Minako

132 29 4
                                    

Estaba en el aeropuerto, esperando a que Isabela tomara su vuelo.

-Espero que te vaya mejo en Canadá.-

-Ya solo quedábamos nosotros 2 ¿no?- Asentí, tuve que contarle todo lo que sabía sobre Mila y donde estaba su cadáver.

Al final, fue una granjera, no ella la que encontró primero los cadáveres... sin embargo Isabela sentía que ya nada la podía atar a este lugar.

-Supe que Laurence sigue vivo, pero no sé dónde está, ayer me llamó para decirme que se iría del país, solo que tenía un pendiente antes que aclarar.-

-Estaré pendiente, gracias.-

-Gracias a ti, Yuuri.- Isabela me sonrió con ese cariño que solo ella me podía dar.- Fuiste un ángel que me salvo de convertirme en mercancía.-

No podía dejar de comparar a Isabela con Minako, se parecían tanto.

Era un día soleado, estaba haciendo la maleta para irme de esa horrible casa.

-Yo te ayudo hijo.- dijo mi maestra mientras me ayudaba a empacar las cosas.

-Gracias maestra.- le dije mientras terminábamos de cerrar mi última pertenencia.

-No te vayas intranquilo, yo cuidare a tu hermana.- dijo mientras me sonreía y me llevaba al aeropuerto.

Mary ni se inmuto en despedirse de mí.

Ya en el aeropuerto hable de cosas triviales con mi maestra por horas hasta que la azafata anuncio la salida de mi vuelo.

-Bueno, ya me voy maestra.- dije antes de subirme, la verdad ella era como una segunda madre para mí.

Era la única persona que valía la pena de este lugar tan horrible, era esa pequeña zona de confort su salón de ballet donde podía sentirme amado y seguro, como cuando era un niño y mi infancia tenia múltiples colores brillantes, antes de saber que era un divorcio, una enfermedad o simplemente, antes de saber que era la soledad.

-Adiós cariño, te deseo la mejor suerte del mundo, y sabes que lo que necesites... siempre contaras con mi apoyo.-

Fueron sus últimas palabras antes de que yo tomara ese avión.

-Minako...-

-¿Dijiste algo Yuuri?- Odiaba que me pasará eso, perderme en mis pensamientos, sabiendo que al final son solo eso; recuerdos que no podre cambiar nunca más.

Las bocinas anunciaron el vuelo de Isabela.

-Bueno, fue un gusto conocerte Yuuri.- me dijo con esos mismo ojos que tenía en la madriguera.

-El gusto fue y siempre será mío, te deseo la mejor suerte del mundo y sabes que para lo que me necesites... siempre contaras con mmi apoyo.-

Despues de eso ya no dijo nada, solo me sonrió y se subió al avión.

Me quede un rato ahí parado pensando en la última vez que había visto a Minako, cuando cree a partir de su rutina "Yuri On Ice" con ayuda de Viktor el hermoso pero ftálico día en el que ella murió.

Era la noche más importante de mi vida, venía con mi traje azul con bordado de microfibra negro y encajes verdes y su camisa morada viendo como fan loca a mi novio interpretando esa pieza llamada "Stand Viniccio" con su traje elegante de finales del siglo XX con su camisa blanca, pantalones negro y su chaleco negro que estaba sosteniendo como una capa de color purpura en el que de verdad se veía muy apuesto.

Eros...¿quieres amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora