-Los esposos se deben mutuamente fidelidad, confianza, amor y respeto. Tanto en la bonanza como en la adversidad. En la salud como en la enfermedad -nos dice a ambos, el encargado de llevar a cabo nuestras nupcias-. Nicci Leombardi, ¿aceptas como es...
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Me paralizo.
No sé cómo ni porqué pero me congelo.
El corazón me sube a la garganta, el pecho me duele y salivo sin poder tragar.
Esto no me lo esperaba pero por muy contradictorio que parezca era lo que estaba deseando que pasara.
—Nicci —vuelve a susurrarme—. Vine por ti. Te pido por favor que no firmes ese papel.
Por un breve instante cierro los ojos. Por un brevísimo momento me olvido del mundo que me envuelve, de las personas presentes, del lugar en que me encuentro y me olvido hasta de respirar.
Me queda el aliento atravesado en la garganta mientras sus manos me aprietan los hombros. Un apretón firme que junto a su vibrante voz y su inconfundible perfume mandan descargas eléctricas a mi sistema nervioso.
Él es tan...
Es tan firme y blando a la vez. Es duro pero de tacto terso, es frío y calor, invierno y verano. Es la dualidad vuelta hombre. Es mi placer culposo...
Al que no puedo renunciar por más que lo intente y quiera.
—Mi vida —su tono tan bajo me obliga a abrir los ojos y me retuerzo imperceptiblemente cuando sus labios rozan el contorno de mi oreja—, no lo hagas.
«No quiero seguir contigo»
Muerdo la cara interna de mi labio al escucharle y a su vez, procesar lo que nos sucedió.
«No firmes ese papel»
Mierda y más mierda.
«No firmes...
Demonios que no puedo pensar en otra cosa que no sean mis ansias por abrazarlo.
¿Y por qué?
Porque basta sentir su calor y su olor para que me tiente a esconder el rostro bajo su mentón. Por que no puedo ser difícil. Por que vine decidida y rota y ahora que está aquí, exponiendo todo su drama e intensidad solo quiero reírme y besar su tentadora boca. Porque soy blanda, soy carne blanda y presa fácil.
Lo admito: él es un jodido y yo soy una loca de mierda pero es que... Aunque quiero darle un guantazo, quiero gritarle que es un idiota que juega con mi estabilidad mental y emocional, y quiero firmar el bendito papel para que vea lo que es sufrir... No puedo hacerlo. No tengo la fuerza para hacer nada de eso cuando lo amo como a ninguno. Cuando con él estoy regia y entera. Cuando viene y dejo de ser la empoderada Nicci y me convierto en la dependiente enviciada con su árabe de infarto.
Es estúpido cuestionarlo, lo sé, pero también sé que necesito escucharlo de su boca. Necesito que diga lo que no me dijo en Lisboa, que sea sincero conmigo o al menos lo intente. No busco que me pinte romanticismo, sólo que me diga la verdad de lo que nos pasa, la verdadera razón por la que está aquí al borde de ser echado por el vigilante. Que me diga que se equivocó y que yo tenía razón. Que no somos nada lejos uno del otro. Que no puede y no quiere estar sin mí. Que me ama con la misma intensidad que ama a nuestros hijos.