Justo a la hora acordada Xiyeon se presentó en mi casa. Debió parecerle la cosa más extraña del mundo cuando le dije que trabajaríamos en la casa de los vecinos, pero se encogió de hombros y me siguió obedientemente.Doyoung apretó mis cachetes en cuanto entramos.
–Tu novia es linda –susurró en mi oído, le di un codazo en las costillas como represalia.
Bien, quizá Xiyeon era linda, como absolutamente muy linda. Era similar a una muñeca de porcelana, con el cabello oscuro y los ojos del mismo tono profundo. Además, siempre usaba ropa bonita y de colores tenues, como si un agujero negro la hubiese traído desde el pasado. No estaba ciego y tampoco sordo. Había muchos interesados en ella en nuestro curso, pero no parecía querer citas en este momento porque rechazaba cada invitación que le hacían.
Jihyo la adoró al instante y, sorprendentemente, se metió a Yuri en el bolsillo al alagar a su bratz favorita. Hasta que la niña cambió su expresión por completo y procedió a abrazarse a mi cadera. Doyoung intentó separar a su hermanita de mí, pero era demasiado terca y cuando uno de sus brazos lograba zafarse, el otro me sostenía con el doble de fuerza.
Miré a todas partes en busca de Jaemin.
Lo encontré en el comienzo de las escaleras, sentado en el último escalón con los auriculares puestos en sus orejas. No estaba seguro de si había algo sonando o solo los usaba para tener una excusa de huir del mundo. Si era así, me hubiese gustado alejarme con él.
Cuando nuestros ojos chocaron, él entrecerró los suyos. La misma expresión de su hermanita, pero con la diferencia de que en Jaemin daba verdadero miedo.
Parecía... inquieto, desafiante, no lo entendía. Pero ansiaba saber qué era lo que sucedía por esa mente suya.
Y en cuanto una mujer delgada, alta y de sonrisa radiante apareció, toda la luz fue hacia ella. Encandiló el mundo, sin exagerar. Yoona, supuse. Y lo comprobé cuando apretó la mejilla de Jaemin y le quitó uno de sus auriculares para susurrarle algo que ni en mis más mejores intentos podría haber escuchado.
Jaemin cambió por completo. Su ceño fruncido se aflojó y sus ojos pasaron a ser suaves y adorables, pero no me miraron a mí, sino a la hermosa mujer a su lado.
Una mano tibia y sudorosa se apretó alrededor de mi muñeca y me hizo alejar la vista de Jaemin. Xiyeon tenía un par de perlas por dientes, hizo una reverencia a Jihyo y las reacciones fueron variadas; mientras Doyoung comenzó a mofarse de mi con gestos estúpidos, Yuri gruñó como un pequeño cachorro celoso, a la vez que la señora Na tomó la mano de la chica arrastrándola hasta el living y, por consiguiente, a mí con ellas.
Yuri, escurridiza como era, encajó entre nosotros en el pequeño sofá de la derecha.
–Mi madre cree que le estás presentando a tu novia, ten cuidado con Yuri o te morderá– murmuró Doyoung en mi oído.
Pasé saliva y retiré la mano de Xiyeon de mi muñeca. Ella no pareció percatarse de la incomodidad que me sacudía el cuerpo. Era hasta cómico.
–¡Eres una chica encantadora! –exclamó Jihyo, juntando sus manos para disparar pequeños corazones hacia ella. Luego palmeó el lugar a su lado. –¡Yoona, ven aquí para que conozcas a Jeno!
En cuanto el sonido de tacones se fue haciendo más audible, intenté estirar mi cuello para poder ver a Jaemin. La mujer desconocida se sentó junto a Jihyo en el sofá y Jaemin se quedó de pie a su lado, luciendo como un niño obediente. Por mi parte, quería que un tren se estrellase contra la casa y me sacase de allí.
También quería pedirle que viniese aquí, porque no me gustaba estar separado de él en el poco rato que podíamos estar juntos. Pero la sensación amarga en mi pecho me lo impidió. Entonces Zen saltó desde la reposera y clavó sus garras en las medias cancanes de Yoona, ella le acarició detrás de las orejas, en respuesta el minino se acurrucó dulcemente entre sus pies.
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Mermar - Nomin
FanfictionTenía 14 cuando su familia se mudó a la casa de al lado. Tenía 15 cuando vi a mi padre besarse con otro hombre. Tenía 16 cuando comencé a sentir odio. Tenía 17 cuando lo bese. PORTADA creada por la hermosa y talentosa @Kunhangucci a quien amo y admi...