CAPITULO VEINTIUNO

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CAPÍTULO VEINTIUNO

Martes

Antes del amanecer

—Me estoy deshaciendo —ya se había imaginado la decepción que se pintaría
en el rostro del psiquiatra asignado por el departamento, la Dra. Beverly Blanc.

—¿Cómo así?

Keri se lo explicó, dejando que todo saliera a borbotones.

Veía la cara de Evie por doquier. No podía dejar de pensar en ella. Quizás era
porque se cumplirían cinco años la próxima semana. No lo sabía. Todo lo que
sabía era que estaba pasando con mayor frecuencia que en los primeros seis
meses después del secuestro. Ella no había tenido momentos en blanco en los
últimos seis meses. Pero ahora, en las últimas doce horas, había tenido múltiples
episodios. Peor aún, se había vuelto violenta. Golpeó a un chico de secundaria en
la cabeza. Tiró un micrófono a la cabeza de otro sujeto. Y había confrontado
deliberadamente a un traficante de drogas y a un proxeneta.

Tenía una pista, según la cual, Evie podía haber sido raptada por alguien
llamado el Coleccionista. Un abogado local, Jackson Cave, podría saber el
nombre verdadero y el paradero del hombre, pero no se lo diría a nadie
voluntariamente. Keri se entretenía pensando en que podría chantajearlo para
forzarlo a hablar.

Además, estaba trabajando en el caso de Ashley Penn.

—Lo sé —dijo la Dra. Blanc—. Te vi en la TV.

Estaba en el caso, luego la quitaron, luego la reinstalaron: ahora mismo no
sabía cuál era su estatus.

La Dra. Blanc dijo: —Estás recibiendo más de lo que puedes procesar. Eres
como un globo al que le está entrando demasiado aire. Si no paras, vas a
explotar. Tú tienes que, o dejar el caso de Ashley Penn, o poner a Evie en espera.
Deja de pensar en ella hasta que el caso se resuelva.

Keri la miró afligida.

—No puedo dejar el caso.

—¿Por qué no?

—Porque si lo hago, y algo termina sucediendo, no podré vivir conmigo
misma.

La Dra. Blanc suspiró.

—Entonces tienes que dejar a Evie por ahora. Tienes que dejar la fijación con
ella. Y tienes que hacer lo mismo con El Coleccionista.

—Eso es imposible.

—Mira —dijo la Dra. Blanc—, esta es la realidad. Si Evie está muerta...

—¡Ella no lo está!

—Okey, pero si ella lo está, hacer a un lado por un tiempo los pensamientos
sobre ella no te va a afectar de ninguna forma. Si ella no está muerta, entonces,
probablemente ha encontrado una manera de hacerle frente a su vida actual. El
miedo y la desesperación que viste en su cara la última vez que la viste, no está
ahí ahora.

—No sabemos eso —dijo Keri.

—Sí sabemos —dijo la Dra. Blanc—. Emociones como esa no son sostenibles.
Si ella está viva, dondequiera que esté, hay grandes probabilidades de que haya
encontrado una manera de funcionar día tras día. Ella tiene alguna clase de
rutina. Se ha adaptado a la misma. Hacer a un lado a el Coleccionista y a este
abogado por una o dos semanas no va a significar una gran diferencia para Evie,
en el panorama total de su vida.

—De hecho, si te empeñas en perseguir a este sujeto, el Coleccionista, podrías
incluso cometer errores en los que no incurrirías más adelante, cuando pienses
con más sindéresis. Podría darse cuenta que vienes por él. Y podría entonces
escurrirse. Así que, aclara tu mente, deja también al abogado, y ponte a trabajar
en el caso de Ashley Penn, si eso es lo que tienes que hacer, luego vuelves a lo de
este hombre cuando te sientas saludable y puedas ponerle la máxima
concentración. ¿Te parece que tiene sentido?

UN RASTRO DE MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora