24 horas | Larry Stylinson •Terminada•

Capítulo 12

—¿Es que no lo has visto? -se quejó por tercera vez. —Parece un ángel. -de un momento para otro su voz se quebró. Hablar de él era algo que le rasgaba la garganta incitándolo a llorar. Era él y todas las cosas que habían pasado juntos. Estaba enamorado. —Es, es hermoso y ¡es perfecto!  ¡lo detesto!

Louis guardó silencio. No tenía mucho para decir. Todas sus palabras o las que diría, las tenía guardadas muy dentro de sí mismo. Se las estaba tragando todas de igual manera. No quería que lo supiera, ni siquiera que tuviera una idea de lo mal que de pronto se había sentido por escucharlo hablar de alguien así, que no fuera él. Y apenas lo conocía. De pronto, bajó sus manos y atrajo las sábanas para que ambos se tapasen bajo ellas. 

—¿Desde cuando te gusta? -preguntó queriendo demostrar desinterés, pero fue todo lo contrario. 

—Toda mi vida me ha gustado. -respondió Harry. Una sonrisa se le escapó. Louis pudo notar ese precioso brillo en sus ojos

—Vaya. 

—¿Qué? -Harry subió los hombros. 

Louis volvió a quedarse callado. Su cuerpo desnudo abrazó el de él en un par de roces de piel. Se miraron. 

—No sabía que estabas así por alguien, ¿sabes? -ahora fue Louis quién subió los hombros, despectivo. Harry volvió a sonreír gracias a los narcóticos. Ya no percibía nada, solo reía. 

—Es lo que más quiero en el mundo

Louis tragó saliva. Todo podía irse a la mismísima mierda y nada le importaría. Todo podía hundirse y a él no le importaría hundirse ahí también. Harry cerró los ojos y desapareció el espacio que quedaba entre los dos, se acostó sobre su brazo y este al sentirlo acercarse, lo abrió y lo abrazó entre sus músculos. No podía ser que fuera tan hermoso. No podía. No podía, no por favor…

—¿Y él piensa lo mismo? -preguntó Louis

Harry negó con la cabeza sin miedo. 

—Es un imbécil como todos. -contestó

—Te lo repito, no todos somos así. 

Y lo besó. Su cuerpo entró en calor de inmediato al sentir el dulce de su aliento entrando a su boca. La lengua de Harry fue la primera en interrumpir ese beso, Louis la persiguió con la suya. Le acomodó el cabello tras la oreja y mientras lo besaba abrió los ojos. Harry lloraba.

—¿Por qué? -preguntó Louis, no podía entender nada. ¿Estaba haciendo algo mal?

—Porque lo amo. -respondió Harry y no podía evitarlo.

—Quiero, quiero hacer que eso cambie -murmuró. Probablemente nadie escucharía ese murmullo, pero Harry lo hizo perfectamente .—Solo déjame demostrarte que puedo. Sube. -le pidió. Su corazón no dejaba de latir, como si fuera un niño emocionado por su primera cita. Es que su mismo corazón no podía entender que estaba sintiendo cosas diferentes por un chico de diecisiete. Harry se sentó sobre el abdomen remarcado de Louis. Este soltó un leve gemido al sentirlo sobre él. —Eso es… -le dijo acariciándole la espalda. Las manos de Harry tocaron suavemente el torso de Louis hasta llegar a su cabello, tocarlo y despeinarlo a su manera.

—Tengo frío. -murmuró. Volvió a inclinarse para cubrirse la espalda desnuda completamente, cuando volteó, tenía los labios de Louis mirándolo intensamente.

—Quiero besarte… -Harry sonrió. —quiero besarte, por favor -le rogó. De pronto, el sexo sin amor se había convertido en una completa mentira. Ambos lo estaban sintiendo. Las manos de Louis atrajeron el rostro de Harry hasta el suyo, haciendo que sus labios volvieran a juntarse. Aplastó su boca junto a la suya mientras ambos movían sus labios. El beso perfecto. 

Harry se le separó. 

—Eres cruel.

—Conmigo vas a olvidarte de él y del mundo entero. -susurró Louis.