22. Final

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- Por Dios mamá deja de llorar...

- Es que...

- Mamá Linda ¿puedes decirle a esta mujer que deje de llorar porque si no lo hace voy a ponerme a llorar yo también y me iré a casa?

Linda rió por las palabras falsas de Hyungwon.

Sabía que eso era lo último que él haría.

- Hyungwonnie tiene razón... deberías calmarte, más bien deberías de sonreír.

- Lo hago, sólo que lloro de felicidad.

Alguien se asomó por la puerta de la habitación.

- Linda, es hora, debes estar en tu sitio.

Linda asintió y se despidió de los demás allí.

Caminó por el pasillo y llegó a la otra habitación donde se encontró con un tembloroso y pálido Wonho.

- Parece que viste un fantasma...

- ¿Se me nota mucho que estoy nervioso?

- Si estuviera al otro lado del mundo desde allá notaría tu palidez, así que es hora de irse calmando.

Wonho sonrió ante la tontería, le ofreció su brazo y Linda lo tomó mientras empezaron a caminar hacia la enorme puerta.

- Gracias por acompañarme este día Linda.

Linda se separó de su brazo y se paró frente a él para acomodarle la corbata.

- Sé que Mildred estaría orgullosa de ver en la persona que te has convertido...

Wonho sonrió con melancolía ante esas palabras y sacó del bolsillo derecho de su pantalón el pequeño conejito y lo puso en su cara sintiendo el característico olor de Mildred que aún perduraba en él.

Miro hacia arriba y sonrió.

Guardó el conejito en su bolsillo de nuevo y Linda volvió a tomar su brazo.

Suspiró y la enorme puerta se abrió después del llamado que se le hacía.

...

Seguía nervioso, no podía evitarlo, lo vería entrar allí por esa puerta y no sabía cómo iba a reaccionar.

Quizá se sentiría más nervioso o en calma.

¿Qué pasaría si comenzara a llorar?

Ni siquiera tenía un pañuelo cerca.

Pero antes de que pudiera pensar en algo más la enorme puerta se abrió de nuevo.

Y la gente se puso de pie, dejando ver a un sonriente Hyungwon en la entrada y a una madre orgullosa de hijo acompañandolo, ambos caminaban lentamente mientras la música de piano se escuchaba de fondo.

Wonho tenía razón, no tenía ningún pañuelo cerca y le hacía falta uno.

Inevitablemente empezó a llorar con una enorme sonrisa en el rostro.

Aún no se acostumbraba al sentimiento de felicidad, seguía abrumandolo.

Hyungwon lo vio mientras caminaba y no pudo evitar sonreír al ver a su prometido llorando.

En medio de las lágrimas Wonho vio la sonrisa de Hyungwon y podía jurar que sintió que el tiempo se detuvo por un instante.

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