24 horas | Larry Stylinson •Terminada•

Capítulo 18

Una gota de lluvia. Harry apretó fuertemente el celular con las manos. Tragó saliva y lo siguiente que hizo fue caminar de un lado para otro sin saber que hacer. Y otra gota más. El tiempo pasaba. Seguramente William ya lo estaba esperando a las afueras del departamento de Louis. Cerró los ojos, ¿le iba a hacer eso después de lo último que había pasado entre los dos?. Todo tenía que complicarse justo ahora, por otro lado estaba William, le había prometido que se escaparían juntos y él lo hacía todo, absolutamente todo por él.

Una gota más. La lluvia empezó a caer de un momento a otro. Su celular le indicó que había recibido otro mensaje y del mismo emisor. Era William. Estaba afuera. Lo esperaba con las mismas ganas que Harry había tenido antes de enterarse que Louis sentía cosas por él. Y aunque hubiera querido, ya no tenía otra escapatoria. Huiría con William a quién sabe donde, solo para recuperarlo y que las cosas de alguna manera volvieran a ser como antes. 

De pronto la puerta.

—¿Puedo pasar? -preguntó Louis, dando pequeños golpesitos a la madera maciza. 

Harry se cubrió el rostro. Se pondría a llorar. Tomó fuerzas y respiró hondo. 

—Pasa… -susurró fingiendo estar mejor. Se sentó sobre el borde de la cama. 

—Creí que dormías.

—No puedo. -sonrió a medias y Louis le correspondió la sonrisa. 

—¿Estás bien? -aquella pregunta hizo que el corazón de Harry se acelerara de un momento a otro. Un segundo fugaz que hizo que el resto de los minutos solo tuviera cabeza para Louis.

—Sí… -mintió. Sus ojos lo miraron. Traía puesto unos pantalones sueltos y un jersey de Los Beatles que ceñía su musculatura. Despeinado. Ligeramente adormilado. Le provocaba besarlo una y mil veces. Tumbarlo. Abrazarlo. Acariciarlo. —¿Tú estás bien? -dijo sin saber que más preguntar.

—¿Yo? -bajó la cabeza. Se había dado cuenta que habían pasado más de dos minutos sin discutir. ¡Estaban hablando como dos humanos normales! —La verdad quería decirte algo… -se acomodó el cabello y relamió sus labios sin dejar de mirarlo. 

Harry se puso de pie. 

—¿Qué sucede? -inquirió. Louis volvió a bajar la cabeza, sonrió ligeramente y colocó de nuevo sus ojos sobre los de Harry, intimidándolo de alguna manera.

—Sobre lo que pasó hace un momento… -empezó. Harry se mordió un labio. Por su mente, pasaban miles de escenas resumidas en segundos sobre cada cosa que había sentido al tenerlo tan cerca y diciéndole que le gustaba. 

—Intenso ¿no?

—Mucho… -se acercó a pasos suaves hacia él. La verdad, es que no habían podido terminar lo que ambos habían comenzado. Después de admitir ciertas cosas, Louis había recibido una llamada importante de Robert y no había podido terminar aquella conversación con Harry.

Necesitaba explicaciones. Y las quería ahora. Justo ahí.

—Yo no quería…

—Yo sí… -dio un paso más. Acariciando con la mirada cada centímetro de su cuerpo.

Harry podía notarlo. Sintió que el calor se apoderaba de él. Pero lo deseaba. Deseaba que lo mirara. Que lo comiera con sus propios ojos. 

—Es que… 

—¿Qué? -un pasó más. El último. Estaban cerca como antes.

—Está mal… 

—¿Por qué?

—Yo…

—¿Tú? -Louis acarició lentamente los brazos desnudos de Harry. Tocó su piel de arriba hacia abajo. 

—Eres cruel. -se quejó. Aquello estaba haciendo que su piel se erice por completo.

—Me gustas.

—Y tú a mí. -volvió a decirle. De pronto el tiempo había dejado de existir. El mundo y las cosas materiales que la rodeaban habían dejado de tener sentido y valor en su propio universo. Era Harry. Harry y Louis. Y Louis que lo tocaba. Y él, que lo estaba besando justo ahora. Y Louis, que se había convertido en su universo por unos minutos. Cada cosa que le hacía, podía sentirla multiplicada por mil dentro de sí. Lo estaba envolviendo en el más exquisito deseo.