24 horas | Larry Stylinson •Terminada•

Capítulo 7

 —¿Eres virgen? -le preguntó. 

Harry asintió tímido. 

 —Vaya, me esforzaré entonces. -le dijo, haciéndolo reír. Pero aquella risa se transformó en un gemido más, el pene de Louis estaba rozándole suavemente su trasero. Moviéndolo de arriba hacia abajo. Y sus manos se tocaron de pronto, las manos de Louis llevaron las de Harry hacia su espalda, haciendo que se sostenga de él.  —Si te duele, solo abrázame.
Se miraron. Una última vez. Aquello había sido rarísimo. ¿Qué acaso no habían acordado que aquello sería sin sentimientos? Y lo último que él le había dicho había notado lo contrario. Pero Harry no tuvo ni siquiera tiempo para pensar en ello... la primera embestida había sido la peor. Tragó saliva. Le había dolido hasta en el alma. No podía ni siquiera desahogarse gritando o apretando la espalda de Louis, simplemente lo había dejado sin fuerzas, completamente debilitado. De pronto, un respiro. Louis salió de él. Mientras Harry echaba la cabeza para atrás, soltando un ligero gemido que apenas él pudo escuchar. Cerró los ojos con fuerza. Le había dolido y mucho. Pero aquello solo había hecho que le dieran ganas de más. Levantó la mirada, Louis se había introducido en él sin avisar.

-¡Sí! -gritó esta vez. Aquello había sido aún más fuerte que la primera vez. Había entrado más. Sentía la punta del pene de Louis atravesarle los sentidos, estaba llegando muy lejos.  —Más… más por favor…

Y eso fue exactamente lo que recibió. Una embestida más. Y no pararía. No podía controlarse, y menos aún al sentir las manos de Harry apretarle la espalda. El ritmo crecía. Estaba más duro que nunca. Igual o mejor que el metal. 

 —¿Te gusta? Vamos, dime.

 —¡Sí, sí! sigue, sigue -le ordenó. Movió las caderas para sentirlo aún más. Lo estaba follando con una fuerza única. Ya ni siquiera sentía las caderas. Su cuerpo, bañado en sudor, se había pegado al de Louis en uno solo. Eran uno solo. Aquella noche había dejado de ser virgen.  —mnh, sí -murmuró, una pequeña calentura le invadió el cuerpo. Lo había empapado completamente, Louis se había corrido en él. Y Harry, no había tardado en darle su dulce orgasmo.