Capítulo II [Un viaje lleno de problemas] (4)

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Parte 4


Twitch, twitch.

Las orejas de Narea se mueven de arriba hacia abajo tras escuchar algo en el camino.

— ¿Hmm?

— ¡¿Qué pasa?! ¡Nos estás retrasando!

El viaje de ellos apenas ha comenzado y no han pasado más de unas pocas horas. Deteniéndose en medio del camino, Narea se mantiene observando el bosque mientras Tina la recrimina, enfadada.

—Majestad, señorita Tina, alguien está en problemas.

— ¿Ah? ¿De qué hablas? Yo no escucho nada —contesta la pequeña.

Arnus también detiene la carreta en la que avanzan, Tina lo mira algo molesta. El príncipe, casi como excusándose, corrige a la Talavalery.

—No. Narea tiene razón, presta atención.

Tina intenta escuchar algo, poco a poco siente un sonido a través del bosque. A diferencia del resto de las especies, los Talavalery como ella poseen pocas habilidades físicas útiles, siendo casi como si el hecho de poder volar opacara lo demás. Es por esto que no les es posible ver tan bien en la oscuridad como los Ferals, ni escuchar a largas distancias sin forzar la audición, ni tener una gran fuerza o aguante.

—...lio...

«¿Hmm?»

—...yuda....

—Sí, parece que alguien pide ayuda desde el bosque.

Dicho esto, Tina comienza a masticar una pequeña barra de comida, perdiendo el interés rápidamente.

—Si me lo permite, señor, iré a investigar.

—Está bien, pero no tardes mucho, hay un grupo que se está acercando... —Arnus se detiene por un momento. Colocando su mano derecha sobre su barbilla en ademán pensativo cambia de opinión mientras murmura para sí—. No, no puedo decir eso, podrías necesitar más tiempo para ayudar si vale la pena...

«Eres demasiado amable Arnus, sólo sigue tu camino.»

Mientras el príncipe comienza a dudar si ayudar o no, Tina piensa cruelmente el abandonar a la desdichada persona en el bosque.

Aunque parezca extraño, la chiquilla aquí estaba en lo correcto. La muerte de personas en el camino ocurría todos los días, especialmente cuando se desvían de las rutas principales y se adentran en los bosques. El ataque de monstruos era algo bastante común y frecuente. Aunque extrañamente no se habían topado con ninguno en todo el camino hasta ahora.

De todas maneras, quienes suelen tomar estos caminos inseguros son personas que tienen algo que ocultar a las patrullas, generalmente son traficantes de drogas, cazadores de personas para ser esclavizadas, asesinos, bandidos o traidores. Nadie que merezca realmente ser salvado según el sentido común de este mundo. Evitar a los asesinos, continuar con una ruta segura y sin problemas, si eso es lo que querían conseguir, entonces seguir su camino sería la respuesta.

—Me encargaré de ellos, Tina, ve con Narea.

— ¡¿Fueh?!

Pero la nobleza del príncipe y la inocencia de Narea destruían cualquier intento de pensamiento normal. «¿Serán todos los demonios así?» Mientras Tina tose al atragantarse con su comida, se hace tal pregunta.

—Tch, tenías que decir algo. ¿A quién le importa una persona en apuros?

—Si se endeudan con nosotros puede que consigamos aliados. Piensa que estarás rodeada de gente agradecida como Narea.

Exhekar Tales I: La Reina Esclava & El Príncipe Sin Reino (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora