Capítulo 22

208 22 7
                                    

Estoy super feliz porque esta historia llego a los 4K. No esperaba que tuviera harta audiencia, porque no me considero buena escribiendo historias de romance, sin embargo me alegro que a muchas de ustedes les guste la historia entre Sam & Hunter.

Gracias a todas <3 


Caigo arriba de mi cama y me llevo los dedos a los labios. Es que no puedo creer que me haya besado. Siento un calor subir por mi cuerpo.

Lo único que arruinó nuestro fugaz beso fue escuchar la puerta de la casa, fue cuando ambos nos separamos. Mi padre estaba saliendo de la casa. Por suerte no vio el beso, o si no hubiese armado un berrinche monumental.

Así que nuestro beso fue como un secreto, uno que solo el y yo compartimos.

La prédica del domingo hace que el beso pase a segundo plano. Mi padre me pide que toque algo para los presentes y a pesar de que me he negado a asistir, aquí estoy a punto de entrar a la iglesia.

Y es que no he lidiado con esto. Todas las personas se han enterado de mi segunda vida, es como si la ciudad entera supiese sobre mí y mi gran mentira.

Cuando entro los presentes me quedan mirando, dejan de conversar y centran su vista en mí y en mi padre que viene atrás saludando a todo el mundo. Me ha obligado a venir, dice que este es mi castigo, enfrentarme a la realidad.

Distingo muchos rostros enojados, se que están pensando que soy la peor de las embusteras, incluso veo a Bertha quien menea la cabeza de un lado a otro con una mueca de decepción. Trago saliva y me dirijo a la tarima para ponerme detrás del piano, cuando Jenny me intercepta.

— ¡Hey Sam!

Le sonrío, al fin alguien que no parece juzgarme.

— ¿Donde te habías metido todos estos días? No te volví a ver en la cafetería, se supone que almorzaríamos juntas —dice molesta.

—Lo sé, es solo que... —miro a mi alrededor, me están observando —los demás estaban haciendo lo mismo que ellos están haciendo ahora.

Jenny sigue mi mirada.

— ¡Oh! —exclama —entiendo. Es la primera vez que te ven luego de que tu secreto salió a la luz.

Asiento.

—No están muy contentos de verme.

Me pone una mano en mi hombro —se les pasará, lo prometo.

Mi padre me llama para que suba junto a él.

—Debo ir.

—Okey.

Me siento tras el piano y observó a los presentes. La mayoría no esta feliz de que yo esté aquí.

Mi padre comienza su prédica y cuando debo comenzar a tocar el piano, es cuando hace algo inesperado.

—Y ahora, quiero pedirle a mi hija Sam —me mira —que se acerque al podio, ella les dirá algunas palabras.

Miro a mi padre confundida ¿que está haciendo?

Me levanto y aliso mi falda con las manos. Llegó a un lado de mi padre.

— ¿Qué estás haciendo, papá? —le susurro.

—Creo que necesitas disculparte con ellos.

— ¿Porque? —frunzo el ceño.

—Porque les mentiste Sam, les mentiste a ellos y a mí. Merecen unas palabras de disculpas, así que hazlo.

—Pero..

La chica de las Apuestas [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora