Capítulo 14: Geraldoz, el Dios de los Espíritus.

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Kiro, estaba de rodillas, encima del cadáver de Urak que tenía la cabeza totalmente destrozada y en cierto modo, divida en dos. Ambos hermanos esqueleto, se convirtieron en polvo luego de la muerte de Urak. Kiro, dominado por la ira y el odio, se giró a ver a Juuzo, expresando un gran vacío en su rostro, sus ojos, aún seguían emanando luz.

Juuzo: Aún estaba en posición de combate, aún tenía la sospecha de que su hijo había perdido el control. – Kiro... ¿Estás bien? –

Kiro: Se colocó de pie lentamente, pensando en la pregunta. – ¿Bien? – Se acercó a Juuzo, se notaba un tambaleo en su andar. – Estoy... Mejor que nunca... – Se detuvo, al estar frente a frente con él. – ¿Y bien? ¿Qué tal lo hice? – Dijo en un tono adormilado.

Juuzo: – (Está luchando por el dominio de su mente.) ... Lo hiciste bien, hijo. – En lugar de orgullo, su rostro mostraba preocupación.

Kiro: Entrecerró ambos ojos, pareciendo que estuviese cansado, pero lo que hacía era notar su rostro. – ¿De qué... Tienes miedo? –

Juuzo: – De que "él" haya tomado tu cuerpo. ¿Estás seguro de que te sientes bien? –

Kiro: Sonrió de forma serena. – Sí, no te preocupes, sólo que no puedo pensar bien. –

Juuzo: – Oh, bueno. Has mejorado bastante, Kiro, estoy orgulloso de ti. – Transformó el mazo, de regreso a su bastón mientras expresaba orgullo. Entonces, se acercó a la pila de polvo en el que se convirtió Valha. – Hijo, revisa los restos de Urak, si encuentras una piedra brillante, tráela. – Se agachó, registrando el "cadáver" de Valha, logrando extraer una esmeralda. – Bien. –

Kiro: – Bien. – Fue de regreso a Urak, tomando su espada y ocultándola en su funda, para luego proceder a investigar a su vez que sus ojos regresaban a la normalidad. Con suerte sacó otra esmeralda similar a la que sacó su padre. – Tengo algo. – Regresó a su padre, mostrándole la gema.

Juuzo: – Bien. – Tomó la otra esmeralda, y lanzó ambas piedras al cielo, haciendo que se abriera un gran círculo alquímico verde sobre ellos. Este símbolo proyectado encima de los dos guerreros, logró teletransportarlos instantáneamente a un oscuro bosque de troncos muertos que desprendían una sustancia verde reflectiva.

Kiro: Apretó su cabeza con su mano, el teletransporte pareció haberle afectado la cabeza. – ¡Ngh! Mierda... Mi cabeza. – Notó el espacio forestal sombrío en el que se encontraban, parecía un lugar bastante interesante. – ¿Un bosque? ¿En dónde estamos? –

Juuzo: – Éste es el infierno del Área Norte, pero es llamado y conocido como "Bosque de la Pena". Los demonios vienen acá para extraer frutos malditos. –

Kiro: – Interesante. ¿Entonces, nuestro enemigo posee poderes de madera? –

Juuzo: – No. Tiene un pacto con los espíritus, pero aun así no es tan fuerte, pero eso sí, será más complicado que los anteriores. –

Kiro: – Ya veo. – Tomó su espada, comenzando a caminar entre los árboles con cautela.

Juuzo: – Hay que tener cuidado, puede que ya sepa que estamos por aquí. –

GZ: – En efecto. – Apareció aquel mismo guerrero encubierto por una armadura de entre los árboles, algunas partes de su cuerpo podían emanar una luz y un vapor verde. – No pensé que tú nos atacarías primero, Juuzo. ¿Y ese tal ejército del que se rumorea? Sólo veo a un mocoso. –

Juuzo: – Un mocoso que te va a moler el rostro a puñetazos. –

GZ: – Qué entusiasmo, me gustaría que demostraran eso. –

Heart of a DevilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora