Mary

289 40 3
                                    

Mi dulce, dulce niñez.

Había sido un buen día, el parque estaba lleno de niñitos y todos reíamos.

Yo jugaba con 3 niños, yo era el rey regordete y una niña era mi reina... teníamos una hermosa hija y un caballero de la mesa redonda donde nos enfrentábamos a los otros niños del tobogán del otro lado; una infancia perfecta.

Mary me llamo para que nos fuéramos, ella era una adolescente con mucha paciencia.

-Hermana.- corro hacia ella.- Ya.

-¿Te divertiste?- asiento con la cabeza.- Que bueno.-

El paseo a casa era tranquilo, disfrutaba ver el mar, tan grande y hermoso...

Llegamos a la casa y para mi tranquilidad mi mamá estaba cocinando Katsudon el cual era mi platillo favorito.

-¡Yuuri!- me grito mi mamá al abrazarme.- Mi dulce, dulce niño...- dijo dándome unos besos en mis regordetes cachetes.

-Listo, ya me voy con Minako.- Dijo mi hermano dándose media vuelta y yéndose

-¿Cómo está la escuela?- Dijo mi madre mientras me sentaba en la mesa de cocina para comer

-Bien._

-¿Los amigos?-

-Bien.-

-¿Todo bien?- asentí.- pues ¡Qué maravilla!- dijo dándome un plato de Katsudon y sentándose a mi lado.-

Comimos a gusto mientras mi madre me contaba todo lo que había hecho en su día y yo solo me dedicaba a escucharla y sonreírle.

-Hola.- dijo entonces mi papá entrando a la cocina y mi mamá se paró a saludarlo y darle de comer.

-¿Cómo estás campeón?- Me decía mi padre mientras me despeinaba

-Bien.-

-Hijo, ¿No te sabes otra palabra?- Dijo mi padre riendo

-No le digas nada cariño...-Me defendió mi mamá

Yo solo me reía y me terminaba lo que había en mi plato

Mi dulce, dulce niñez.

-Buenos tiempos hermana.- digo mientras la veo

-Papá era un buen padre...-

-Vino a verte hace poco no.- Ella asiente.- ¿Qué te dijo?-

-Nada interesante, no le importo y ambos lo sabemos.- dijo mi hermana mientras se ponía a dibujar.

-Le importas.- quise hacerla sentir mejor, sabiendo la mentira que era.

-Yuuri, Yuuri.- dijo mi hermana sin despegar sus ojos de su dibujo.- No seamos ingenuos ni tu ni yo; papá nos abandonó por mucho, mucho tiempo, por muchos, muchos años y mamá sufrió mucho, mucho por eso.- Dijo mi hermana resaltando todos los "muchos".

-Quiero información Mary.-

-¿Recuerdas a Minako?- Dijo Mary

-Sí, era mi profesora de ballet.- dije y me trague mi orgullo.- Y tu novia.-

Mary asiente y se queda viendo la pared.

Mi dulce, dulce maestra.

-Así no Yuuri.- dijo aquella mujer mientras me ayudaba a quedar en mejor posición, pero no era mi fuerte el equilibrio.

Eros...¿quieres amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora