XXV

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Elisa

Me acurruco en él sin decir nada, cierro los ojos lentamente.

–¿Tienes frío? –me susurra.

Niego y me aprieta un poco más fuerte hacia él. Pongo mis manos sobre las suyas y las acaricio suavemente con las yemas de mis dedos. Me podría quedar así toda la vida.

–¿Sabes qué? –dice después de carraspear.

Giro un poco la cabeza para mirarle y que siga hablando, y así hace.

–Aunque no debería... –hace una pausa.– Estar así contigo todos los días de mi vida es lo único que quiero.

–¿Aunque no deberías? –pregunto extrañada.

Sonríe de lado.

–Sí, porque sé que va a ser difícil conseguir lo que queremos. –me explica jugando con los dedos de mi mano.

Levanto un poco la cabeza para mirarle con una sonrisa.

–Pero tengo la esperanza de que lo nuestro va a suceder y a funcionar algún día. –continúa.

Baja la mirada y me mira, me da un suave beso en la frente y deja los labios ahí.

–Dime que tú también la tienes, El. –susurra.

Aprieto su mano cariñosamente y me la llevo a la boca, para darle un beso.

–También la tengo, Harry.

Noto como separa la boca de mi frente y suspira aliviado, cogiendo mi mano. Noto su respiración, como su pecho sube y baja con tranquilidad, y es la mejor sensación del mundo.

Un mensaje en mi móvil rompe el silencio. Miro la pantalla.

Gian❤️ 18:12 (1 mensaje nuevo):
¿Dónde mierdas estás, Elisabeth?

Lo leo y suspiro cansada, de él, de tener que esconderme con Harry, de la situación en general. Me incorporo, pero cuando me voy a levantar, Harry me coge de las caderas firmemente.

–Entiendes que no puedo consentir que ese gilipollas te trate así, ¿no?

Su voz suena más grave de lo normal, llena de rabia. Frunzo el ceño y giro la cabeza para mirarle, los rasgos de su cara están tensos y las arrugas de las cejas marcadas por su ceño fruncido. Pero cuando su mirada se encuentra con la mía, toda la rabia desaparece.

–Tú tampoco lo puedes permitir... –dice en un tono de entre ruego y queja.

En un impulso, me levanto, haciendo que quite las manos de mi cintura. Me arreglo la falda del vestido ante la atenta y curiosa mirada de Styles.

–Está pasando una mala racha, eso es todo. –le explico.

–No justifiques sus actos de posesividad. –me advierte, arqueando una ceja.

Entonces, cuando me voy a excusar, suena otra vez el móvil.

Gian❤️ 18:15 (2 mensajes nuevos):
Elisa
Como no vengas ya, te juro que vamos a tener problemas

Lo leo y se me sube el corazón a la garganta. Supongo que Harry lo nota, por las expresiones de mi cara, porque me coge el teléfono de un estirón. Lo lee y me mira, levanta el móvil, enseñándomelo.

–No está pasando una mala racha, Elisa, tu novio es un gilipollas. –dice enfadado, ¿conmigo?

Le quito el móvil tan rápido como puedo.

–Yo sé cómo es Gian, tú no tienes ni idea. Punto. –le espeto.

Él no dice nada más, se me queda mirando con una expresión neutra, pero con los puños cerrados, acumulando su ira. Espero que me diga algo más, lo que sea, tan solo por no tener que irme de aquí y seguir escuchando su preciosa voz. Pero no lo hace.

–Nos vemos luego.

Después de despedirme, me quito su chaqueta y la dejo sobre la silla, paso rápido por la puerta y mientras bajo, le escribo a Gian.

Elisa 18:21:
Estoy bajando, estaba con Gemma.

Bajo las interminables escaleras de la casa y camino hacia el salón, donde está Gian sentado en una silla, junto a los demás. Su enfado se puede ver de lejos. Gira la cabeza para mirarme y se levanta de golpe, me coge del brazo disimuladamente y me lleva a la cocina. Su agarre es tan firme que puedo notar mi piel enrojeciendose bajo su mano.

–¿Qué estabas haciendo? –dice cerrando la puerta detrás suyo.

Su mirada me penetra, creo que si las miradas pudieran matar, yo no estaría aquí. Es como la que la que tenía la noche que le confesé lo mío con Harry.

–¡¿Dónde cojones estabas?! –grita, y me da la sensación de que le ha oído medio barrio.

–Gian, no grites, por favor. –susurro, acercándome a él para tranquilizarle, con las manos delante de mí.

Me mira y luego mira mis manos, se empieza a reír amargamente negando con la cabeza y me coge de la muñeca.

–¿Piensas que te voy a pegar?

Su agarre es mucho más fuerte que el de antes y el miedo que invade mi cuerpo me deja paralizada. Sé que no debería sentir esto sobre mi prometido, pero lo único que siento ahora es pánico.

–Elisa, habla. ¿Piensas que te voy a hacer daño? –dice a centímetros de mi cara.

Puedo oler su aliento, ha bebido champán, y al hablar escupe. Está apretando los dientes mientras espera mi contestación.

–Y-yo, eh... Estaba... No... –balbuceo sin ser capaz de formar una frase con sentido.

–¿Qué pasa, eh? ¿Me tienes miedo?

No me he dado cuenta pero he estado retrocediendo durante estos minutos y, cuando doy un paso, me choco contra la pared. Él solamente niega y se separa de mí. Al hacerlo, miro mi muñeca y está muy roja, al igual que mi brazo.

–Oh, ya sé... –canturrea paseándose por la cocina.– Seguro que a Harry no le tienes una pizca de miedo. –coge un bol con fruta que hay en la encimera y lo tira con fuerza hacia el suelo, justo al lado de mis pies, haciendo que grite.– ¡¿Es eso, Elisa?! ¡¿Es ese gilipollas?!

Del miedo que tengo ahora mismo, ni me percato de que al estampar el bol contra el suelo, se hace pedazos, y uno de ellos ha ido a clavarse en mi pierna.

Al momento, la puerta se abre y deja ver a mi padre junto a todo el mundo por detrás. Gian se acerca a mí y me coge de la cara fuerte.

–Te vienes conmigo a casa. –me susurra amenazante.

Los ojos se me llenan de lágrimas y solo consigo tragar saliva cuando mi padre coge a Gian de la camisa y se lo lleva, dejándome apoyada contra la pared de la cocina con la mirada perdida.

–¡Elisa!

Oigo su llamada y levanto la mirada para encontrarme a Harry abriéndose paso entre la gente de la puerta.

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⏰ Última actualización: Jun 17, 2018 ⏰

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