24 horas | Larry Stylinson •Terminada•

Capítulo 16

—Au… -se quejó el pequeño.

—Escúchame bien . -le dijo fuerte y claro. Harry solo podía concentrarse en los finos labios que tenía en frente. Rosados e irresistibles.—Se acabaron los juegos.

—¿Juegos? -arqueó una ceja, haciéndolo cabrear aún más.

—Sí y no estoy bromeando con esto. Se acabó, si no quieres que siga haciendo mi trabajo por mí está bien. Hay millones de chicos en el mundo que me necesitan, no por ti voy a desperdiciar eso.

—¿Le llamas trabajo a follar?

—Le llamo trabajo a lo que a mí se me da la gana. Además, no es que tú te quejes cuando te lo hago. 

—Eres un idiota… -volteó el rostro, Louis lo pegó aún más hasta la pared. 

—Idiota fui por a ver aceptado el caso de un niño inmaduro como tú. 

—Te pagan por esto Lous, no vengas a hacerte el héroe. 

—Tú no lo entiendes… -bajó la cabeza. Odiaba a Harry en ciertos momentos. Lo odiaba tanto que hasta juraba que podía perder la cabeza por él. ¿Era odio o qué? No lo sabía, pero era tan fuerte aquello que le hacía sentir. Lo desesperaba muchísimo. Lo hacía equivocarse. Lo hacía perder el control. 

—¿Qué no entiendo? -susurró. Louis levantó la cabeza, encontrándose con los ojos claros de Harry. Detestaba con toda el alma que fuera tan hermoso. 

—No entiendes absolutamente nada sobre mi trabajo. No es así como tú piensas. -bajó un brazo y dejó el otro para que Harry no pudiera escapar.

—Lo haces por dinero.

—Lo tuyo es diferente.

—¿Qué? ¿enserio? Dime que no te has tirado a todos los casos que has tenido Louis. Pondría mis manos al fuego.

—No es así. Tú no me conoces.

—Eres igual que todos, hombre!.

—¡Que no! -gritó, y golpeó instintivamente la pared en la que Harry estaba acorralado. 

Un silencio enorme se abrió entre los dos. De pronto habían surgido reclamos de parte de Harry que Louis no había tenido preparado oír. ¿Por qué pensaba eso de él? ¿Acaso no se daba cuenta que lo haría todo por protegerlo? 

—Basta… -murmuró —perdóname por lo de hoy, no quería que te enfadaras tanto, solo, solo fue una broma.

—¿Por qué piensas que soy igual que todos?

—Te he dicho que basta ¿sí? Querías una disculpa y ya la tienes. -trató de separársele, pero Louis apretó aún más su cuerpo al de él. Haciendo que el espacio entre los dos desaparezca. Estaban unidos, respirando cada uno el aliento del otro. 

—¿Sabes cuál es el problema?… -le dijo —que tú siempre vas a pensar que ese imbécil de Wlliam es mejor que cualquier otro hombre en el mundo.

—No metas a Wiliam en esto.

—¿Me equivoco?

—Él no tiene nada que ver.

—¿Por qué te gusta tanto? -le preguntó indignado. La manera en la que lo defendía le hacía irritarse muchísimo. ¿Qué tenía él? ¿Qué tenía ese idiota como para que Harry no se fijara en otro hombre? 

—Suéltame -le rogó. No había espacio que los separara. Subió la mirada, los ojos azules de Louis la miraban tiernamente… ¿Qué estaba pasando? ¿por qué de pronto le preguntaba esas cosas? —me haces daño, por favor. 

—¿Te puedo decir algo? -Harry asintió sin saber que más hacer o decir. —Me gustas. -le dijo mirándolo a los ojos. —Me gustas como no tienes una puta idea.