Capítulo VII [No todos pueden ser héroes] (3)

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Parte 3


«¿Eh?»

Arnus se mantiene inmóvil, perplejo ante el actuar de su hermana, quien pasa de él y se aproxima a su oponente malherido. El príncipe voltea su mirada, siguiendo el caminar de su pariente y estudia su cuerpo.

«No lleva collar de esclava. ¿Qué es esto? ¿Qué es lo que sucede?»

— ¿Estás bien? Tienes las costillas rotas, estás sangrando mucho. Espera, te voy a curar —escucha decir a la joven Shezenvalery, viendo cómo ella se altera al ver la condición en la que se encuentra el «Héroe de la guardia», dispuesta a ayudarle.

«¿Podría ser que me he precipitado demasiado?», piensa Arnus mientras se acerca a los dos. Aproxima su mano al Kaevalery en ademán de auxiliarlo.

—Creo que he cometido un grave error, permíteme ayu...

— ¡No te atrevas a tocarlo! — responde Kalatra mientras golpea el brazo del príncipe, rechazándole con furia en sus ojos—. ¡Tú le hiciste esto! ¡¿Por qué?!

—Ah, bueno, había escuchado que te había comprado como esclava y...

— ¿Eres de los que quieren que me vuelva la reina? ¿Eres de ese grupo de resentidos que quiere utilizarme como arma política?

— ¿Qué? No, no conocía ese grupo...

Arnus no sabe cómo responder. Había un gran vacío de información en su mente. Nunca escuchó sobre un grupo de su especie con la intención de rescatar a la princesa y mucho menos su deseo de utilizarla de la manera que ella anunciaba. Un arma política. Era posible que planearan usar la imagen de la última descendiente del rey Asur Rabbok como una excusa para iniciar la guerra de liberación de su pueblo.

«¿Quizás Megala y Kalga pertenecían a esa facción?», sospecha el Shezenvalery, recordando la insistencia y felicidad de su pequeña subordinada respecto de liberar a Kalatra.

— ¿Kalatra? ¿Qué haces aquí? —escucha murmurar al Kaevalery, con voz ronca y débil.

—Escuché por parte de los militares en el fuerte que luchabas con alguien en esta torre. Los otros soldados estaban concentrados en el muro, así que no pude ver bien quienes eran nuestros enemigos y tampoco me dejaron pasar, así que decidí asistirte aquí —responde ella, atenta a los movimientos de Arnus, mirándole seriamente.

—Kalatra, él es... tu familia...

— ¿Qué dices?

—Kalatra, no nos conocemos. Soy tu hermano mayor, Arnus Rabbok.

— ¿Es una broma? No tiene gracia alguna. No juegues conmigo, mi hermano murió hace ciento cincuenta años.

—Pero es la verdad. Debido a circunstancias que desconozco, nuestro padre no hizo mención de mi misión. Ah, pero eso podemos hablarlo luego. Vine aquí para salvarte. Cuando me enteré de que... —intenta explicar el príncipe.

— ¿Salvarme? —interrumpe Kalatra, enrojeciéndose por la furia—. ¡¿Salvarme?! Si dices la verdad y eres mi hermano... ¡¿Dónde has estado?! ¡¿Dónde mierdas has estado?!

Arnus no puede responder debido al repentino arranque ira de su hermana.

— ¡Te llamé! ¡Los llamé a todos ustedes incontables veces! ¡A papá, a mamá! ¡A Varus y Kanter! ¡En mi desesperación te llamé a ti, a pesar de que me decían que habías muerto! ¡Buscaba algo a qué aferrarme durante esos años dolorosos! ¡Pero nadie vino! ¡Ninguno de ustedes llegó para salvarme!

Exhekar Tales I: La Reina Esclava & El Príncipe Sin Reino (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora