Capítulo 24: Una Sombra Hambrienta de Luz.

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GH: – ¿Tan desesperado tiene que estar tu padre para considerar la basura algo útil? –

Kiro: – Qué gracioso, ¿por qué no se lo preguntas al hombre que está detrás de todo este asunto y los reclutó a ustedes? –

Kevin: – ¡OOOOOOHHH! – Brutal humillación había presenciado el joven, sus nervios habían subido colosalmente ante lo recién escuchado. Seguido de ese grito, se dieron carcajadas de parte del chico que lentamente caminaba hasta su enemigo con tambaleos causados por las risas, y sin miedo alguno, se apoyó del hombro de éste mientras lo miraba con una expresión burlona y sonriente para echarle en cara lo que acababa de ocurrir. – Chale, te humilló. –

GH: – Aléjate, antes de que tú seas el próximo en ser humillado. –

Kevin: – ¿Más brutal que la patada en los huevos que te acaban de dar? No lo creo. –

GH: – Estás jugando con fuego, mocoso. –

Kevin: – ¿Estás retándome? – Ante su frase, enarcó una ceja aun manteniendo su expresión burlona después de haber dicho aquella clara referencia, y que, por lo visto, ya su enemigo estaba perdiendo los estribos.

GH: Con una fuerza descomunal y velocidad descontrolada, fue capaz de golpear el estómago de Kevin tomándolo desprevenido, obteniendo como resultado el mandarlo a volar por el suelo y luego que quedara estrellado en una pared. La escena en sí podría parecer graciosa, en la forma que Kevin fue golpeado con tal velocidad y ser afectado puede tomar un poco de humor puesto de que ya estaba sacando de quicio a su persona por medio de irritantes palabras. – Tal parece que nunca te han demostrado que las palabras que salen de repugnante y repulsiva boca, pueden causar tu propia maldición. ¿Dónde quedó tu honor ahora muchacho? –

Kiro: – ¡Kevin! – Preocupado, el joven azabache intentó querer impulsarse para ir en contra con el antagonista de la historia, no obstante, Yutaro había detenido sus intenciones, al estirar su brazo en señal de retroceso.

Yutaro: – Déjalo. – Con un tono serio, se negó a querer salvar a su compañero azabache y sin siquiera dar explicaciones del porqué.

Kiro: – ¡Pero si no hacemos algo, Kevin va a...! – Sin poder terminar su diálogo mostrando su preocupación, fue interrumpido por un comentario directamente fuerte de parte de su aliado castaño.

Yutaro: – ¡He dicho que lo dejes! – Volteó a mirar a su líder con una mirada que claramente él podía entender, Yutaro por alguna razón confiaba en que Kevin podría salvarse de la muerte.

Entonces, fue cuando Kiro entendió lo que la mirada de su compañero quería transmitirle, entonces con calma y paciencia, se quedó a mirar atentamente la batalla. Kiro, aún sin poder confiar del todo en las habilidades de Kevin debido a la falta de conocimiento que tiene sobre éstas, de igual manera se miraba intranquilo.

GH: – ¿Mm? Es impresionante el cómo tienes el valor para dejar atrás a un amigo caído, Kiro. Eso es aún más decepcionante que ser hijo de un demonio y ser completamente inútil. Es una lástima que no hayas aprovechado esta oportunidad, espero tengas una disculpa preparada a quién no osaste echarle una mano. – El esqueleto, con gran fuerza, aventó su Naginata hacia donde había lanzado anteriormente al chico con su golpe. No sabía si había acertado o no, más los cálculos no pudieron ser capaces de fallar puesto que una cortina de humo ocultaba el cuerpo de su oponente.

Kevin: – Por encima de que pegas peor que una anciana anoréxica, tienes una puntería del asco. –

De las paredes, se pudo visualizar que de allí el joven de ojeras salía de los muros tal y como un espectro, lucía imperturbable y por ende intacto, siquiera era incapaz de mostrar enojo por haber recibido ese ataque de gran magnitud hacia su pectoral.

Heart of a DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora