Capítulo 15: Devuelta en Casa.

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DB: Aquel gran ser de vapor oscuro y con armadura, se hallaba sentado en un simple trono de piedra. Se veía interesado, atento a unas antorchas coloridas que se mantenían activas delante de sí. Repentinamente, hizo un gesto de curiosidad, al ver que una antorcha de emanaba una llama verde, se extinguía rápidamente. – ¿Oh? Así que Geraldoz fue el primero en caer... Hfmp. – Se levantó del trono, y caminó hacia la salida de la habitación, soltando una leve carcajada. – Veremos quién será el próximo. –

Mientras tanto Kiro, aún se hallaba abrazando el cuerpo de su padre, aún sufría por lo recién ocurrido. El demonio interno de Kiro, por otro lado, miraba a nuestro protagonista que postrado ante él de rodillas en la dimensión de su mente. Este demonio de cabello albino, miraba a su portador de forma melancólica, era como si estuviese sintiendo lo mismo que Kiro. Fue entonces, que el demonio intentó llamar la atención del pelinegro.

G: – Kiro. – Esperó a que éste, respondiera a su llamado. Al no obtener señal alguna, pronunció su nombre nuevamente. – Kiro. ¿Puedes oírme? – Nuevamente, no recibió respuesta de su contrario. Sin opción, le tocó alzar la voz esta vez. – ¡Kiro! –

Kiro: – ¿Uh? – Alzó la mirada, notándose el rostro empapado de lágrimas. – Dorakuma, no es buen momento. – Volvió a decaer su vista. – Mi padre murió... No puedo hacer nada por él... – Su voz comenzó a escucharse algo aguda y atascada.

G: – Kiro, intento decirte, que tu padre aún está vivo. Aún hay oportunidad de salvarlo. –

Kiro: Levantó la mirada rápidamente, mirándolo con asombro. – ¡¿En serio?! ¡¿Cómo?! – Rápidamente, se le acercó y lo tomó ambos hombros. – ¡¿Cómo puedo salvar a mi padre?! ¡Dímelo! –

G: No dijo nada, simplemente, se mantuvo callado un instante. – Primero, debes tranquilizarte. Yo puedo salvar a tu padre, con un poder que tú aún no despiertas. –

Kiro: – ¿Poder? – Recobró la calma, y se apartó de él, soltando sus hombros.

G: – Ahora no es momento de explicaciones. – Señaló una pequeña línea azul que resplandecía bajo el sanguinolento mar de sangre. – Tráeme eso. –

Kiro: – ¿Uh? – Volteó a ver el pequeño lazo azul que daba leves parpadeos dentro del enorme lago rojo. – De acuerdo. – Se inclinó para sacar lo que sería, una cadena que resplandecía en un color azul índigo. – ¿Qué es... Esto? –

G: – Un poder al que no tengo acceso. – Le extendió la mano. – Dámela, si la toco, seré capaz de activar tus poderes aún suprimidos y podré salvar a Juuzo. –

Kiro: Sólo miraba la cadena con atención, dudaba en que pudiese confiar en aquel demonio, pero, para salvar a su padre, haría lo que fuera. – Está bien. – Le entregó sin más, aquella cadena que, al tocarla, hizo que su ojo derecho cambiara a azul índigo.

G: Al tener aquella cadena entre sus dedos, hizo que ésta emanara un intenso resplandor – Milagro de los Mil Cielos.

Kiro: Así también como la cadena, su ojo empezó a brillar de forma intensa después de que su demonio pronunciara tales palabras. Ya fuera del cuarto mental, notó la herida en el cuello del Shinigami, se cerraba lentamente. – ¿Uh? (¿Qué es esta sensación?) – A la par que cerraba dichas heridas, sentía una rara sensación de positividad en su cuerpo.

G: – Tu padre vivirá por el momento. Sobrevivió a una habilidad única y oculta que él posee y que descubrí durante mi batalla contra él. –

Kiro: – Pero... No lo comprendo... ¿No odiabas a mi padre? –

G: – Lo odio, pero odio más la tiranía y la corrupción política, y si ellos ganan, morirás, lo que provocaría eventualmente mi muerte, o quizá salga de tu cuerpo y sea forzado otra vez al encierro. En fin, vámonos, toma el inferportal de Geraldoz. Y no olvides recoger el amuleto, puede que los mismos gobernantes regresen y traten de repararlo. –

Heart of a DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora