XII

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Elisa

Noto frío en la pierna y pego un grito instintivo, al girarme veo a Harry con una expresión de preocupación que por un momento me hace sentir mal y no sé por qué.

–Mierda, déjame que te lo limpie. –dice atropelladamente.

Frunzo el ceño ante su actitud y niego.

–No, está bien, no te preocupes. 

Camino todo lo rápido que puedo hacia el baño más cercano evitando el contacto visual que hay entre nosotros. Sé que voy a caer con una mirada más.

–¡El, joder! –oigo su voz detrás de mí entre jadeos, parece que he corrido más de lo que pensaba.

La manera en que dice mi nombre me produce algo que había echado de menos, un cosquilleo recorre toda mi espalda y me giro. Soy tan vulnerable delante de él... Me odio.

–¿Qué quieres, Harry? 

Se para a unos dos metros de mí. No esperaba que me girara, me parece, porque se queda sin palabras.

–Yo, eh... –se rasca la nuca.– Lo siento, Elisa...

Sus palabras salen como un suspiro de sus labios, apenas puedo escucharlas bien, pero creo que el muro protector que me había creado se ha derrumbado completamente. Puedo ver en sus ojos que ha bebido, así que no le doy importancia.

–¿El qué sientes? 

Tonta de mí, pienso que va decir que siente haberme dejado tirada después de enamorarme, que me ha echado de menos como yo a él. Pero esas esperanzas desaparecen cuando contesta:

–Haberte manchado el vestido. Ha pasado un niño por delante y yo no... –dice nervioso pero le paro.

–He dicho que está bien. –murmuro desesperanzada.

Se acerca un paso más, tan solo unos centímetros pero parece que me falta el aire. Noto como quiere empezar a hablar pero no lo hace, balbucea cosas sin sentido intentando encontrar las palabras para decirme algo.

–Solo... Déjame que te ayude a limpiarlo, El. 

Asiento. ¿Por qué he hecho eso? No, no está bien. No puedo tenerle cerca. La ansiedad de acortar la distancia me está matando, necesito sentirle. No se imagina cuanto le echo de menos.

–Vale. –me limito a decir y ando al baño.

Camina a mi lado en silencio con las manos en los bolsillos de su pantalón. Siento que quiere hablar pero no sabe cómo expresarlo, porque por el rabillo del ojo veo como maldice por lo bajo después de mirarme. Llegamos al baño y abro la puerta, miro a los lados para ver si nos ve alguien ya antes de que eso suceda meto a Harry estirándole de la chaqueta. Cierro y me acerco al lavamanos para mojar un trozo de papel y restregarlo por la mancha de champán.

–Creo que eso no va a servir de nada... 

Le miro mal y tiro el papel a una esquina del baño frustrada.

–Estás muy guapa cuando te enfadas... –dice... ¿tímidamente?

¿Qué pasa con el Harry que yo conocí?, no se cortaba un pelo a la hora de piropearme o decir cualquier cosa fuera de lugar.

Al ver que no contesto, extrañada por su respuesta, cambia de tema:

–¿Qué tal te va todo...?

Si cree que volver a conseguirme va a ser tan fácil la lleva clara. 

<<Tú misma sabes que con un te echo de menos vas a rendirte a sus pies como una tonta>>, dice la voz de mi cabeza.

–Bien, todo demasiado bien. –le suelto cortante.

–Ya he visto que... Que te has olvidado de mí.

Increíble. ¿De verdad se atreve a decirme eso? 

–Pero, ¿cómo se puede ser tan rastrero? –digo asqueada.

Suspira y se sienta en el váter, coge sus manos entrelazando sus dedos y apoya sus codos en los muslos.

–No iba a malas, Elisa. Sé que lo hice...

–¡No, no sabes nada! –salto de inmediato.– ¡No tienes ni idea de lo mal que lo he pasado por ti! No tienes derecho a... a... –me trabo de lo nerviosa que estoy y me froto la cara.– No puedes irte y volver pretendiendo que no ha pasado nada, que no me dejaste plantada después follarme, ¡no puedes volver y mirarme así! –le señalo y mi labio inferior empieza a temblar.– No puedes, Harry. – susurro rendida.

Durante mi pequeña charla, Harry me mira con la boca entreabierta, no ha visto venir el espectáculo que le acabo de montar. Entonces se levanta y se acerca a mí.

–¿Me dejas hablar? –su voz tranquila y grave resuena en el baño.

No digo nada, dándole pie a que empiece a excusarse. Toma aire bajando la mirada y vuelve a subirla cuando exhala.

–Sé que he sido un imbécil, que no merezco poder darte una explicación y que seguramente lo que vaya a decirte no cambie nada porque tú... Tú estás feliz y has rehecho tu vida. Pero yo no, El. Pensé que podía destrozarte sin ningún remordimiento, como a todas las demás chicas con las que he estado. Soy un capullo, es lo que estarás pensando, y lo sé, en serio, con certeza. Pero durante estos dos años no ha habido día en el que no pensara en ti. Y era una mierda porque podía estar en el avión mirando ese precioso cielo pero todo lo que pasaba por mi cabeza eras tú. –vuelve a tomar aire y, al volver a empezar, traga saliva.– Te juro que he intentado reconstruir mi vida después de que pasaras tú y me rompieras todos los esquemas, pero me ha sido imposible. Todas me recordaban a ti, Elisa. No he podido tener nada con nadie porque de repente se me aparecían esos ojitos verdes que tanto he echado de menos y me rompían un poco más el corazón. Y si no te he hablado ha sido porque sabía que no ibas a querer saber nada más de mí, me daba vergüenza volver después de haberte hecho lo que hice... Hace unos días llamé a tu móvil y me lo cogió tu... novio, cuando oí su voz quise pensar que no sería nada más que un amigo pero no contesté, simplemente colgué. Quería decirte que iba a venir por la boda de mi hermana y que necesitaba hablar contigo. El, todo lo que estás escuchando es totalmente cierto, necesito que me creas aunque haya sido un cabrón enorme. Te juro que no ha habido noche que haya dormido bien pensando en que te pude hacer daño.

Cuando se calla, se crea el silencio más intenso que he presenciado en mi vida. Lo que ha dicho era todo lo que quería oír.  Mi corazón está totalmente expuesto ahora mismo, las paredes que lo protegían se han derrumbado, Harry las ha demolido. Pero esto no está nada bien, no puede matarme e irse de rositas. Además, no sé lo que pretende pero yo estoy con Gian.

–El, di algo, por dios... –me ruega desesperado.

–¿Qué quieres que haga? ¿que te perdone como si nada hubiera pasado? 

El dolor en mi voz se nota mucho más de lo que yo pretendía.

–Dame otra oportunidad, te juro que no la fastidiaré.

–Harry, tengo novio y estoy muy bien con él. No puedes hacerme esto. 

–Déjame estar cerca tuya al menos, tu novio no se va a enterar si pasa algo entre nosotros. –dice cortando los metros que nos separaban, para apoyarme en la pared.– Si me dices que tú no me deseas tanto como yo a ti, te prometo que me iré. –susurra mirándome a los ojos.

Refuge - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora