Entró al Pub. El ambiente era perfecto. La música estaba tan alta que solo los latidos de su corazón podían escucharse. Esa noche, era la última noche que William tenía para conquistar a Harry de nuevo. William lo esperaba, sentado en una de las butacas de la discoteca. Él y una bebida llena de varias cosas que a nadie le gustaría probar, pero que Harry tal vez sería la víctima para probarlas. De fondo, sonaba “I found you” de “The Wanted”, mientras veía como las personas bailaban descontroladamente y de pronto alguien estaba frente a él. Alguien que él deseaba con todas las putas fuerzas de su alma.
—Estás hermoso ¿sabías? -le sonrió. Harry negó con la cabeza. Había extrañado verlo con esa preciosa sonrisa que le ponía tanto. Era guapísimo. Alto. Cabello negro y ojos celestes como el agua. Su ex novio.
—Claro. -se sentó en la butaca que estaba a su lado.
—Te lo digo enserio, ¿no me crees? -él le besó cariñosamente la mejilla, casi rozando con sus pómulos. Aprovechó intensamente ese segundo para olfatear lo que Harry traía puesto.
—Espero que esto valga la pena.
—Te he extrañado.
—Yo también -y no mentía. Siempre, toda su vida, desde que podía pensar, había estado enamorado de William. Y ahora, gracias a que Louis le había enseñado cómo, no tenía miedo en mostrarle como se jugaba en la cama. Quería sorprenderlo.
—Enserio estás precioso.
Harry le golpeó ligeramente el hombro.
—Ten, te pedí esto. -le dijo alcanzándole la copa de piña colada. Tenía bonito color.
—¿Para mí? Yo no tomo.
—Ah vamos, solo será esta vez. Harry -susurró, de pronto ambos se miraron. —Sé por lo que estás pasando, lo de tu familia y todo eso… pero aquí estoy yo. Quiero que te distraigas. -Harry se mojó los labios. Lo sabía. Y tenía toda la razón del mundo. Necesitaba distraerse. Ser otro esa noche. Una bebida no haría mal.
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En otra mesa, no tan lejana a la de Harry y William. Louis observaba cada paso que ambos daban. Tomó del RedBull que había pedido mientras divisaba a Harry tomar una piña colada con droga dentro. Conocía perfectamente la bebida y el color que traía lo demostraba todo. Aquella, sería su dulce venganza. Sonrió al verlo reírse después de acabarse la copa entera.
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—Está delicioso
—Tú lo estás
—Cállate
—¿Sabes? Te juro que no he dejado de pensar en ti todos estos días -le quitó un mechón de cabello que cubría su frente y se lo besó. Un beso caliente.
—Seguro habrás follado a otros.
—Yo solo quiero hacer eso contigo…
Harry estalló en risas. Algo andaba mal en él, pero no podía reconocerlo. William también sonrió. Todo estaba saliendo perfecto.
—Te gustaría
—¿Tú crees?
—Yo creo que sí -se acercó a su oído, a Harry se le acabaron las risas y en vez de eso, unas ganas inmensas por desnudarse en frente de él se le vinieron al cuerpo. —Te encantaría, sería la mejor cosa que has probado en el mundo -de pronto, sus labios se juntaron con los suyos.
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Lo había besado. Continuando con el cuello. Louis apretó la lata de RedBull. Otro beso más. Harry lo correspondió. Se estaban besando, comiéndose entre ellos. La lata de RedBull terminó pequeñísima. Louis destapó otra. La tomó enseguida. Y los besos de William hacían que Harry se calentara cada vez más.
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—Quiero hacerlo… -dijo entre murmullos y risas. —aquí y ahora.
—¿Aquí? -William rio. La idea no dejaba de parecerle totalmente excitante. Se lo haría ahí mismo. Justo en ese momento. Pero había planeado hacerle ciertas cosas que los demás no podrían ver —No, aquí no… pero sé donde.
Harry acercó su oído. Se rio con él. Louis terminó el RedBull. No veía el momento de intervenir. Ese imbécil lo estaba tocando. Fijó sus ojos en cada cosa que hacía. Tragó saliva. Tenía los pómulos rojos de tanto apretar la mandíbula.
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—¿Nos vamos?
Harry asintió, sin entender nada y sin siquiera reconocer en que lugar estaban ambos. William lo ayudó a ponerse de pie. De pronto, un beso, un beso largo. Un beso con lengua. Harry no podía defenderse, ni siquiera tenía la mente para hacerlo. William lo apretó contra él, esta vez sin importarle que todo el mundo en aquella discoteca los estuviera viendo.
Fue entonces cuando alguien lo volteó, cogiéndolo del hombro.
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Cogió a Harry del brazo y lo puso tras él.
—Cuidado con Harry, idiota.
—¿Me lo dices a mí? -Louis se rio. Se percató perfectamente de que se trataba de un chico de dieciocho.
—Sí, a ti imbécil. Suéltalo.
—¿Im…qué?
—Imbécil. No jodas.
—Repítelo… ¿im… qué?
—Imbé…
Un golpe arrasó con el rostro de William, derribándolo. Uno de esos golpes que Louis no daba jamás, si es que no se había salido de sus casillas. Podía a verle reventado la cara en ese momento, pero en vez de eso, cogió a Harry y lo levantó en sus brazos. Caminó rápido con él hasta salir de la discoteca, Harry no diría nada… estaba totalmente dopado. Abrió su auto y sentó a Harry en el asiento copiloto. Dio un suspiro. Reventaría de la pura ira. Tenía tanta acumulada en él que pensó que golpearía alguien desconocido en la calle por eso. Pero se contuvo. Aunque odiaba ver a Harry así. Odiaba a ver tenido que ver como ese hijo de puta le ponía las manos encima y lo besaba como él lo había hecho. Y lo tocaba, como él lo había hecho. Lo acariciaba, le decía cosas en el oído, lo trataba como él lo había hecho. Lo miró una vez más. Era hermoso. Lo es. Lo es y mucho. Parece un ángel justo ahora y todas esas ganas de reclamarle se le han pasado. No, Louis, no lo hagas, pero había sido tarde para ello. Se inclinó y suavemente lo besó en la boca. Un beso pequeño. Harry no podía inmutarse, pero quería besarlo… lo deseaba tanto, ¡tanto! Como si con aquello pudiera respirar. De pronto, los labios de Harry también se movieron, besando los de Louis. Le apretó la nuca. Sus alientos se abrazaron. Era el tercer beso que se daban. El tercero de muchos que esperarían.
—¿Dónde estoy?
—Vas a tener que darme muchas explicaciones sobre esto -murmuró Louis. De pronto un beso más. Hacía que cada vez las cosas se tensaran más. Que él lo hiciera. Su erección creció. Lo tenía entre sus brazos de nuevo. La cosa más deliciosa y prohibida. Lo tenía de nuevo, y Harry no parecía conocer los límites.
—Quiero dártelas ahora
Malditos efectos de alcohol. Le tocó el pene por fuera de los pantalones. Louis gimió lentamente.
—No, Harry. -entrelazó su mano con la suya, para que pudiera parar de tocarlo. Harry soltó una risita tonta, no tenía noción de nada. Soltó a Louis y se acomodó en el asiento, divertido, palmeó el asiento libre de Louis invitándolo a sentarse ahí.
—Llévame a casa, te lo ordeno.
Louis negó con la cabeza, Harry se veía tan gracioso, podía comerlo a besos en ese momento y no le importaría. Rodeó el auto y subió a su costado. Encendió el contacto de su BMW.
—¿Cuándo lleguemos si dejarás que te explique lo sucedido? -los dedos de Harry se pasearon por la pierna de Louis. Lo haría explotar. Su miembro saldría tan salvajemente como quería. Se mordió los labios involuntariamente.
Pero no respondió. Él no lo sabía y aunque lo evitaría, le esperaba una noche larguísima junto a Harry.
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24 horas | Larry Stylinson •Terminada•
Teen FictionA Louis Tomlinson le han encargado el caso de Harry Styles y la misteriosa desaparición de los miembros de su familia cada 24 horas. Deberá protegerlo hasta que este sea mayor de edad y pueda defenderse por sí solo, mientras tanto.. ¿Será capáz de n...