Un mensaje lo despertó. Apretó los ojos en plena mañana, y aunque el sol no estaba en la ventana, la humedad de la mañana le hacía percatarse de la hora que era. Exactamente las ocho y media. Cogió el blackberry, había un pequeño mensajito verde que acababa de recibir. Pero mágicamente, aquello no le importó. Había algo más importante que se encontraba rondando en su cabeza justo ahora. Ya no era virgen. No lo era, no lo sería jamás. Se estiró en la cama. Sentía algo diferente en él y sabía perfectamente qué. Pero… ¿y Louis? ¿Por qué no estaba a su lado? ¿Qué acaso no se había quedado a dormir? Agudizó el oído. “Transatlanticism” de “Death Cab for Cutie” sonaba a lo lejos. Se puso de pie y rápidamente se asomó en la puerta. La música venía de la habitación de Louis, la que estaba a dos puertas de la suya. No aguantó las ganas y de puntillas caminó hasta la puerta de esta, la música se escuchaba más alta aún. Enseguida, se mordió los labios… Louis hacía ejercicio en las barras que tenía instaladas en su habitación. Mojó sus labios. Y pensar que anoche había tenido la oportunidad de tocar su remarcada espalda.
Las gotas de sudor corrían alrededor de toda la musculatura de Louis. De arriba hacia abajo, brotaban y le bañaban el cuerpo. De espaldas, llevaba haciendo más de cien barras aquella mañana. Tenía mucho en que pensar. Mucho que aclarar en su propia cabeza. Le llega muy, muy pero muy lejos lo que había empezado a sentir aquella mañana.
A Louis le apestaba en realidad, odiaba la necesidad que había sentido al despertarse de besar a Harry en la boca. De decirle “buenos días”. Pero él no hacía eso. Él no haría eso. Y mucho menos por un chico de diecisiete que acababa de aprender como tener sexo. No Louis, tú no. Tú no eres así como todos esos imbéciles que se terminan enamorando de sus propios casos. Tú no. Tú eres diferente.
Ciento cincuenta barras.
—Hola. -lo saludó, al observar que este cogía la toalla de manos para secarse el sudor. La voz de Harry hizo que su corazón palpitara a mil. Basta, esto no podía seguir sucediendo. Harry no era nada. Harry solo era trabajo. Un caso más. Harry era dinero que él ganaría y que unas semanas después gastaría yéndose de vacaciones. Harry no es nada, se repitió. Nada.
—Buenos días. -le dijo totalmente frío. Se secó el rostro. “Transatlanticism”, puta balada de la mejor banda del mundo. ¿Justo ahora? La parte instrumental llegó.
—No estabas… -sonrió Harry, apretó sus manos por detrás de su espalda. Estaba nervioso, y no quería que él lo notara.
—Hacía ejercicio.
—Mnh…
—¿Por qué?
Se quedó observándolo. Buena pregunta, “¿por qué?”
—No lo sé, solo quise saber.
—Ok.
—¿Te pasa algo?
—No. ¿Lo parece?
—No, no, es que..
—¿Es qué que? -se secó el rostro una vez más. También era un experto. En herir a las personas —Pensé que lo de anoche no había significado nada.
Harry se tragó las lágrimas.
—Ya lo sé…
—Actúa como si lo supieras.
—Actúo como se me da la gana.
—Haz lo que quieras.
—Eres un idiota.
—¿Idiota por dejarte las cosas claro? Harry, tú y no somos absolutamente nada. -le aclaró. Otro golpe más y otra cosa que él se estaba tragando también. Porque sentía exactamente lo contrario. —No me digas… ¿te has ilusionado?
Pero Harry no se dejaría.
—¿Yo, ilusionarme contigo? -se adelantó unos pasos y le sonrió. —En los años que tengo jamás he visto a un tipo más desesperado que tú teniendo sexo. No eres la gran cosa, Tomlinson.
—Eres virgen, no vas a engañarme.
—Sí, era virgen. Pero he visto mejores cosas que tú, haciendo el ridículo anoche.
—¿Ahora era yo quién hacía el ridículo? ¿te hago recordar cuando estuviste a punto de llorar por que morías de miedo?
—Eres un imbécil, te odio, te odio.
—Y tú un engreído. No tienes idea de cuanto me arrepiento de a verte escogido en esta tontería.
—Y yo, de a verme portado como un idiota acostándome contigo anoche. Mierda, como no pensé a cuantos te habrás tirado por necesidad.
De pronto, otro mensaje en el celular de Harry. Aquello hizo que las cosas se quedaran inconclusas. Tensas. El ambiente estaba pesado. Harry cogió el celular y abrió los mensajes uno por uno.
De: William
8:30 am.
“Me dijeron que no estabas en tu casa. Y quería verte, te extraño mucho, enserio. No sé si podamos vernos hoy, ¿Me avisas, sí?."
+++
De: William
8:45 am.
“¿Sabes? Quiero arreglar las cosas, ¿Qué tal si vienes conmigo hoy por la noche? Es la fiesta de Zayn, y sé, sé por lo que estás pasando Harry, pero solo quiero que te distraigas un poco. Y no dejo de pensar en ti. Ni un solo puto minuto. Te amo.”
+++
El celular era lo único que había podido salvar de todo el secuestro, antes de que Louis lo salvara. Lo miró. No tenía ganas de nada con él. Lo odiaba. Lo detestaba tanto que todo lo poco que había empezado a sentir por él se había esfumado en un par de segundos. Así que sin decirle nada, desapareció caminando hasta su habitación. Esta noche tendría una fiesta, quiera Louis o no.
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24 horas | Larry Stylinson •Terminada•
Teen FictionA Louis Tomlinson le han encargado el caso de Harry Styles y la misteriosa desaparición de los miembros de su familia cada 24 horas. Deberá protegerlo hasta que este sea mayor de edad y pueda defenderse por sí solo, mientras tanto.. ¿Será capáz de n...