Tras los sucesos del capítulo anterior, Kiro fue enviado al Infierno Cero junto a su padre como ya fue mencionado, con el fin de dar con la recuperación de nuestro protagonista que cayó inconsciente al llegar a esta dimensión. Tiempo después, Kiro despertaría con vendas en todo su cuerpo, en una habitación oscura remodelada con un estilo arcaico. Normalmente, preguntaría en donde estaba, pero no había nadie que le contestase su pregunta así que, por lo tanto, intentó mirar si había alguien presente, pero no había nadie... Al menos así era hasta que la sombra de una esquina, empezó a deformarse.
Juuzo: Sin dar impresión o explicación alguna, pasó a través de aquella densa mancha de oscuridad como ya se mencionó, y se acercó a su hijo lentamente. – Parece que ya despertaste. ¿Cómo te sientes? –
Kiro: – ¿Uh? Pues... Bie- ¡Ngh! – Cuando intentó mirarse su brazo, su cuerpo de la nada, sufrió un dolor inmenso, insoportable se describiría. – ¡¿Q-Qué demonios?! –
Juuzo: – No te muevas mucho, tu cuerpo sufrió un descomunal desgaste de fuerza y energía, y con lo débil que estabas, pudiste haber muerto de no haber sido por tus compañeros. Anestesié tu cuerpo para que sólo pudieras despertar, así que no te esfuerces mucho. – Tomó asiento a un costado de la cama.
Kiro: – Ya veo... – Se recostó en la cama cuidadosamente. – ¿Qué pasó con el Goyricranius? –
Juuzo: – Ahora es libre. Nadie podrá hacerle daño nunca. –
Kiro: – Entiendo. ¿Qué hiciste exactamente? –
Juuzo: – Coloqué un sello de camuflaje alrededor de todo el volcán Shinmoedake, y unos carteles de advertencia, sé que los humanos no obedecerán, pero aun así no se darán cuenta de lo que pasa a su alrededor... Por cierto, ¿pudiste ver la entrada al templo? –
Kiro: – ¿Entrada al templo? ¿Te refieres a la del templo Shinmoedake? –
Juuzo: – Oh, así que sí lo leíste. –
Kiro: – Tenía qué, debía aprender a leer de una forma u otra. – Cerró los ojos, mostrando una leve y serena sonrisa.
Juuzo: – Sí, tienes razón. Bueno, me voy. Tengo asuntos que atender. Si te dijera cuánto tiempo te queda para rehabilitarte, diría que te queda alrededor de una semana, gracias a tu factor curativo. – Explicaba, mientras se ponía en pie para salir de aquella habitación.
Kiro: – Al menos no es tanto tiempo. – Abrió los ojos, viendo cómo se iba retirando hacia la puerta. – Antes de irte, quiero preguntarte algo... ¿Dónde y para qué me conseguiste un equipo? –
Juuzo: – Una guerra no tiene sentido si sólo cuentas con un soldado, además... Recuerdo haberte dicho: "Ellos te esperan". Aunque al parecer, llegaron un poco tarde, ¿no crees? –
Kiro: – Demasiado... Entonces, así que eso era. –
Juuzo: – Espero te lleves bien con ellos y sean de tu agrado. Trata de confiar en ellos lo más pronto posible. –
Kiro: – Papá, apenas los conozco, y la confianza no es algo que se gana de la noche a la mañana. –
Juuzo: – Lo sé, pero lo digo para que su trabajo en equipo sea eficaz y carezca de puntos débiles en una batalla. En fin, antes de irme... ¿Necesitas algo? ¿Agua? ¿Comida? –
Kiro: Se quedó pensativo un rato, ahora que lo mencionaba, no sentía hambre ni sed, era extraño. Lo único que quería en este momento, era estar en casa con los suyos. – Sí... A mis amigos, y Anju. –
Juuzo: – Ellos no pueden venir a verte ahora mismo. –
Kiro: – No me importa, quiero estar con ellos... Ah, sí, ahora recuerdo que Ireki me dijo que le autografiaras un libro. Está en mi chaqueta. –
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Heart of a Devil
RandomLa historia gira alrededor de Kiro Naraka, un híbrido con linajes de humano, ángel y demonio que consigue escapar de una cueva, luego de estar cuatro años atrapado entre la oscuridad, solo y desamparado, y con el objetivo de querer asesinar a su pad...