KIDNAPPED [Larry Stylinson]

Capítulo 22

Habían pasado dos semanas muy tranquilas, esa paz en el ambiente que por si solo te saca una sonrisa al mirar el sol colarse por tu ventana.

No había nada mejor que el calor de sus cuerpos siendo arropados mutuamente, felices de poder estar juntos.

Salían más seguido a tomar aire fresco, las cenas con Zayn se convirtieron en almuerzos y desayunos juntos.

Ahora Harry sonreía mucho más, le encantaba ver como su niño se divertía, como sus bellos ojos se iluminaban al atraerlo con sus brazos.

Todo marchaba de maravilla.

Sí, así era como estaban pasando sus días en Brasil.

(...)

—Bebé... —susurró el menor.

—Mhg... —masculló.

—¿Podrías salir de mí? Necesito ir al baño.

—No.

—¿No?... Harry necesito ir al baño, déjame ir.

—No —gruñó— quiero estar dentro.

—¿Estas dormido aún? Escucha lo que dices, por el amor de Dios... ¡Es mi culo!

—Tu eres el portador y yo soy el dueño.

Louis soltó el aire de golpe, al parecer sus ganas de hacer piss debían esperar, ya que su demente novio no lo quería soltar.

En un último intento, Louis trató de liberarse más Harry lo tomó rápidamente haciendo que se enterrara aún más en él.

—Maldición...

—Duermete, si no quieres una tercera follada ahora mismo.

Louis se rindió y se acostó nuevamente.

El rizado se acostó a su lado, formando una perfecta cucharita.

El sueño regresó a ellos enviándolos directamente a los brazos de Morfeo.

Era un madrugada tranquila, el sonido del viento arrullando en las ventanas, el olor a azucenas floreciendo y el leve brillo de la luna.

Todo en calma, extremadamente perfecto.

Tan perfecto que era aterrador.

Un ambiente que había sido virgen de consciencia, estaba siendo violado, peligrando con la tranquilidad del momento, siendo sometida a las garras de una fiera maldita.

Ellos se acercaban y nadie se daba cuenta.

El murmullo del infierno próximo era ignorado y solo un milagro los libraría de su destino.

Maldita había sido la hora en que aquella bala no logró cumplir su propósito.

Bien dicen que el Diablo no esta ni con uno ni con otro, él solo observa divertido.

De condenar y condenarse se encargan los humanos.

La triste realidad estaba detrás de la puerta, esperando el momento perfecto.

La advertencia había llegado, bien dicen que cuando el río suena, es porque piedras trae.

Troya iba a arder y sin duda no estaban preparados.

Almas malditas, con un destino escrito.

Ignoró la advertencia y ese fue su único error.

(...)

—Liam ¿aún recuerdas todo lo que aprendiste con Chris?

—Claro, sigo siendo todo un experto —sonrió triunfante.

—¡Rastrea la información en mi móvil, así encontraremos a Louis!

Liam lo miró con los ojos muy abiertos.

—¿Crees que funcione?

—¡Si no lo intentamos, nunca lo sabremos!

Liam asintió y corrió por su computadora.

—Dame tu móvil.

Niall se lo entregó y se sentó al lado de su amigo.

Liam comenzó a hacer lo suyo.

Niall no comprendía absolutamente nada, podría describirlo como una navegación por infinitas páginas que el desconocía, muchos códigos y símbolos, eso no era lo suyo.

De pronto Liam dejó la computadora en la mesa y corrió nuevamente a su habitación.

Al volver traía consigo otra portátil y un cable USB.

Regresó al sofá y conectó ambas computadoras.

En la primera habían muchos códigos y en la segunda un espacio en libre, era contenido oficial de la Interpol.

—Niall... Lo que estamos a punto de hacer es ilegal, podríamos ir a la cárcel... ¿Quieres continuar?

—¡Hagamos lo!

Liam asintió y miró la clave de la primera computadora para luego introducirla en la segunda.

La primera computadora se puso en negro cuando la clave en ella fue insertada en la segunda.

Inmediatamente en el segunda computadora apareció la ubicación momentánea, el punto rojo indicaba el móvil rastreado.

—Brasil, Amazonas, Barcelos —susurró.

—¡Liam eres increíble! —lo abrazó muy fuerte tumbándolo en el sofá.

El chico solo sonrió devolviéndole el gesto.

—¡Necesitamos ir, debemos ir!

—¿Pero cómo?

—Tendremos que pedirle ayuda a la Señora Johannah.

—¿Estas seguro de esto?

—Completamente.

—Pero podría traer consecuencias... Estamos hablando de un asesino.

—¿Que mas da? Es hora de ayudar Liam.

—¡Tienes razón, es nuestra oportunidad!

(...)

—¿Estas diciendo que mi bebé esta en Brasil?

—Así es, ¡debemos darnos prisa, debemos actuar!

—Arreglaré los asuntos con el transporte —sonrió mirándolos.

Jay caminó un poco mientras esperaba que tomaran su llamada.

—Dennis, necesito un helicóptero ahora, destino a Brasil, Amazonas, Barcelos, espacio para tres personas.

Al finalizar la llamada Jay volvió rápidamente.

—Salimos de inmediato.

(...)

Una mañana tranquila, Louis se encontraba en la habitación de baño, tomaba una cálida ducha, el cielo estaba nublado, no era de sorprenderse si lluvia aparecía esa tarde.

Suspiró, su corazón temblaba, el típico sentimiento de remordimiento invadiendo sus sentidos, carcomiéndolo por dentro.

Salió y caminó hasta su ropero, tomó un pantalón flojo de color blanco y una sudadera verde, sacudió su cabello notando como las gotas de agua se esparcían por doquier.

Miró al rizado y sonrió, este estaba profundamente dormido.

Caminó hasta la ventana y se recostó en ella, observando el horizonte, el sol se encontraba subiendo aún, era muy temprano.

Volteó y comenzó a caminar hasta la cama cuando sintió un fuerte mareo, su cabeza dio muchos vueltas y en su estómago sintió nauseas, levantó la mirada y lo último que logró ver a dos hombres con cubre bocas los cuales caminaban hacia él.

Y en ese momento sintió mucho miedo.

(...)