Capítulo 34

164 26 9
                                    

Ha pasado una semana desde la graduación y poco he sabido de Sam.

Con Jimmy nos hemos visto casi todos los días, ya que pasa en mi departamento antes que se marche a la universidad, lo cual ocurrirá en una semana. A Sofia la vi ayer, esta ansiosa por que nos vayamos de la ciudad, tal cual como se lo prometí hace unos meses atrás, cuando todo era diferente.

Estoy en el sillón con una cerveza en mano cuando alguien toca la puerta. Seguro que es Jimmy, pero cuando abro me encuentro de frente con la mujer que me dio la vida, Sonia, mi madre.

Frunzo el ceño.

—Se que no esperabas verme —dice.

—No en realidad no.

— ¿Puedo pasar o estás con tu novia? —dice mirando hacia adentro.

—No estoy con nadie y Sofía no es mi novia —la dejo entrar.

Mi madre mira todo, como si buscara algo fuera de lugar para regañarme. Es la primera vez que pisa mi departamento, desde que me fui de casa solo nos hemos visto un par de veces, pero no aquí.

—Bonita casa.

Alzo una ceja y solo respondo con un 'ajá'.

Observa todo con curiosidad.

—Veo que te las has arreglado bien tú solo.

—No soy un niño, se cuidarme.

—Eso ya lo sé.

Me cruzo de brazos.

— ¿A qué has venido Sonia?

—Vine a disculparme.

Frunzo el ceño — ¿A disculparte? ¿Porque?

—Por no haber estado presente en tu graduación.

¡Ah! eso. Se que todos estaban acompañados de sus padres aquel día, incluso la abuela de Jimmy fue a felicitarlo, pero a mi no me importo estar solo. Mi madre me ha dejado claro que no me necesita en su vida y yo tampoco a ella.

—No fue gran cosa de todas formas.

—Lo es para mí, quise venir, pero no habían vuelos para ese día y...

— ¿Vuelos?

Traga saliva —sí, andaba de viaje junto a Santos. Fuimos a las Bahamas por unos días y no pude volver antes.

— ¿Vacaciones?

—Algo así, Santos quería ir. Lo habíamos planeado desde hace un tiempo.

Estoy sorprendido, una cosa es que se haya disculpado por no ir a mi graduación, otra es venir a decirme que andaba de viaje y que prefirió estar con Santos.

—Siempre lo preferiste a él ¿cierto?

— ¿A él?

—Sí, a él, a Santos. Siempre lo has preferido a él, antes que a tu propio hijo.

—Hunter, eso no es así.

—Pues así parece.

—Se que quizás te parece mal, pero ahora estoy casada con él...

—Esto no es de ahora, es de antes, de mucho antes. Siempre Santos estuvo primero, incluso antes de que se casaran. No me lo puedes negar.

—Hunter yo se que nunca estuviste a favor de nuestra relación...

Camino hacia la puerta sin escucharla y la abro, mi madre me queda mirando.

—Lárgate.

Parece sorprendida.

La chica de las Apuestas [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora