Capítulo 7

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Narra Noah

No podía creer que estuviera besando a Isaac. No creí que me correspondería. Tampoco creí que haría algo así; es verdad que desde ayer y todo este día hasta que lo vi, estuve pensando que no solo lo veo como un amigo, pero no creí que llegaría hasta acá, ni que Isaac me dejara hacerlo. Me separé unos instantes después y lo miré, su rostro estaba realmente sonrojado, seguramente igual que mi cara. Ambos nos quedamos mirándonos sin saber muy bien que decir; siendo sincero, tengo miedo de que se enoje conmigo.

—Yo... —comencé a hablar, pero no sabía realmente que era lo que le quería decir.

—¿D-de verdad me ves como algo más? —preguntó aferrándose un poco más de mi ropa, yo simplemente asentí. No sabía que decir exactamente, ya le había dicho que lo veía como algo más que un amigo, ya no tenía mucho valor para decirle nada sin que la voz me tiemble—. N-no creo que esto esté bien, Noah —mi mente quedó completamente en blanco al escucharlo.

—Me... me gustaría intentarlo —no estoy muy seguro de qué es lo que quiero intentar y a juzgar por la expresión de Isaac creo que él tampoco sabe lo que quiero. Tomé una de sus manos y entrelacé nuestros dedos, Isaac me miró unos segundos para luego sonreírme.

—C-creo que entiendo a lo que te refieres. T-tal vez podemos intentar lo que quieres, pero tengamos cuidado. No quiero que alguien se entere y el castigo no solo sea para mí —sonreí como idiota al escuchar lo mucho que se preocupaba por mí a pesar de que no me podrían hacer nada, dado a quien soy y a la familia de la que provengo.

—Está bien, de todas maneras, esto durará hasta que volvamos a poder tenernos así de cerca —acaricié su mejilla con delicadeza, dado que seguía lastimado—. Aun así, voy a cuidarte todo lo que pueda mientras estés en el campo de trabajo —me acerqué a su rostro con la intención de besarlo, pero no estaba seguro si él quisiera que lo haga, así que, me limité a besar su frente y volver a mi cama. Las camas estaban juntas, pero aun así nos separaban algunos centímetros, los cuales solo los acortábamos tomándonos de las manos.

Me desperté sintiendo unos toques en la puerta, miré rápidamente a Isaac, él aún estaba dormido sosteniendo mi mano fuertemente. Lo solté lentamente para no despertarlo, me levanté y me dirigí a la puerta.

—Buenos días, abuela —susurré asomándome un poco por la puerta.

—Buenos días, cariño, ¿Isaac todavía duerme? —susurró también, yo solo asentí abriendo un poco más la puerta para que viera a Isaac—. Oh, pobrecillo —volvió a susurrar—, no habrá estado en una cama decente en mucho tiempo, por eso debe dormir tanto —sonrió—. Bien, bajen a desayunar cuando él despierte —dicho esto, se fue por el pasillo. Por mi parte, cerré la puerta, me acerqué a la cama de Isaac y me acosté junto a él. Me le quedé observando por un rato mientras acariciaba su mejilla.

—Noah —lo escuché nombrarme muy levemente adormilado—. ¿Qué hora es? —se acurrucó contra mi pecho, sonreí rodeándolo con mis brazos.

—Es temprano, aún puedes dormir —dije acariciando el poco cabello que tenía en su cabeza.

—No quiero dormir —levantó la vista hacia mi rostro— Noah —instantáneamente luego de nombrarme su rostro se enrojeció levemente, arqueé una ceja sin entender por qué se ponía así—. Y-yo... m-me gustaría...

—¿Qué sucede? ¿Quieres algo? —asintió, pero permaneció callado—. ¿Isaac? —ocultó su rostro en mi pecho y dijo algo, pero no pude entenderle dado a como estaba. Decidí esperar unos instantes para que hablara cuando él quisiera.

—¿P-podemos quedarnos así un rato más? —esta vez habló en un tono en el que pude entender lo que me decía.

—Claro —sonreí sabiendo que no podía verme por la posición—. Podemos quedarnos así todo el tiempo que quieras —escuché un suspiro por su parte y luego sentí como se acurrucaba más contra mí.

Del otro lado del cercoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora