Extra - Kenny

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- Se aplicará condena máxima, la pena de muerte por inyección letal, sentencia que se hará efectiva el día 25 de marzo del presente año a las 18:00 horas - el juez golpeó con el martillo y comenzó a reunir los papeles.

Un viento frio recorrió mi cuerpo, era la primera vez que una persona que amaba podría morir. Tardé unos segundos en reaccionar, hasta que me vi nuevamente en el juzgado, con desesperación busqué a mi amigo Kyle, que en ese momento era el abogado de Leo.

- ¡Mierda! Kyle haz algo, ¡no puede terminar así! - lo miré con terror en el rostro y tomé sus hombros para sacudirlo.

- Amigo, ahora no puedo hacer nada, solo resta presentar una petición de indulto antes que llegue el 25 de marzo, pero para eso debemos probar que la pericia psicológica es errada - Kyle me observó preocupado.

De pronto escuché la voz de Leopold, y sus palabras calaron profundo en mí. Al oír su última frase sentí el rostro caliente, pronto las lágrimas comenzaron a caer, iba a perderlo, y si la sentencia se cumplía entonces, aquella frase sería la última que me podría decir.

No recuerdo haber sentido tanto dolor.

En algún momento sentí algo parecido, un vacío, cuando Leo se mudó, supongo que en ese tiempo nos habíamos acercado más de lo normal, ahora sé que le gustaba desde entonces. Pude sobrevivir sin él todos estos años, incluso fue un shock para mí el encontrármelo en South Park, más aún cuando lo vi como una viuda rondando la habitación de Cartman y, aun así, a pesar de mi sorpresa, debo aceptar que me perdí en su silueta.

Nuestro segundo encuentro parecía ser más animoso, en una fiesta, ahora lucía más al Leo de la escuela media.

Al oír su historia tanto en el hospital como en la fiesta, no pude evitar sentir que era mi deber ofrecerle un techo por el tiempo que decidiera quedarse en South Park, al proponerle mi idea me sorprendió el hecho de que aceptara con cierta facilidad, pero de todas formas me alegro. Él aún me veía como un amigo.

Aquella noche durante la reunión me embriagué dejándome llevar por mis instintos carnales y acabé en el departamento de una chica.

El sonido de la ducha a la distancia me hizo despertar, revisé mi celular con pereza notando las múltiples llamadas y mensajes que Leopold me había dejado. Miré la hora.

- ¡Mierda! - exclamé levantándome de inmediato.

Mientras me ponía los pantalones llamé a Leo para excusarme.

- ¡Leo! Lo siento tanto, tuve un percance, pero ya estoy en camino - lo dije agitado - aún estás ahí, ¿verdad? Por favor, dime que aun estás ahí.

- Si, aún sigo aquí - contestó en tono seco - date prisa - habló antes de cortar la llamada sin dejarme tiempo de decir algo más.

Apenas estuve listo abandoné el departamento sin siquiera despedirme de la mujer con la que había pasado la noche. Me apresuré a llegar al lugar de encuentro, una vez allí saqué el celular para llamar a Leopold cayendo en cuenta de la hora que era y pensando en que podría estar algo molesto, es probable que quisiera matarme. Caminé con el móvil en la mano divisándole a lo lejos, troté suavemente hacia él con una sonrisa, quizás de esa forma su molestia sería menor.

Me equivoqué.

Iba a disculparme por el atraso, pero ni siquiera dejó que lo saludara, haciéndome callar antes de que pudiera decir algo. Mi sonrisa se esfumó, lo seguí hasta su vehículo y entré cuando me indicó. Estaba impresionado, jamás pensé que a este sujeto le gustaran los autos de lujo, podía reconocer perfectamente el modelo, se trataba de un Audi R8 Coupe 2015 negro. Iba a pedirle conducir luego de alabar el vehículo, pero nuevamente apagó mis esperanzas incluso antes de que hablara.

13 HorsesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora