La chica de las Apuestas [En Edición]

Capítulo 13

Me pongo mi vestido antes de llegar a casa, no dejare que mi padre sospeche lo que paso esta noche. Van a ser las once y ya estoy adentro.

Mi padre sale de la sala con un libro en la mano. Me ha estado esperando.

— ¿Cómo te fue Sam? ¿Cómo estuvo esa reunión de amigos?

—No quiero hablar ahora, solo dormir, nos vemos mañana.

Lo ignoro y subo a mi habitación. No quiero hablar, me siento destruida y cansada. Es como si estuviera peleando contra mi otra vida, contra mi otro yo que deje al descubierto esta noche. ¡Qué haré! Ya ni se cómo saldré de esta o como le explicare a los demás como detuve esa pelea.

¡Joder! ¡Soy un desastre!

No puedo dormir, me doy vuelta de un lado a otro, intentando conciliar sueño, pero a quien engaño, lo que paso esta noche aun revolotea en mi mente.

Me siento en la cama y luego me levanto. Luego de un rato me vuelvo acostar y ahora Morfeo se apiada de mí. Me duermo a las seis de la madrugada.

El sábado lo paso en casa, papá no hace muchas preguntas sobre la 'reunión'. Le he dejado claro que no tengo ganas de hablar, ni de pensar, y mucho menos de recordar.

El domingo voy a la iglesia y veo a Jenny, esta me queda mirando muy fijamente sin decir nada, ni acercarse. Supongo que se enteró de lo que paso y también supongo que no está nada feliz.

Mi padre comienza su sermón. Hoy me he rehusado a tocar el piano, mis ánimos están por los suelos, y tocar el piano no lo mejorara. Por supuesto que mi padre se ha molestado, pero no hay nada que él pueda hacer para que cambie de opinión.

Cuando la charla termina voy tras de Jenny. Alguien se interpone en mi camino, es Sonia la madre de Hunter.

—Sam —exclama.

—Estoy algo ocupada —intento hacerla a un lado —debo hablar con alguien.

Jenny se me ha escapado entre los presentes. Ella nunca se va sin antes saludarme.

—Necesito hablarte de algo importante, por favor, solo tomara un momento.

—Lo siento, pero...

—Es sobre Hunter —se ve preocupada.

— ¿Hunter? ¿Qué pasa con él?

No es que me interese la verdad, no después de lo que ocurrió en casa de Jamie, pero dada la preocupación de Sonia, me detengo a escucharla.

—Ha tenido algunos problemas con Santos, mi actual pareja, te conté que se fue de la casa y no ha vuelto. Él no quería que yo supiese donde se estaba quedando, pero Santos me ayudo a dar con su paradero. Se que tu padre me ha pedido explícitamente que no te quiere cerca de mi hijo, pero ya no sé qué hacer, me tiene preocupada, no he sabido nada de él y necesito saber si está bien, quiero que vuelva a casa. Tú eres la única que puede ayudarme.