Eros...¿quieres amar?

Yurio

Otabek Altin estaba sentado en una silla, amarrado e inconsciente.

-¿¡Quién anda ahí!?- Grito Minami.

-Oh, sabía que Eros no era una mujer.- Esa voz era imposible de olvidar.

-Tantos años sin vernos, Yurio.- Dije y salió.

Aquel chico rubio que estábamos buscando ahora se veía totalmente diferente con esos pantalones de cuero negro y esa camisa roja desgastada con un tigre enfrente.

-¿Cómo sabes ese apodo?- Dijo el chico con cara seria, aunque se veía un poco sorprendido.

Yo solo me reí.

-¿Acaso crees que no tenía idea de quien me estaba copiando?-

-Fui muy discreto.-

-Tu primer error fue hacerte pasar por víctima y Minami, baja el arma.- Minami en ningún momento había bajado la pistola.- Fuiste el primer sospechoso.

-Y porque no en la estúpida de su novia.- Negué con la cabeza.

-Más sabe el diablo por viejo que por diablo, Yurio.-

-¿¡Cómo sabes ese estúpido apodo, solo una persona me llamaba así!?- Me grito alzando rápidamente un cuchillo, del cual ya me había percatado.- ¡Dime!-

-Yo era la pareja de esa persona, al que tú llamabas cerdo.-

La cara de Yurio era un frio y sombrío poema, al inicio estaba sorprendido y después empezó a ponerse furioso.

-Toda mi asquerosa vida pensé que había sido Christopher quien lo había matado... ¡SI FUISTE TÚ EL QUE LO MATÓ!- y el chico se me abalanzo

-Yuuri.- chillo Minami.

Pero yo era más listo que ese chico y de un rápido movimiento quede atrás de él, quitándole el cuchillo y golpeando su cuerpo contra la pared, la misma velocidad que tenía hizo que la nariz de aquel chico sangrará. No podía dejar que se pusiera de pie así que lo agarre de los hombro y lo empuje hasta tirarlo al frio suelo del living.

-¡Yo no mate a Nikiforov!-

-¡Entonces quien fue!- Me grito con lo que pensé que eran lágrimas.

-¡El solo se quitó la vida!- Sabía la perfecta mentira que era eso, Viktor amaba mucho su estilo de vivir y jamás haría algo tan cobarde como eso.

-¡MIENTES!-

-¡Eras un niño, no vas entender!-

-¡Mientes!- el chico estaba llorando un poco, así que preferí soltar el agarre y mande a ver el cuerpo de Otabek.

Minami observo el cuerpo del moreno por un buen rato-Está vivo, pero parece estar sedado.-concluyó

-Es porque esta sedado.- hablo ya más calmado Yurio.- Le puse sedantes a su refresco y lo noqueo.-

-No entiendo, ¿Por qué lo vas a matar a él?- Dijo Minami al chico que ya estaba más calmado, pero seguía inmovilizado por mí.

-Él y Jean son traficantes de blancas.- La respuesta dejo helados a Minami y a mí.- Jean las vendía y Otabek las conseguía; he admirado el trabajo de Eros por años, como el superhéroe que yo veo que es...-

-Que halago.- interrumpí con un bufido.

-Déjame terminar, cerdo.- Sonreí, hace años que no me llamaban así.- Entonces se me hizo fácil copiar sus movimientos y ser como se compañero, pero la gente pensó que era un tipo de "doble".-