Capítulo Siete El Amor y El Desamor

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En el aeropuerto Jazmin y Leo esperaban la llegada de Miranda, quien regresaba de incognito a Buenos Aires luego de su desengaño amoroso con Paolo, se refugiaría en la casa de su hermana por unas semanas. Leo afligido le decía a Jazmin.

─Colorada tengo los sentimientos encontrados.

─¿Y eso por qué Bebote?

─Viste que estoy próximo a recibirme de médico, eso me tiene re contento.

─A mí también, un montón.

─Pero ahora verla a Miru tan triste no me copa.

─¡Ah eso! Y bueno quizás se entusiasme con tu graduación.

─Tenes razón pero hay otra cosa que no les he dicho y no creo sea un buen momento para hacerlo.

─Dale Leo, me estas intrigando ¿Te paso algo malo? Soltalo.

─Me puse de novio y pensaba presentársela a la Trini en un almuerzo ─ Jazmin se abalanzo sobre el eufórica por la noticia y tomando su cara entre sus manos.

─Bebote, estoy feliz por vos es relindo que estés enamorado, ¿Qué te parece si la invitas a comer a la casa? Todo va a estar bien confía en mí.

─¿En serio Jaz, harías eso por mí?

─Eso y mucho más, te quiero.

Leo a pesar de sus veintiocho años tenía una personalidad de gente grande, su mejor virtud la paciencia, su cualidad principal ser un caballero, su pasión los niños de ahí sus ganas de ser pediatra. Para Jazmin su hermano era un ser muy especial, desde pequeño siempre fue considerado, solidario, estudioso aspectos que copio de su padre que era su ejemplo a seguir. Su carácter lo define como un hombre introvertido, muy inteligente y afectuoso.

Se abrían las puertas del desembarque de pasajeros que venían de Alemania, pronto ambos divisaron a su hermana que llegaba con sombrero, gafas y vestida de negro, evitando que alguien la reconociera, su caminar se hacía lento por el peso de las valijas que traía. Al llegar hasta sus hermanos se produjo un abrazo grupal que duro poco e iniciaron marcha fuera del lugar rumbo al auto. Ya en casa mientras compartían un vino Leo y Jazmin esperaban ansiosos que Miranda contara la historia de su fallido amor. Miranda siempre fue una chica rebelde, muy temprano le comunico a sus padres su deseo de ser modelo y estos sólo le exigieron esperara tener la mayoría de edad para aventurarse en eso que quería. Por unas fotografías tomadas por Carla comenzó a recibir ofertas y en un año se decidió por las pasarelas, ese mundo de la moda y glamour que tanto le fascinaba lo tenía a sus pies. Miru poseía una energía que contagiaba, siempre encantadora, de buen humor, cariñosa, espontánea, carismática, y muchas veces algo explosiva.

─¿Queres más vino?

─No ahora no, necesito contarles cómo fue que descubrí su engaño ─ comenzando a llorar, Jazmin abrazándola le decía.

─Tranquila Bebota, dale no llores por semejante tarado ─ Miranda limpiando sus mejillas y más calmada comienza a contarles.

─Estaba en Berlín y tenía tres días de descanso previos al desfile así que decidí caminar por aquellas calles para distraerme, cuando lo veo a Paolo con un nene sentado en sus piernas y frente a él una mina muy parecida a mi debo decirlo, que le sujetaba la mano en una cafetería cercana a mi hotel. Al ver esa imagen me aterre y al mismo tiempo me entro una bronca, lo quería matar ─ los hermanos escuchaban atentos sin dejar de beber su vino ─ Para, para me dije ese no puede ser tu novio, vos lo dejaste en Milán, mi relación con este pibe ya venía con altibajos por una u otra cosa siempre un quilombo viste ─ Jazmin y Leo asentían sin interrumpirla, Miranda secaba sus lágrimas ─ No sé cómo me arme de valor y entre a enfrentarlo pero algo en mi interior me decía que lo nuestro se había roto ,me acerque y lo salude cómo si fuera mi amigo, él se quedó mudo y fue la mujer quien disipo mi duda, era su esposa y el pibe su hijo─ Miranda comenzó a llorar esta vez desconsoladamente, Leo se levantó del sillón diciendo.

─LA RECONTRA PUTA DE LA MADRE QUE TE PARIO, PAOLO, ANDATE A LA MIERDA ─ Miranda y Jazmin conociendo que su hermano jamás había puteado a nadie se miraron asombradas y sin poder creer lo que escucharon sus oídos comenzaron a reírse sin parar, Leo y su puteada le trajeron a Miranda un momento ansiado, un momento de alegría, esa noche tomaron más botellas de vino que cualquier otra ocasión los tres hermanos terminaron al pedo.

Paso una semana desde la llegada de Miranda a la ciudad, su depresión cambio cuando Jazmin le pidió la ayudara a organizar el almuerzo para conocer a la chica de Leo. Era la primera vez que tenía una novia oficialmente hablando, por esa razón estaba muy ansioso esos días, Trini y Leo se conocieron en un encuentro casual y divertido una noche de boliche. Luego de las presentaciones habituales, se reunieron todos a charlar y tomar vino en el living, Miranda y Trini congeniaron al instante de conocerse y hablaron de moda, maquillaje, de tendencias, de redes sociales, Jazmin estudiaba el comportamiento de la nueva integrante como buscándole algún defecto, cosas de madres se decía pero al correr de las horas, más simpática le pareció su cuñada quien fue la que termino durmiendo a Milly luego de estar muy inquieta. Leo estaba feliz y con sus dudas despejadas le brindo un especial abrazo a su hermana mayor y le susurró al oído.

─ Gracias colorada, sos una genia, te quiero ─ Jazmin con sus ojos humedecidos le sonrió.

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En casa Florencia organizaba sus papeles para su programa del día siguiente, su entusiasmo la alejo tanto de la realidad que olvido era tarde y Daniel no había llegado. En ocasiones durante la semana este se quedaba en el bufete preparando sus casos y no aparecía sino hasta altas horas de la noche; le extraño que no la llamase para avisar. Ceno en soledad viendo una película romántica donde la protagonista engañaba a su pareja con su mejor amigo, pensó que ella no sería capaz de ponerle los cuernos a Dani, lo amaba tanto que no podía imaginarse sin el a su lado. Florencia era amante de las redes sociales en todas tenía su grupo de webamigos como ella los nombraba y sus comunidades de seguidores no eran nada despreciables. Desde la universidad se propuso ayudar a aquellos jóvenes y desconocidos artistas a tener espacio en este fascinante y difícil mundo del arte y la cultura. A cuanta exposición o evento la invitaban ella asistía gustosa y divulgaba a más no poder la fecha en que se realizaría tan o cual actividad artística, su visión y misión en ese aspecto de apoyar a otros a lograr sus sueños la llenaba inmensamente de satisfacción y felicidad. Para Florencia Estrella su filosofía era sencilla de entender el arte está en todo, admíralo y sorpréndete. Ella misma se sentía un instrumento del arte. Tres semanas ya habían pasado y tenía un nuevo trabajo. Sus nuevos compañeros la trataban con respeto y consideración, muchos de ellos conocían de su trayectoria en las artes y la cultura y su nuevo jefe era una persona súper receptiva y abierta a nuevas propuestas. Vivía un momento único en su carrera y su vida amorosa, que más podía pedir por fin estaba en el lugar indicado haciendo lo que le apasionaba y rodeada de colegas que la valoraban. Dentro de la gaveta de su mesa de luz buscando una anotación que necesitaba hallo una foto, en ella se le veía con un hombre alto, de cabello negro y piel blanca como ella. Sus ojos se humedecieron y sintió como las lágrimas invadían sus mejillas, esa imagen la llenaba de mucho dolor. Una separación que hasta hoy se preguntaba si había valido la pena, esa persona en la foto le recordaba lo que su madre le dijo al saberlos alejados: "La familia debe pesar más en cualquier otra cosa en la vida". Palabras sabias que ella no tomo en cuenta, dejándose llevar por las opiniones de otros y no por la de alguien que nunca en su vida le haría daño, al menos no con intención. 

¡Gracias mil! Una vez más por dedicarle un poco de su tiempo a esta historia. Sus votos y opiniones son valiosas para mi.  Espero que este capítulo les agrade. Cuídense.

El destino tiene otros planes  (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora