Justo al siguiente día de esa noche de "diversión", el azabache se encontraba haciendo su rutina diaria para poder irse a aquel infierno de donde proviene, no sin antes de despedirse de sus amigos quienes se encontraban ya trasnochados de tanto jugar. Kiro, activó aquel Inferportal para aparecer en un abrir y cerrar de ojos en aquella cueva, a lo que su padre, el Rey Shinigami, estaría esperándolo en las profundidades.
Juuzo: – Llegas a tiempo. – Decía mientras quedaba cruzado de brazos, recostando su espalda en la pared con una sonrisa. – Vamos. – Se acercó a su hijo las cuales, parecía asentir con confianza, y finalmente, aparecer de la nada en la habitación donde yacía su trono tras un simple chasquido. – Quiero hablarte de algo antes de comenzar esto. –
Kiro: – ¿Mm? – Se dio la vuelta enarcando una ceja, para luego mirar a aquel hombre que tapaba su cabeza con una capucha. – ¿Por qué estamos aquí? –
Juuzo: – A eso mismo voy. – Da un largo suspiro dejando en presencia un largo silencio en la habitación. – Esta vez tendrás... Que hacerlo tú solo. –
Kiro: – ¡¿Qué?! ¡¿Qué quieres decir?! –
Juuzo: – Digo, que de ahora en adelante ya no estaré más contigo Kiro, por lo que ahora lucharás por tu cuenta. De todas formas, no es como si yo haya hecho mucho en nuestro anterior encuentro, así que es mejor dejártelo a ti. Pienso que eres fuerte, hijo, y te volverás aún más fuerte de lo que eres, venciendo seres más fuertes que tú. –
Kiro: – Tch. – Cerró sus ojos con fuerza cabizbajo. – Vaya mierda. –
Juuzo: No dijo nada, simplemente lo miró. Convencido de lo que tenía planeado hacer, sólo se acercó a él y colocó su mano encima de su cabeza. – Yo sé que podrás hacerlo. –
Kiro: Alzó la mirada, mirándolo con mera impresión. – ¿Cómo es que estás tan seguro? –
Juuzo: – Porque eres mi hijo. – Su sereno rostro, dibujó una cálida sonrisa lentamente.
Kiro: Se quedó contemplándolo con emotividad al escuchar sus palabras, a lo que seguidamente se tallaría un poco los ojos. – Tch... No preguntes sólo me entró tierra. –
Juuzo: – Lo que digas, ahora ve. – Revolvió su cabello.
Kiro: – ¡Oye! – Entrecruzó sus brazos con enojo. – No hagas eso. –
Juuzo: – Igual, ni te lo peinas. Muy bien, te enviaré cerca del Agujero de Mel, ubicado en Ellensburg, Washington. En cuanto llegues, sumérgete en él. Ahora ve, ellos te esperan. –
Kiro: – Perfecto. Alto, ¿qué? –
Juuzo: – Emm, nada, ¡buena suerte! – Chasqueó sus dedos, esfumando a su hijo de la habitación en un abrir y cerrar de ojos.
Kiro: – ¡Ngh! – Aún sufría de conmociones debido a las teletransportaciones. Al recobrar bien la conciencia, pudo percatarse de que estaba frente a un gran agujero, casi en medio de la nada. – Este... ¿Es el Agujero de Mel? – Se acercó a aquel hoyo y se asomó, pudiendo notar una enorme profundidad en él. – Uf... –
G: – ¿Y? ¿Qué esperas? Tu padre dijo que te lanzaras en cuanto llegaras. –
Kiro: – Sí, todavía pregunto porqué me advirtió eso. –
???: – ¡Tú! ¡El mocoso de cabello negro! ¡¿Qué crees que estás haciendo?! – Gritaba un hombre uniformado a través de un megáfono, que justo a su lado, estaba otro oficial con uniforme mientras le apuntaba con un arma. – ¡Por irrumpir en tierras adueñadas por el gobierno, está usted bajo arresto! ¡Ahora aléjese de allí, si avanza otro paso más, nos veremos obligados a ejecutarlo! –
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Heart of a Devil
RandomLa historia gira alrededor de Kiro Naraka, un híbrido con linajes de humano, ángel y demonio que consigue escapar de una cueva, luego de estar cuatro años atrapado entre la oscuridad, solo y desamparado, y con el objetivo de querer asesinar a su pad...