24 horas | Larry Stylinson •Terminada•

Capítulo 3

—Esto es enorme. -Harry entreabrió los labios.

El departamento de Louis era realmente inmenso. Podían entrar cincuenta sin ningún problema.

—Eso dicen.

—¿Quiénes?

—Los casos que he tenido me han dicho lo mismo.

—¿Todos tus casos han sido hombres o... mujeres? -preguntó completamente inocente.

—Hombres. -respondió orgulloso. Y no podía sentirse de otra forma después de a ver follado con todos.

—Vaya.

—Soy bueno en esto.

—¿En qué?

—Cuidar hombres, -volvió a sonreír. Dejó las llaves de BMW sobre la próxima encimera. El comentario hizo que Harry se ruborizara. No había dejado de hacerlo desde que lo había conocido. —Pero eso aún tú no lo puedes comprobar.

—Y créeme que tampoco quiero.

—Eso dices ahora.

—No cambiaré de opinión.

—Mnh… -Louis caminó lentamente en dirección a Harry. Ambos cuerpos se encontraron a escasos centímetros. Harry movió la cabeza, un pequeño calor había llegado a invadir su cuerpo completamente. Tenía a Louis demasiado cerca. Este bajo su mirada y fue interrumpido.

—Te han contratado para cuidarme, no para follarme.

—Pero podríamos hacer las dos cosas… -una mano intercedió en la cintura de Harry. La piel de este se erizó por completo, estaba caliente, Louis lo ponía caliente. Subió la mirada, encontrándose con sus ojos claros que brillaban en busca de los suyos. 

Lo presionó. Los pies de Harry se movieron avanzando hacia el cuerpo de Louis, chocando con sus piernas, cintura y su grandísima erección. Harry cerró los ojos al sentirla. 

—No tienes que resistirte… -sus labios le hablaron al oído. Mientras cerraba con aún más fuerza sus ojos. Se mojó los labios. –Sé que lo quieres tanto como yo.

—No, yo…

—No hables. -lo interrumpió. Harry entreabrió los ojos. —Nadie va a enterarse de esto. Será nuestro secreto. -susurró. Harry lo miró esta vez. Sentía su dulce aliento pegado a sus labios. Le provocó besarlo. Comer esa jodida boca de una vez. Tumbarlo. Besarlo desde la punta de los pies hasta la frente. Estaba a punto de tener una erección. Lo sentía. Y jamás se había sentido así. —Te sorprenderías de las cosas que puedo hacerte.

—No puedo.

—Sí, sí puedes. -lo cogió de la cintura e hizo que sus piernas enredaran su espalda. El subió su camiseta por completo. Louis explotaría en cualquier momento. Tenía tanto acumulado dentro de él. Deseaba follarlo con todas sus malditas fuerzas. Dio varios pasos, Harry le apretó el cuello, ambos chocaron contra una pared. —Relajate.

—Ah… -un gemido se escapó de la boca de Harry ¿Qué demonios hacía Louis? Era ahora donde se encontraba besando sus pezones. De pronto, era su lengua la que disfrutaba del sabor de su piel.  —oh, Dios..

—Eso es, te va a gustar más cuando haga esto haya abajo -sintió las piernas de Harry apretarle las caderas. Sintió su miembro rozarle la cremallera del pantalón. Entonces lo apretó más. Haciéndolo gritar. —¿Sabes? Cuando vi tu caso, me detuve a pensar que estaríamos haciendo esto… -bajó la mirada. El bulto entre sus pantalones crecía. Moría por tener sexo esa jodida noche. Estaba muy necesitado. Tendría a Harry esa misma noche y él no se arrepentiría.  —Me gusta la idea de que tengas diecisiete, es la edad perfecta… -de pronto, una mordida en uno de los pezones. Harry soltó un grito desesperado.  —Pero voy a enseñarte qué es lo que hace un hombre de veinticuatro.