24 horas | Larry Stylinson •Terminada•

Capítulo 5

Se había encerrado en la habitación. Hoy, como todos los días que habían pasado últimamente, no tenía ganas de nada. Deseaba con toda su alma desaparecer por una sola vez y nunca más volver. ¿Es que todo esto tenía que pasarle a él? Una muerte ya era mucho, pero ¿tener soportar cuatro muertes seguidas? Era muchísimo. Muchísimo para él. No era de metal. Tenía sentimientos, y aunque a veces trataba de ser fuerte ante todo, terminaba siendo el ser más sensible del planeta.

Abrazó una almohada. Malditas lágrimas. Maldito asesino. Malditos todos. Y ahora, estaba solo, con un agente que ni siquiera conocía y lejos de él, lejos de William. Justo cuando más lo necesitaba, lo habían alejado de él completamente. 

 —La cena ya está. -Louis entró a su oscura habitación, apenas y podía divisarse el rostro de Harry. No había hablado con él después de que Robert se había ido.  —¿Estás bien? -le preguntó al verlo acostado de espaldas y sin dar respuesta alguna.

 —No… -murmuró. Respiró hondo, no podía contener sus sollozos.  —Odio mi vida.

 —¿Sabes cuantas veces he escuchado eso? 

 —Es que tú no estás pasando por lo que yo estoy pasando. 

Louis rio. Entró a la habitación y cerró la puerta una vez que se encontró dentro. Buscó la cama, tanteando con los pies, hasta dar con ella. 

 —Hace diez años murieron mis padres. -se acostó a su costado. Harry apretó los labios.  —Desde eso estoy completamente solo. 

Varios minutos de silencio.

 —A veces es mejor estar solo, al menos para mí. -se dio vueltas en la cama. Harry se había cubierto el cuerpo hasta la nariz.  —¿No tienes calor?

Él negó con la cabeza. 

 —Louis.. -susurró. La piel de este se erizó por completo al escucharlo pronunciar su nombre. Algo le había cosquilleado el estómago en ese momento.  —No quiero que hagas nada. Quiero que ese asesino venga y me mate de una puta vez. 

 —No voy a dejar que lo haga…

 —Pero si te lo estoy pidiendo yo.

 —No lo haré. 

Se miraron. A pesar de la oscuridad, cada uno podía percibir y observar los ojos del otro con facilidad. Estaban tan juntos. Tan unidos. Sus respiraciones chocaban. Y el tacto de su piel se hacía cada vez más intenso. 

 —No dejaría que te haga nada. Es mi deber.

Un movimiento más. No había distancia que los separara. 

 —¿Qué ha sido lo de hace un rato?

 —Me gustas. -murmuró Louis. Sin ningún miedo ni vergüenza. Solo lo dijo. Con espontaneidad. 

 —Creí que no te gustaban los chicos como yo…

 —Y yo que no te gustaban los tipos como yo… pero me equivoqué.

 —No te puedo gustar.

 —¿Y qué si me gustas? Siempre he querido tener algo con uno de diecisiete.

 —Te crees la gran cosa.

 —Ey, ya. No peleas ¿sí?

 —Pero tú empiezas.

 —Quiero llevarme bien contigo por el resto de la semana. 

Una mirada más. Los ojos de Louis se comieron los del pequeño. Este momento no dejaba de parecerle exquisito. Se había percatado en lo cerca que lo tenía esta vez, al igual que hace unas horas. No podría olvidar que habían estado a punto de follar.

 —Confía en mí, voy a encontrar al asesino. -sus manos habían vuelto a coger a Harry de la cintura, pegándolo, uniéndolo de nuevo a él. Harry se dejó hacer. La poca fuerza que le quedaba no era suficiente para abstenerse.  —Pero antes, déjame hacerte olvidar los problemas.

Un beso. Un beso pequeño. Harry cerró los ojos de inmediato. Pronto los volvió a abrir. Louis se había quedado observando sus labios por varios segundos. Para entonces, fue Harry quién perdió el control. Bastaron unos minutos, para que el cuerpo de Harry estuviera sobre el de Louis, metiendo su húmeda lengua en la boca de él. Un besó más. Louis perdería los papeles… “No sigas Harry”, rogó él. Pero él no pararía.

 —¿Quieres hacer esto? 

 —Sí. -dijo Harry, completamente decidido. Sabía que aquello no significaría nada para él.. Que sería algo más. Un acto más. Una cosa más. Una situación más. Sin sentimientos. Solo algo de lo que ambos se olvidarían en un par de horas. O al menos… eso planeaba Harry.