Harry abrió los ojos. Le dolía la cabeza y apenas tenía sentido de las cosas. No reconocía nada, la luz blanca de una lámpara ubicada en el techo le fastidió la vista. ¿Dónde estaba? Miró a su alrededor y oh… joder, sus manos estaban atadas, al igual que sus piernas en la misma silla marrón de madera. Se movió en ella. Que buen nudo. La habitación en donde estaba se encontraba totalmente vacía. Ningún ruido. Nada. Solo había una puerta media abierta que le daba a entender que no estaba solo. Las ganas de gritar se le vinieron de repente, pero la boca la tenía totalmente cubierta. ¡Mierda mil veces! ¿Qué clase de broma era esta? ¿Acaso…acaso él era el siguiente que moriría en 24 horas al igual que todos sus familiares?
—Esta despierto. -informó un tipo calvo, en el borde de la puerta. A Harry se le erizó la piel. Abrió más los ojos. —¿Qué hago con él?
—Déjalo, está totalmente atado, no intentará nada. -le contestó otro, que se encontraba en el pasillo y que no dejaba ver la cara. —James, el jefe lo quiere vivo…
James, el calvo, sonrió. Miró a Harry totalmente hambriento. Tenía 17 años apenas, pero tenía todo lo que él nunca había visto antes.
—¿Y si juego un poco con él?
—Que hagas lo que quieras. -contestó. —Solo, no lo dejes libre. -el sonido de un portazo se escuchó fuertemente. James se había quedado solo. No, no solo, con Harry atado de manos y pies. Lo miró de nuevo, jugando con sus dedos.
—Si lo piensas bien, esto no va a ser tan doloroso. -se acercó a él a pasos lentos. De pronto, sus gruesas y sucias manos tocaron el rostro de Harry quitándole el pañuelo de la boca. Se puso de pie, abrió la cremallera de sus pantalones y..
—Debería darte vergüenza. -Él sonrió. Acostado sobre el borde de la puerta y un arma que adornaba sus manos. Se fijó en Harry, que lo miraba atónito desde su sitio, algo había llamado su atención. —¿Qué mierda haces? -Louis tenía la sonrisa más bonita del mundo, junto con sus dientes blancos y perfectos. Otra vez, sus ojos azules recayeron en Harry. —Suéltalo. -le apuntó a la cabeza.
James palpó su arma en los bolsillos traseros de su pantalón, pero cuando intentó sacarla, una bala le atravesó la sien en menos de un segundo. Cayó al suelo, haciendo un charco con su propia sangre.
—¿Qué tal? -dijo él sacudiendo la cabeza.
¿Y ahora quién era él? ¿Otro secuestrador?
—Sácame de aquí.
—¿Ni siquiera un: "gracias"?
—Gracias.
—No, no… puedes hacerlo mejor.. -sonrió. Harry cerró los ojos con fuerza. —Inténtalo, tal vez algo así como: "Gracias por salvarme Louis, te debo la vida y también que un imbécil con polla pequeña haya intentado violarme. Eres un Dios, gracias."
—¡Solo sácame de aquí! -gritó Harry. Louis se puso de rodillas, sus miradas se cruzaron. Las miradas de un chico de 22 y uno de 17. Sin querer, sus manos rozaron con la piel de Harry. Erizándoló por completo. Harry bajó la mirada y movió sus piernas para que Louis ya no pudiera rozarlas con sus manos. Que ironía y es que todavía no tenía idea de lo que pasaría luego entre los dos. La verdad, nadie lo sabía.
—Te sacaré de aquí. Conmigo no tienes que dudar. Soy el agente que va a cuidarte hasta que todo este lío de las 24 horas se acabe. -lo miró. Harry intentó no llorar. —Te voy a cuidar, pero necesito que me ayudes.
Una mirada más. Una intensa. Fuerte. Le miró los labios, rosados, deliciosos, carnosos, le provocaba mordérselos… ¿Por qué nadie le había dicho que cuidaría a alguien así? Harry notó lo que miraba.
—Que no llores. -le volvió a decir. —Conmigo, nunca va a pasarte nada.
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24 horas | Larry Stylinson •Terminada•
Teen FictionA Louis Tomlinson le han encargado el caso de Harry Styles y la misteriosa desaparición de los miembros de su familia cada 24 horas. Deberá protegerlo hasta que este sea mayor de edad y pueda defenderse por sí solo, mientras tanto.. ¿Será capáz de n...