XIII

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Me quedo sin respiración ante su cercanía. Sí, Harry, te deseo. Estaba bien hasta que ha llegado y he vuelto a caer en su encanto. No puedo hacerme esto a mí misma, es vergonzoso, no puedo volver cual perrito con su amo. Tengo que superar esto.

Tiene una mano apoyada en la pared, justo al lado de mi cabeza, y la otra está a la altura de de mi cintura. Me tiene completamente acorralada y noto como me desvanezco con cada pestañeo.

–Harry, no... No puedo. –murmuro mirando sus intimidantes ojos.

¿Cómo puede ser que haya pasado de parecer avergonzado a comerme con los ojos?

–¿El qué no puedes? –dice con voz ronca, sé que sabe que eso me mata.

–No puedo hacer esto, no puedo volver a ti sin más.

El tono de mi voz es menos autoritario de lo que me gustaría que fuese. Me tiemblan levemente las piernas
al no poder simplemente atrapar sus labios con los míos.

–No puedes... –asiente repitiendo mis palabras.– pero, ¿quieres? ¿quieres esto, El?

Ya está, se está pasando de la raya, no puede tener el morro de hacerme esto. Sabe que con cada palabra caigo más y no se corta en recogerme en sus brazos.

Salgo de mi trance mental y pongo mis manos en su pecho, empujo levemente y él en seguida se aparta mirándome confundido. Seguro que pensaba que volvería a él como una tonta, como hacen todas sus chicas.

–Lo siento, pero me esperan.

Dicho esto, salgo del baño a toda prisa y no noto sus pasos detrás de mí, cosa que me alivia pero a la vez me entristece. Me está volviendo loca.

–¡Elisa! -oigo a Gian, haciendo que me gire.

Parece preocupado o confuso por mi desaparición.

–¿Dónde has estado? Llevo buscándote un buen rato.

–Un niño me ha tirado el vaso encima, –señalo el final de mi falda.– y he intentado arreglarlo pero no ha servido de nada.

Caminamos hasta donde la sala de bailes y veo que ya hay gente bailando con sus parejas o padres. De repente, un cuerpo pasa por mi lado, adentrándose en la sala antes que nosotros. Es Harry y se acerca a Gemma para sacarla a bailar, mi corazón se ha derretido por quinta vez durante esta noche.

–¿Quieres... bailar? –dice Gian mirándose los pies.

Me río leve por su timidez y le cojo de la mano, yendo a la pista. Cuando llegamos pone sus manos en mi cintura y coloco las mías sobre sus hombros, justo cuando empezamos a bailar se cambia la canción. Look after you de The Fray empieza a sonar, auch. Veo como Harry y su hermana se ponen cerca de nosotros.

"There now, steady love, so few come and don't go

Will you won't you, be the one I always know?

When I'm losing my control, the city spins around

You're the only one who knows, you slow it down"

Harry articula con los labios esa estrofa de la canción mirándome fijamente a los ojos. Siento que me voy a caer, que alguien lo pare ya. Tengo que entrelazar mis brazos en el cuello de Gian, apoyando mi barbilla en su hombro para que no me vea el cuadro que tengo como cara ahora mismo.

"Be my baby and I'll look after you."

Y sigue. Este hombre está loco, ¿no se da cuenta de que con la manera con la cual me mira la gente se puede dar cuenta de algo?

Cuando se acaba la canción cojo rápido a Gian de la manga de la camisa y lo llevo hacia la mesa. Veo por el rabillo del ojo como Harry se ríe de mí y las mejillas seguro se me están tornando de un color rojizo.

–Oye, ¿estás bien? Te noto rara. –me pregunta Gian cuando nos sentamos en la mesa.

–Sí, sí...

–Si no te sientes bien, podemos irnos a casa, Ellie.

Odio que me llame Ellie, como si fuera una niña pequeña. No solo lo hace él, casi todo el mundo me llama así, pero que salga de su boca me molesta más.

–Ellie...–oigo una voz mofándose de como me ha llamado Gian.

Obviamente es él, me giro y veo como se sienta en la misma mesa que nosotros. Tengo claro que no me va a dejar en paz.

–¿Te sientes mal, Ellie? –dice serio pero yo sé que se está burlando de Gian.

Si las miradas mataran, Harry estaría enterrado siete metros bajo tierra. Al percatarse de la mirada de Gian, se empieza a reír tirando su cabeza para atrás. Sigue borracho.

–Bueno, parejita... –canturrea pasando su dedo por el borde de la copa.– Os veo muy distantes, ¿os está yendo mal la terapia, Gian?

–No vamos a ninguna terapia. –dice mirando a Harry sin entender nada.

Pobrecito, no sabe que se está riendo de él a sus anchas. Harry le da unas palmadas en la pierna y le guiña el ojo.

–Elisa es un buen partido. Seguro que ya sabes como la chupa...

Abro los ojos como platos y seguro que ahora mismo estoy más pálida que fantasma. Trago saliva volviendo la mirada a Gian, el cual me mira con una expresión que no se descifrar.

–¿Es tu... tu ex? –pregunta encajando las piezas.

–No me podría denominar como su ex... Más bien, soy el chico del que sigue pillada o algo así. Pero no llegamos a salir oficialmente.

–Harry, para ya. –le suplico.

Él levanta las manos en modo de tregua y con una hace como que se cierra una cremallera en la boca. Ahora mismo le odio con toda mi alma. Pero es tan guapo...

–No, no quiero que se calle. Quiero que lo diga todo. –dice levantándose.– ¿Me has puesto los cuernos con él? –dice señalándole con una expresión de rabia que no había visto nunca.

¿Qué? ¿Qué dice este ahora? Harry se parte con las manos en la barriga.

–¡Ojalá! –dice Harry entre risas.

De repente veo como Gian mira a Harry de una manera que no me da buena espina. Me levanto de inmediato y, justo cuando voy a acercarme a Gian, le pega un puñetazo en toda la mandíbula al que seguía mondándose. Harry cambia de expresión de un momento a otro y pone su mano en su mandíbula levantándose. No, por favor.

–¡Harry, para! –grito cuando está abalanzándose sobre mi novio.

Obviamente me hace caso omiso y se le tira encima, dejándolo en el suelo y a horcajadas de él pegándole con mucha fuerza.

–¡Por favor, que alguien los pare! –vuelvo a gritar desesperada.

Harry se lleva a penas unos golpes en la boca, pero él está destrozando a Gian con puñetazos en las costillas y en la cara. Justo antes de que alguien coja a Harry de la camisa y lo separe, veo como le susurra algo en la oreja a Gian agarrándolo del cuello de la camisa. Me arrodillo al lado de mi novio, el cual tiene la ceja y el labio partidos y un gran corte en el pómulo.

–Elisa, apártate de mí. –dice con un hilo de voz.

¿Cómo?

Refuge - Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora