Capítulo Quince

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— No, claro que yo no estaré bien —susurró tratando de cubrir un sollozo— Lucas, no estoy lista ¿Quien me hará reír con su humor más tonto y sin sentido? —Respiro dos veces, su voz se quería quebrar— Se que últimamente peleamos y en este campamento ni convivimos pero no quiero que desaparezcas de mi vida...—comenzó a llorar, me sentí peor de lo que ya me sentía. La abracé fuerte pero ella ya no me veía pero sentía que estaba con ella y Ahí estaba mirándola, con mis manos toque mejillas y la acerque a mí para poder besarla— Deseó que te quedes conmigo... Lucas... —Dijo en susurro, sus lágrimas se hicieron constantes al igual que sus sollozos, me destruía verla de esa manera, me sentía genial por ver tocado sus labios una vez mas pero eso no importaba si ya no estaría conmigo.

Ahora era invisible.

Podía quedarme y nunca ser notado o regresar a mi hogar y poder tener la oportunidad de volver, supongo que regresar a casa no es malo y si no me dejan volver en carne y hueso puedo escaparme y observarla aunque ella no me vea.

Alce mi mano y con magia apareció la puerta, la que me regresaría a casa.
Suspire y entre, una capa de luz azul se hizo presente y conforme pasaban los segundos podía ver mejor pero ya no estaba en la tierra.

Ahí estaban todos, trabajando como de costumbre y los mas pequeños jugando entre sí.                Me acordé de Cristian, el hijo de Elena ¿Mi padre sabrá que tiene un nieto de su hija favorita?

Sonreí al  ver a una de mis hermanas que corría a mi  para aventarse encima.

— ¡Lucas! —volvió a gritar, haciendo que todos se dieran cuenta de mi presencia.

— Nami... —dije un poco incómodo y a la vez feliz de verla.
Me incorpore; estaba rodeado por todos, pase una de mis manos a mi nuca y sonreí apenado—. Es un gusto volver a verlos —mencione para cortar esa tensión que había pero no funciono.

— ¡LUCAS! —gritaron a mis espaldas— ¡Maldito mocoso! —volvió a gritar mientras se acercaba a mi.

— ¡Hey! Hola... —salude haciendo un movimiento a los lados con mi mano
Y en vez de responder me dio un golpe en la cabeza— ¡Hay! ¡ELLE! —exclamé tallando mi cabeza.

— Eso es por irte sin avisar —dijo para volver a pegarme en el mismo lugar— y eso por romper una de las reglas.

— ¡Ya! ¡Duele! —me queje.

— ¿Que está pasado? —preguntó una voz gruesa  y familiar, no hay que tratar adivinar de quién es, la voz de mi padre, es inconfundible.

— ¡Lucas llegó! —le grito Nami, su cara cambio a una mas sería, si seria es la que siempre tiene ya deben imaginar como se puso.

Me miró y su expresión volvió a cambiar al igual que la mía, no sabia si estaba molesto o triste.

— Lucas —dijo serio  haciendo que sobresaltara un poco— hijo, acompáñame, necesito hablar contigo —dio media vuelta y comenzó a caminar por el lugar.

Sin decir nada, lo seguí hasta llegar al jardín de mamá, por lo que dijo Elle supongo que ya sabe lo que acaba de pasar, Estando ahí observó las flores y luego volteó a verme.

— Lucios —Al escuchar esa palabra mis ojos se abrieron en sorpresa, desde la muerte de mamá no lo había vuelto a decir, no había dicho de esa manera mi nombre—. Hace años le prometí a tu madre que jamás te mostraría la verdad, ella tenía miedo que reaccionarias de la misma forma que Víctor y perdiera a otro de sus pequeños hijos, pero es hora de que sepas la verdad para entender a tu hermano —todo lo que decía era  confuso.

— ¿Entender a Víctor? Es broma ¿Verdad? —el es la persona que más odio en este mundo y que siempre arruino mi vida— ¿Porque debo entenderlo?

— Porque es tu hermano y tiene sus motivos para odiarte —respondió.

— ¿Odiarme? Jamás le hice algo  y no le he dado motivos para odiarme.
Si vas a defenderlo prefiero que te guardes tus palabras y me ayudes por primera vez.

— Se lo que quieres pero no puedo concederlo; la magia tiene reglas y lo sabes.

— Bien, hagamos  la regla número 17.  Hacer un trato por un deseo ¿Dime cuál es tu condición?

— Esto no funciona así

— ¿Entonces? ¡Necesito regresar! ¡No la puedo abandonar! —exclamé desesperado— Si no vas a ayudarme, buscaré a alguien que si —me di la vuelta  y camine  de regreso.

— Espero y lo entiendas hijo, si  así es, volveras... —dijo.

Al escucharlo me detuve, no entendía lo que decía y luego  de la nada sentí algo sobre mi, era la magia de mi padre.

Me quedé inconsciente.

Dicen que cuando un amor fluye con facilidad es 

debido a que se habían enamorado una vida atrás.

DESEÓ: Tu Tienes El Control. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora