Capítulo 27

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Antes de que lean el capítulo de hoy, debo darles las gracias a todas las personitas que han comentado y leído este libro. Porque ya son 5.000 visitas y yo jure que a nadie le gustaría esto después del éxito que tuvo 'Mi Telequinesis', que será mi libro favorito por siempre <3

Gracias a todos, de verdad y espero que me sigan alentando con sus mensajes, estrellitas y buena onda. Os quiero a montón. <3


*CUANDO NARRE SAM LO PONDRÉ PARA QUE NO SE CONFUNDAN, PERO SIEMPRE EL NARRADOR DESDE AHORA SERÁ HUNTER.

NARRADO POR SAM.

Las manos me tiemblan en el manubrio mientras conduzco a casa y no, no es frío.

No debería haber ido por él, no debería haberle hablado, ni haberlo ayudado.

Llego a casa, cuando entro mi padre me habla desde la sala.

—Sam ¿eres tu?

—Sí —siempre pregunta quién es, ya que Bertha lo ha estado visitando continuamente.

Voy a la sala, está en el sillón leyendo el periódico.

—Volviste —dice sonriendo — ¿cómo te fue hoy en la escuela? ¿algo nuevo? ¿pudiste ver a tus amigos?

—Sí.

— ¿Y hablaste con el Director?

—Sí, me ha dicho que puedo graduarme junto con los demás, aunque solo sea simbólico —el año pasado me dieron mi diploma, en realidad ya estoy graduada.

—Me alegro, aunque no deberías haber vuelto tan pronto. Christian te echara de menos.

—Llegará en un par de días de África, yo necesitaba volver, te echaba de menos.

—Yo igual hija —dice levantándose y afirmándose rápidamente del sillón para evitar caerse.

—Papá, ¿estás bien? —le afirmo del brazo.

Se toca la cabeza.

—Si, solo me pare muy rápido, eso me mareo.

— ¿Seguro? —frunzo el ceño.

—Si, no te preocupes, es la edad —me sonríe y me besa en la frente — ¿quieres cenar? Bertha me ha dejado estofado.

— ¿Hoy vendrá?

—No, hoy solo estaremos tu y yo.

Sé que papá ha negado toda relación con Bertha, pero me parece tan extraño verla casi todos los días aquí. Se que ha estado preocupada por mi padre desde que dejó de ser Pastor.

Me lo contó por cartas mientras andaba misionando, me explico lo cansado que estaba y que se tomaría un tiempo para descansar de las prédicas, lleva años dando sermones en la iglesia. Lo comprendo y lo apoyo.

Cenamos juntos como siempre lo hemos hecho, en realidad el estofado de Bertha no esta nada mal.

— ¿Y? ¿cuando me contaras todo lo que hiciste en África? —dice mi padre comiendo.

—Es mucha información y no solo estuvimos en África también en Nigeria y el Congo.

— ¿Visitaste más lugares? —pregunta sorprendido.

—Sí, ayudamos a muchas personas.

—Ahora si que tengo curiosidad.

—Debes esperar papá —le tomo la mano, la tiene helada —estás frío.

La chica de las Apuestas [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora