VII

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Paramos a comer en Five Guys, durante la cena yo no hablé absolutamente nada, sé que parezco imbécil pero de verdad que la presencia de ese chico me incomoda de maneras inexplicables. Sobre las doce llegamos a Liverpool, al entrar a la ciudad ya me trae demasiados recuerdos de mi madre y esto es lo que me temía que iba a pasar. Mi hermano conduce por el centro de la ciudad para ir hacia donde se encuentra nuestra vieja casa, nos quedaríamos a dormir allí. Mi hermano estaciona el coche delante de la casa y me mira, nuestras miradas son de preocupación el uno por el otro, de "¿de verdad quieres hacer esto?", de "no hemos entrado y ya me quiero ir"... Soy la primera en salir del coche, miro la casa desde fuera y solo veo recuerdos, me duele estar aquí y no ser capaz de entrar en la casa donde me he criado, sé que mamá no querría esto para ninguno de los tres. Sinceramente, no creo que esta noche lo vaya a pasar bien.

-Bueno, vamos. -Dice mi hermano y se aproxima a la puerta. 

Veo como él tampoco puede hacerlo, no quiere ver el interior de la casa, no puede. Miro a Olivia, que sabe todo lo que ha pasado y ella asiente.

-Déjame, abro yo. -Dice acercándoselo a mi hermano y cogiéndoles las llaves.

Suspira leve y abre la puerta. Por un momento veo a Harry, que está confundido con lo que está pasando, no le culpo. Vuelvo la mirada a la puerta de la casa y muerdo levemente mi labio inferior para poder aguantar las ganas de llorar que en cualquier momento iban a desbordarme. Decido pasar y así hago, paso y prendo la luz, la casa seguía igual. No quisimos mover ni un solo cuadro, ni una sola foto, ni un mueble. La recepción estaba llena de fotos de la familia y yo las evito con la mirada, camino adentrándome en la casa y los demás me siguen. 

-Dejamos las cosas y nos vamos, ¿sí?.- Miro a todos y ellos asienten.

Definitivamente, no iba a dormir en esta casa esta noche.

Dejamos todo lo que llevamos y salimos de la casa, ninguno de nosotros dos tenía ganas de fiesta pero sí de olvidarnos de todo, así que no nos quedaba otra opción. La fiesta estaba al lado de nuestra casa así que no cogemos el coche y vamos andando. El camino es silencioso entre nosotras dos, Olivia me coge de la mano acariciándola, y detrás están ellos dos hablando de cualquier cosa, estaban haciéndose amigos y no me gustaba nada. Después de 10 minutos andando llegamos a la fiesta donde está todo el mundo y entramos.

-¡Va, tía! -Dice Oli mientras estira de mí.- Vamos a por algo de beber.

-¿Me puedo beber la barra entera? -Suelto en un quejido.

Habíamos perdido a Harry y a Adam de vista hacía unos segundos. En nada, cuando se haga un burullo de gente, ya les habremos encontrado. No sé como ese chico puede salir de fiesta, o sea no podrá estar tranquilo. ¿Pero qué hago yo pensando en Harry?

-Vale, tía. A la de tres. -Dice Olivia sacándome de mis pensamientos.

Sobre la barra habían tres chupitos, que a saber de qué eran, para cada una. Olivia hace la cuenta atrás y nos bebemos los tres, uno tras otro. Miro a Olivia cuando me los bebo y veo una cara de asco exagerada que me hace estallar en carcajadas. 

La noche prosigue y nosotras bebemos cada vez más, Olivia se acaba yendo con un amigo mío de Liverpool y yo me quedo hablando con gente hasta que me entra el bajón de la borrachera. Salgo del local y camino sin rumbo alguno, o eso creo, porque acabo en mi casa. No quiero entrar, solo me quedo sentada en el bordillo de la acera esperando a mi hermano o a alguno de estos. Pasa un rato y yo sigo ahí, ahora en vez de sentada estoy recostada en la acera, con la música procedente del móvil y mirando las pocas estrellas que se divisan en las afueras de Liverpool.

- ¿Qué haces aquí? -Dice una voz a la cual ya me estoy empezando a acostumbrar.

No levanto la cabeza ni nada para verle, solo miro el cielo.

-¿No me dirás qué haces tumbada en mitad de la calle? -Dice poniendo su cabeza donde mi mirada se dirige, tapándome las vistas.

-No me apetecía estar allí. -Me incorporo sentándome.

Él se sienta al lado mío y mira sus botas, dejando su bebida al lado de sus pies. 

-Creo que merezco una explicación de lo que ha pasado antes ahí. 

Mira a la casa, haciendo referencia a esta y cuando vuelve la mirada hacia mí, puedo ver la luna reflejada en sus ojos verdes, en una mirada a la que no sé por qué no le podía negar lo que me pedía.

-Nos mudamos a Holmes Chapel por la muerte de mi madre, ninguno aguantaba estar en esta casa. Y, como has visto, seguimos sin poder.

Noto en su cara como cambia completamente la expresión. Su ceño se relaja y su mirada busca facciones en mi cara que le hagan entender la situación. Hace una leve mueca y suspira destensándose.

-Lo siento... -Mira hacia otro lado.

Después de eso, se crea un silencio, que tampoco era incómodo. Pero decide romperlo.

-No era mi intención sacar este... -Se calla al interrumpirle.

-No pasa nada. -Esbozo una leve sonrisa.

Él se recuesta sobre el suelo con las piernas flexionadas. Le miro por un momento y veo que su ceño se frunce, sé que está pensando en algo que no le hace gracia.

-Yo también perdí a mi padrastro el año pasado. -Dice con dolor en la voz.

¿Por qué me estaba contando esto a mí?

Nos volvemos a quedar callados, pero esta vez decido romper yo el silencio.

-Creo que no eres tan mal chico como pensaba. 

Noto como levanta la cabeza y me giro para mirarle.

-Tú tampoco eres tan idiota como pensaba, Elisabeth. -Sonríe de lado haciendo que se le marque un hoyuelo en el lado derecho, donde levanta la comisura.

Río por debajo de la nariz al ver la sonrisa y niego, esa sonrisa la he visto dos veces desde que le conozco. 

-¿Eres tan serio con todos o es personal?

-Nah, es personal. -Bromea y se vuelve a tumbar.

Nos quedamos tumbados sobre el suelo, tapados con su chaqueta, hablando de cualquier cosa que se nos pasara por la mente, hasta que se hace de día.

Refuge - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora