Capítulo 3: Conociendo Otro Mundo.

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Aquel demonio se hallaba dormido de pie, con los pies sobre un lago de sangre que, en la profundidad, se podían notar siluetas de lo que parecían ser calaveras. Entonces, aquel joven azabache despertó en aquel mismo espacio repleto de una densa oscuridad.

Kiro: – (¿Uh...? ¿Dónde... Estoy?) – Pensó, mirando alrededor de la sala inexpresivo y confuso mientras que su cabello hacía un raro efecto de movimiento acuático.

G: – Así que lo hiciste, y sabía que lo harías. Mentiste sobre tu naturaleza, y ahora tus acciones son completa ironía, claro, hablo de lo que dijiste hace poco: "No soy amable, dejé de serlo desde hace mucho tiempo". No siquiera tú te conoces.

Kiro: Apretó su puño con fuerza, notándose cabizbajo. – No es ironía, sólo decidí comenzar de nuevo, comenzar una nueva vida... Una mejor vida.

G: Hizo una pequeña carcajada. – Ridículo. No pienses en iniciar de cero, nada de lo que hagas hará la diferencia. Observa. – De golpe, saltaron del lago unos brazos que procuraban sujetarse de las piernas del azabache, que luego revelarían sus identidades como las víctimas de sus acciones. – Atentaste contra la humanidad, así como hacías en esa cueva. ¿Qué te hace pensar que cambiar, hará la diferencia?

Kiro: – Arrebaté vidas, para salvar una. Yo ya no soy un monstruo, a comparación de ti. – El tiempo se detuvo para aquellos que se arrastraban a los pies del azabache que continuamente, se hundirían en aquel pozo de sangre mientras la carne de aquellos se derretía hasta ser completamente esqueletos.

G: – ¡Ha, ha, ha! Qué gracioso, ¿en serio piensas que somos diferentes? Kiro, tú y yo compartimos el mismo cuerpo, hacemos las mismas cosas. ¿Recuerdas cuando comías carne? Era humana, y lo disfrutabas, ¿no es así? He, he. –

Kiro: – ¡Tú impulsabas mi cuerpo a hacerlo! Yo no tengo nada que ver, todo es tu culpa. –

G: – Exacto, chico... Todo lo que has vivido, fue por mí. – Soltó una fuerte carcajada.

Entre la maliciosa risa, llegó a surgir una silueta de las aguas ensangrentadas con una forma casi humana de estatura alta, que parecía tener el cabello largo hasta las espaldas y cuernos en su cabeza con cadenas que lo jalaban hacia la profundidad. Aquella silueta, comenzó a arrastrarse hacia Kiro mientras que éste, se apartaba atemorizado.

G: – Algún día, el control será mío, y te resignarás ante mi libertad... Y cuando lo haga, todo ser sobre la faz de esta Tierra, desaparecerá. – Las cadenas empezaron a jalarlo bruscamente de regreso, e impotente, negaba la contención entre tétricas risas.

Con un mal paso, Kiro tropezó, cayendo sentado en el lago del cual surgieron cadenas justo debajo de él que se enrollarían alrededor de su cuerpo y lo sumergirían de golpe en el lago, causando que aquel azabache se despertara de golpe hiperventilando mientras sostenía su pecho con su mano. Momento después de haberse calmado, se dio la molestia en visualizar la habitación en la que se encontraba, el cual parecía estar repleto de posters y figuras coleccionables de anime y videojuegos.

Ireki: Entró a la habitación de golpe tras escuchar un fuerte respiro. – ¡¿Qué pasó?! –

Kiro: Dirigió su mirada a Ireki con un rostro desanimado, aún con la respiración agitada. – No... No pasó nada, sólo fue una pesadilla. ¿Dónde estoy? –

Ireki: – Ah, te traje a mi departamento antes de que llegara la policía. Te volviste loco anoche, en serio hiciste una masacre horrible. –

Kiro: – Si, lo sé... A veces pierdo el control cuando algo me enoja mucho. – Se levantó del colchón lentamente y caminó hacia su amigo. – ¿Tú estás bien? –

Heart of a DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora