Intermedio: [El último pensamiento de un héroe]

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—Jak jak jak, mi nombre es Jor, ¿Cómo te llamas, chico?

Esa risa inusual, la recuerdo. Es Jor (RR)atme, uno de los «héroes» que me acompañó para vencer al rey demonio. De aspecto tosco, con un bigote mal afeitado y una armadura simple. Muchos decían que era indigno de ser llamado un héroe por su forma indisciplinada de ser, pero aun así era quien poseía el título de «El héroe fortaleza». Si se ponía serio era prácticamente imposible de mover, una de las mejores defensas del imperio.

Este sería nuestro primer encuentro. Cuando recién había sido nombrado como candidato a poseer su mismo título. Nos topamos en un puesto de frutas en el mercado. ¿Creo que estaba visitando a su esposa?


***


—Entonces, recuérdalo bien jovencito, el aton es...

—Por favor, ya no más...

— ¿Qué dices? Si apenas hemos comenzado.

Ah, recuerdo este momento. El «héroe del fuego», Satze, tenía problemas para controlar hechizos diferentes a su elemento. Decidió preguntarle al anciano Niabes, «héroe de la magia», si es que podía ayudarle a potenciar sus habilidades con magia de viento, pero este decidió enseñarle desde lo más básico. Al parecer era demasiada información para él y su cerebro se sobrecalentó.


***


— ¡Presta atención! ¡Esto no es un juego!

Lo sé, lo sé bien, Fuske. He aprendido la lección.

En ese momento estábamos luchado contra un Atala, un peligroso ser que habita las cuevas. Pasábamos por un túnel secreto que nos llevaría a la ciudad de Balboa y así entrar sin ser detectados por el reino de los demonios. Ese monstruo resultó ser una molestia mayor a la que creía y casi pierdo un brazo. El «héroe de la guardia» me protegió y me regañó al mismo tiempo.


***


— ¡Kyaaah! ¡Pervertido!

— ¡No mires!

Ah, esa vez caí sobre unas termas en las que se bañaban las chicas. Uno de los chicos me engañó para que pasara por ahí, eran buenos tiempos. Quisiera decir que me divertí esa vez, pero la imagen de Nualli, la «heroína asesina», levantando un cuchillo me dio mucho miedo...

—Satsava, eres conocida como la «heroína de la restauración», pero te pediré que no cures los ojos que le voy a sacar a Gendo.

Gracias a esas palabras, juré nunca acercarme de nuevo a esas chicas.


***


— ¡No dijiste que destruirías todo el edificio!

Je, eso me hubiese gustado decir también. El «héroe de la lanza» y el «héroe de la destrucción» siempre andaban juntos.¿Por qué no lo detuvo antes Keltar? Nunca lo sabré. Mientras, Kinibas se hacía el tonto. Nunca pidió disculpas por casi matarnos a todos con una explosión, pero no era mala persona. Hubiese querido mirar el rostro que ocultaba bajo ese yelmo, pero no tuve la oportunidad.


***


Exhekar Tales I: La Reina Esclava & El Príncipe Sin Reino (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora