ya las dos de la tarde y seguía sentada en el mismo sitio con el móvil en la mano.

Ni siquiera se preocupó en buscar algo para comer o tomar sus pastillas.

Sólo el llanto del bebé la hizo reaccionar del trance en el que estaba y de nuevo lo alimentó, le dio un baño y los cuidados necesarios y el bebé volvió a dormir.

Volvió a su sitio y su cabeza ya era un mar de pensamientos.

Estaba escribiendo un mensaje a Hyungwon, al final él era la única persona que la visitaba.

Pero lo borró inmediatamente después de escribirlo.

No quería molestarlo.

Ya lo había molestado demasiado aceptando que el pagara los gastos de ella y del bebé mientras ella estuviera preparada para buscar un empleo, además le había mentido sobre que tenía una niñera ayudándole.

No tenía a nadie y no quería que él supiera.

No era por cuestión de orgullo, si no que se sentía inútil dependiendo de Hyungwon a pesar de que su bebé ni siquiera fuera su hijo.

Tomó una pagina de papel y un lápiz y comenzó a escribir mientras algunas lágrimas mojaban el papel.

Terminó de escribir el papel, lo dobló y lo metió en un sobre blanco sobre el cual escribió el nombre de su único amigo.

Se dirigió a su cuarto y vio sobre su mesita de noche sus medicamentos.

Decidió esperar y pasar tiempo con el bebé que ya había despertado.

Y cuando creyó que era la hora correcta, se fue a su baño preparó todo, lloró y besó a su bebé hasta que el bebé se volvió a dormir.

Dejó al bebé en la cuna, mandó un mensaje a Hyungwon y otro a Amanda, dejó el sobre en la cama y se metió a la ducha, se sentó allí y se bebió todas y cada una de sus pastillas mientras lloraba amargamente.

Su estómago dolía, pero más dolía su pecho.

En pocos instantes empezó a vomitar mientras sentía su interior deshacerse.

Lloraba mientras vomitaba sangre y sentía su garganta quemarse, luego su cuerpo comenzó a tener fuertes convulsiones haciendole perder la conciencia, hasta que por fin su cuerpo se desvaneció contra la pared de la ducha.

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