Capítulo 8: Buscando una Respuesta.

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De repente, el protagonismo cambió de lugar. Había un hombre encapuchado cuya sombra le cubría completamente el rostro y con dos focos rojos resplandecientes que representaban sus ojos, vestía con un atuendo bastante rasgado, y éste se sentaba en un trono creado a base de huesos y cráneos. Delante de él, aparecieron 5 entidades que la mayoría no parecían tener formas humanas, según respectaban sus siluetas que se creaban amén de la oscuridad que invadía aquella habitación.

J: – ¿Qué los trae por aquí? – Preguntó el encapuchado con una voz seria y directa.

KC: – Sabes porque estamos aquí... "Rey Shinigami". – Replicó una de las siluetas entre la oscuridad que, según su forma, portaba una túnica y sostenía un bastón que tenían ciertas partes que resplandecían en púrpura.

GH: – ¿Creíste que no nos daríamos cuenta? – Preguntó una silueta que, tras estas palabras, encendía su cabeza, dejándose mostrar una calavera imbuida en fuego.

J: El encapuchado guardó silencio, cerrando los ojos unos segundos. Al abrir sus ojos, colocó sus manos en las posaderas del trono. – No sé de qué hablan... Si me están acusando falsamente de algo, entonces les pediré que se larguen. –

GZ: – No te hagas, Shinigami... Sabemos que desobedeciste la orden que se te dio hace cuatro años. – Replicó otra silueta que se presenciaba en la habitación, parecía llevar una armadura encima y una leve neblina verde se liberaban de sus ojos y boca.

J: Suspiró mientras una gota de sudor se escurría en su rostro. – Si hablan de "eso", ya deberían de estar conscientes de... – Fue interrumpido bruscamente por el fuerte sonido de una lanza golpeando el suelo.

DB: – ¡No lo hiciste, Shinigami! No asesinaste a esa deshonra a nuestra raza. ¡A esa cosa que tú llamas "hijo"! – Declaró una voz endemoniada. Este, era notablemente el más alto de los cinco, su cuerpo liberaba humo constantemente.

J: Guardó silencio por unos segundos – Esto no es asunto de ustedes. –

DB: – Claro que sí, Shinigami. Te dijimos que lo mataras...Y dimos una advertencia, en caso de que no lo hicieras. ¿Lo recuerdas? –

J: Cabizbajo, mantuvo un prolongado silencio. – Perfectamente. –

TG: – Si lo sabes... ¿Entonces qué te detuvo? ¿No dijiste que habías cambiado hace 4 años? – Dijo otra silueta, éste portaba cuernos rojos brillantes.

DB: – Déjalo, Inmortal... Mejor sería considerarlo expulsado del Reino General del Inframundo... Y por supuesto, removerlo de su cargo como gobernante del mismo. Quizá así aprendas a tomar tus riendas y comportarte como un verdadero "Shinigami". –

J: – ¿Y ustedes pueden hacerlo mejor que yo? No tienen el poder siquiera para despojarme del cargo como Rey del Infierno, no mientras el resto de este mundo esté de acuerdo a mis métodos. –

DB: – Entonces has perdido la guerra, sabes que a nosotros los demonios no nos gustan asociarnos con esos "ángeles", ni mucho menos tolerar que camine entre nosotros, algo relacionado a esa especie. No tienes ningún argumento político para salir de esta, es una de las leyes que colocaste, irónico sería que tú, rompas una de esas leyes... Al parecer no has cambiado ni siquiera un poco desde que tu detestable esposa, murió. –

J: Golpeó con fuerza una de las posaderas del trono, destruyéndolo, que al mismo tiempo se alzaba con superioridad ante los presentes. – ¡Silencio! Pueden venir e insultarme; reclamar mi trono con descaro; e incluso dudar de mis palabras... Pero si osan hablar así de mi esposa... Se arrepentirán de haber sobrevivido a "La Guerra" y no haberse tragado sus palabras. –

Heart of a DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora