Estoy parado ante su cuerpo, el cual flota en este tubo de vidrio y energía, su piel es tan blanca, que no parece ella. Sus ojos están cerrados, y de su muñeca sale el hilo rojo que nos conecta.
Miro esos labios tan carnosos, y recuerdo lo bello que fueron nuestros pequeños momentos de felicidad. Con tan poco, me dio todo, con tan poco, supe que era apasionada y feroz. La extraño tanto, que mi corazón duele. Pero en verdad estoy más enojado que triste, porque aún está tan dentro de mí, que no me permite controlarme, o pensar realmente bien.
El sonido de los pasos de Berenice me obligó a alejarme del cuerpo de forma inmediata y abrupta.
—Esto sí es raro —anuncia mientra toma asiento y acomoda las cartas de la cajita que la Nona había entregado a Zaf— ¿Qué te ha picado para que entres aquí sin ser obligado?
—¿Qué significa Esdrá Amit Sarag? —Berenice dejó todo lo que estaba haciendo para mirarme con detenimiento.
—Volveremos a traer a Amit —dice, pero no parece sorprendida, o preocupada— Idioma de los antiguos... Ebe, acaba de hablarme de eso, los Inmortales han llegado a nuestro mundo, si quieres, te hablo luego de ellos —añade volviendo a sus hojas—. La muerte de Zafiro dio muchos giros a la historia.
—¿Cómo Ebe sabía de los antiguos, y esos... Inmortales? —pregunto un poco incómodo.
—Aldebarán se lo dijo...
—¿Y él es?
—Su padre —añade— Creo que nunca te lo comenté, su padre las visita es sus sueños o algo así, y acaba de enterarse de que Zaf murió... —suspira— Ebe vino tan rápido, te estaba buscando, y como no te encontró, me lo contó a mí...
Vuelvo a mirar el cuerpo de Zafiro, con algo de recelo, para luego ir hasta la mesa de Berenice y tomar cualquiera de las notas que están allí.
—Aldebarán, Ader, Amit, Alexandra... ¿Ebe es la única que no tiene un nombre con A?
—Equivocado —Berenice pasa energía a una de las notas, ella sigue buscando respuestas— El nombre real de Ebe es Amara, y resulta, que en la familia hay uno más.
—¿Uno? —mis ojos volvieron a clavarse en Yeru— Uno más...
—Tienen un hermano, se llama Ander. Imagínate cómo me siento, toda la vida pensé que me quedé sin nada cuando murió Abigail, y resulta que tenía 4 nietos —Suspira como intentando canalizar su tristeza.
Imagino que Zafiro hubiese entrado en corto si se enteraba de esto a estas alturas de juego, descubrir que tiene un hermano más, sería otro clavo en su historial de noticias.
—Berenice —digo su nombre casi en una súplica— Hay más gente tras Zafiro, tras nosotros y en búsqueda de muchas cosas que no puedo tan siquiera ordenar. Dime, ¿tienes alguna solución a todas mis crisis, o acaso ello lo tiene? —miro a Yeru y quisiera que esté despierta.
—Helios, eres un coloso estratega —dice ella al fin—. Tú mejor que nadie puedes llevarnos a la victoria, tenemos dos piedras de nuestro lado, Zafiro está aquí; es normal que aparezcan nuevos enemigos y gente que quiera la energía de Zafiro, pero tenemos una misión, una muy importante... y es sobrevivir, hasta que esto acabe.
—Esdra Amit sarag —repito las palabras en una oración casi como plegaria.
Cuando las palabras salieron de mi boca, Berenice se levantó con rapidez. El hilo de mi muñeca comenzó a brillar intensamente al igual que las cartas que estaban sobre la mesa. De un segundo a otro, estábamos en medio de la nada.
—¡Bienvenidos!
Las palabras salían de todas partes, Berenice y yo quedamos inmóviles, como temiendo en dar un paso en falso. El lugar olía a jazmín y menta, una mezcla no muy agradable para ser sinceros, mis fauces se llenaban del aroma y me costaba cada vez más respirar.
Berenice se acercó más a mí, y creó una especie de linterna con sus manos para iluminar sea donde sea nos encontremos. Hice lo mismo, y puse toda mi atención al lugar esperando sacar más información, o al menos reconocer alguna presencia, pero evidentemente, quien nos tiene aquí sabe ocultarse.
—¿Quién ha osado sacar al guardián de su universo? —inquiere la abuela de Zafiro en un resoplido.
—Nada más, y nada menos que la guardiana de su universo gemelo —la voz de la joven era melodiosa.
Agudizo mis sentidos, hasta que ante mis ojos apareció la figura de una hermosa chica, su piel era morena, y sus ojos grises combinaban con su cabello trenzado del mismo color. La muchacha se acerca tanto a mí que no tengo espacio tan siquiera para respirar.
—¿Nunca se te hizo extraño que todos los que tenemos energías somos demasiado atractivos?
Susurra contra mis labios, yo intento dar un paso atrás, pero ella también estaba allí, y sus brazos rodeaban mi pecho, pero con una fuerza colosal, un poco más de presión y sé que me causaría dolor.
—¿Qué quieres con nuestro guardián? —pregunta Berenice muy molesta, cuando la joven que me sujetaba comenzó a manosear mis pectorales, intenté zafarme del agarre, pero era imposible, y agreguemos a eso que la otra de ella misma estaba ante mí, pero mirando a Berenice.
—Verás —responde la morena— Resulta que los Inmortales que estaban en mi universo en busca de mi designado desaparecieron, yo en realidad estaba en un lugar que llamamos el agujero de los sapos, y allí encontré una lista muy extraña, y comencé a entender todo este lío en el que vivimos. En fin, en un espejo de agua los vi a ustedes, y cuando él dijo esas palabras, terminé aquí, y creo que podrías ayudarme con tus piedras, o prestándome a tu chica.
—¿Tu designado se perdió? —pregunto mientras la que me sujeta apoya su cabeza sobre mi hombro.
—No —Responde acortando distancia— Mi designado también murió.
Cuando dice esto levanta su muñeca y me deja ver el hilo rojo que cuelga de ella, a la par que toma mi mano y también la levanta.
— Creo que los dos tenemos un saldo en rojo —Dice al fin mientras acaricia mi labio con el pulgar.
—Yo por el contrario —interrumpe Berenice— Creo que tenemos mucho de que hablar.
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El Sol, el viento y la Oscuridad [Libro 2]
FantasíaLuego de la muerte de Zafiro, a Helios, Hugo y enemigos nuevos, quieren conseguir su cuerpo, unos para revivirla, otros para desintengrarla. La culpa, el miedo, los malos recuerdos, el dolor y la arrogancia invadirán el sentimiento de cada uno de l...